HISTORIA Y DESARROLLO DE LAS LENTES DE CONTACTO

 

José Luis Munoa Roiz, Enrique Aramendía Salvador

 

INTRODUCCIÓN

LOS INICIOS:LAS LENTES DE CONTACTO ESCLERALES

LOS PROBLEMAS

EVOLUCIÓN DE LOS PRINCIPIOS DOMINANTES

DESARROLLOS TECNOLÓGICOS

LENTES DE CONTACTO Y MOLDES OCULARES

LENTES DE MATERIAL PLÁSTICO

PRIMERAS LENTES DE CONTACTO CORNEALES

LENTES DE CONTACTO BLANDAS

LENTES RÍGIDAS PERMEABLES A LOS GASES

LENTES DE MATERIALES HÍBRIDOS

DISEÑOS ESPECIALES

SOCIEDADES


 

1. INTRODUCCIÓN

Tradicionalmente, se atribuye a Leonardo da Vinci (1452-1519) (Figura 1) la primera descripción de un dispositivo que podría asimilarse a una lente de contacto (Codex D, Folio 3, verso). Según estudiaron Hofstetter y Graham 1, Leonardo añadió en el margen de uno de sus escritos el dibujo de un sistema óptico consistente en una semiesfera de vidrio llena de agua y con un rostro sumergido en ésta (Figura 2). La relación de este esquema con las lentes de contacto deriva sólo del hecho de que los ojos están en contacto con el agua, pero Leonardo dibujó también lo que, para Hofstetter y Graham, son unas lentillas semejantes a las actuales, así como la ampolla de cristal de la que debían tallarse.

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Una sugerencia semejante formuló en 1637 René Descartes (1596-1650) 2 (Figura 3) cuando escribió: "Si uno aplicase sobre el ojo un tubo lleno de agua, en cuyo extremo hay un vidrio en forma exactamente igual a la piel (córnea) no existiría refracción alguna a la entrada del ojo (Figura 4).

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Resulta sumamente interesante advertir que Descartes consideraba que su idea no era práctica debido a las dificultades para obtener un vidrio de radio adecuado en el extremo del tubo, colocar éste en contacto con el globo ocular y mantenerlo en posición correcta. Por tales dificultades admitidas a priori, optó por un simple cono de vidrio, anticipándose así al cono diseñado por Steinheil a mediados del siglo XIX.

Esta proposición fue reconsiderada y perfeccionada por el matemático francés Philippe de la Hire (1640-1718)  en 1685, quien sugirió utilizar un "vidrio" cóncavo sobre el globo ocular: La curvatura interna del vidrio debería ser igual a la curvatura de la córnea, eliminando así la refracción de la córnea y el humor acuoso y el vidrio pueden ser considerados como el mismo medio óptico (Figura 5).

Es generalmente aceptado que fue Thomas Young (1773-1829) 4 (Figura 6) el primero en concebir en 1801 la modificación de la refracción del ojo mediante un sistema dióptrico aplicado a la córnea. Su mecanismo, que más tarde se conoció con la denominación de "hidrodiascopio" (Lohnstein, 1896), era un tubo de un cuarto de pulgada de longitud. En uno de sus extremos Young colocó una lente pequeña. El terminal ocular del dispositivo estaba rodeado de cera y el tubo estaba lleno de agua. El autor aplicó el instrumento descrito a su ojo y experimentó con su propia acomodación y astigmatismo.

La descripción de Young era la siguiente: "De un pequeño microscopio para las investigaciones botánicas he extraído una lente bicóncava de aproximadamente 20 milímetros de distancia focal. He colocado esta lente en un pequeño tubo de 5 milímetros de longitud que he recubierto con un poco de cera y llenado en tres cuartas partes con agua fría. Lo he aplicado a mi ojo, de tal manera que la córnea penetró en su mitad en el tubo y se encontraba en todas partes en contacto con el agua: el ojo se hizo inmediatamente hipermetrópico".

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Su intención era simplemente eliminar la córnea, con sus frecuentes irregularidades ópticas, del sistema dióptrico del ojo y sustituirla por una lente bien tallada, lo que resultaba lógico dado que el humor acuoso, la córnea y el agua tienen casi el mismo índice de refracción y por tanto actúan como un único medio óptico. Así, las lentes de contacto actuales parten de este mismo principio.

Young nunca pretendió que este dispositivo sirviese para corregir cualquier tipo de ametropía, pero su invención resultó un elemento básico para plantear esta posibilidad de corrección óptica por procedimientos distintos a las gafas comunes.

Sir John Frederick William Herschel, "the young" (1792-1871), aportó en 1823 una interpretación teórica y justificó la posible aplicación práctica de las lentes de contacto 5. Herschel sugirió que era posible corregir el astigmatismo por este ingenioso procedimiento. Mencionó también que podía obtenerse un molde del ojo y consecutivamente tallar un cristal de la forma y dimensiones correspondientes. Propuso la posibilidad de corregir la ametropía astigmática aplicando al ojo una cápsula de vidrio llena de sustancia gelatinosa de origen animal, pero su idea no tuvo éxito. La exponía así en una nota al pie en la Encyclopedia Metropolitana: "En algunos casos de irregularidades de la córnea sería interesante experimentar si poniendo algunos geles transparentes de origen animal, contenidos en una cápsula esférica de vidrio, en contacto con la superficie del ojo, podría conseguirse una visión nítida, siquiera transitoria; o si podría tomarse un molde verdadero de la córnea y traspasarlo a un medio transparente."

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En 1827, Sir George Biddel Airy (1801-1892) 6 informó en las Transactions of the Cambridge Philosophical Society sobre la aplicación de lentes capaces de corregir el defecto óptico que él mismo padecía: el astigmatismo.

 

 2. LOS INICIOS: LAS LENTES DE CONTACTO ESCLERALES

Desde los tiempos de Herschel hasta 1887, la cuestión de la corrección de las ametropías mediante dispositivos en contacto directo con la superficie ocular permaneció en suspenso. William White Cooper (1816-1886) 7 sugirió colocar sobre el ojo que había sufrido una grave quemadura una "máscara de vidrio para prevenir el simbléfaron".

Fue Edwin Theodor Saemisch (1833-1909) 8, profesor de la Universidad de Bonn, el primero que hizo uso práctico de las lentes de contacto en 1887. Uno de sus pacientes era ciego de un ojo y tenía un tumor maligno en el párpado del otro ojo. Saemisch propuso la excisión de la parte correspondiente del párpado superior pero en tal caso la córnea quedaba expuesta permanentemente. F. A. Müller, un experto fabricante de ojos artificiales de Wiesbaden, elaboró un cristal protector para aplicarlo sobre el ojo operado y proteger el segmento anterior del globo ocular del riesgo que entrañaba la lagoftalmía. El paciente utilizó la lente de contacto con comodidad y conservó la córnea transparente hasta su muerte 21 años después. Debe recordarse otro caso con éxito de Müller en 1892. Fabricó una lente similar para un paciente que tenía entropión y tracoma. El autor advertía que el objetivo de dicha lente era proteger el ojo, no corregir la ametropía.

Saemisch fue el primero en aplicar una lente de contacto al ojo; lo hizo con fines de protección y no con fines ópticos.

Poco después del caso original de Saemisch, Fick, Kalt y Müller trabajaron de forma independiente en las lentes de contacto. En 1888, Adolph Eugen Fick (1853-1937), médico de Zurich, obtuvo con yeso moldes de ojos de ratón. Su proyecto era la corrección óptica del astigmatismo corneal irregular, que resultaba muy insatisfactoria por los procedimientos habituales. Para estos casos, Franciscus Cornelis Donders (1818-1889) 9 había recomendado el uso de lentes estenopeicas. Tanto él como su colaborador van Winjngaarden habían utilizado este procedimiento con cierto éxito para la visión de cerca. Para la visión de lejos no resultaban útiles estas lentes, debido a la reducción de campo visual, que prácticamente incapacitaba para la deambulación (1887). Fick sostenía que lo que se necesitaba era sustituir la superficie irregular de la córnea por otra que fuese regular y adaptable a ella. Para la confirmación de este criterio fue muy importante la aportación, en 1881, del oftalmómetro-queratómetro por Emile Javal (1839-1907) 10 y un selecto grupo de colaboradores entre los que es imperativo mencionar a Hjalmar August Schiötz (1850-1927) 11, ya que este aparato permitió poner de manifiesto las irregularidades de la superficie corneal e incluso obtener ciertas medidas muy valiosas para los diseños lenticulares.

Como ya hemos mencionado, Fick elaboró con yeso moldes de ojos de ratón a los que extirpaba previamente los párpados. A partir de los moldes construyó cristales en forma de casquetes y los aplicó sobre los ojos de los ratones utilizando un medio interpuesto del mismo índice de refracción que la córnea y que, inicialmente, consistió en una solución de dextrosa al 2%. También probó con una solución de cloruro sódico con adición de alcohol, con glicerina y con glucosa al 2%. Cuando consideró que la experiencia había alcanzado un grado suficiente de madurez y destreza, Fick realizó moldes a partir de ojos de cadáver. El profesor Gaule, en cuyo instituto trabajaba Fick, le colocó una de las lentes en su ojo izquierdo sin que le originase muchas molestias durante un período de dos horas. Fick, que acuñó el término «lentes de contacto», comprobó que éstas no reducían el campo de visión y eran, por tanto, mucho más eficaces que las lentes estenopeicas, por lo que llegó al convencimiento de que esta técnica tendría aplicación en la clínica oftalmológica.

Para fabricar sus lentes, Fick estableció un intercambio informativo con Ernest Abbe (1840-1905) (Figura 7), colaborador y asociado de Carl Zeiss (1816-1888)  (Figura 8) quien trabajaba en la Universidad de Jena. La base de la copa diseñada para la córnea debía tener 7 mm de diámetro y una curvatura corneal de un radio de 8 mm; la anchura del apoyo escleral era de 3 mm y el radio de curvatura, 15 mm. El peso de la lente era de 0’5 gramos. Abbe solicitó la colaboración de Moritz von Rohr para calcular las características y dimensiones métricas y ópticas de las lentes.

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Como ya hemos mencionado, Fick confiaba en que estas lentes, aplicadas sobre la córnea, pudiesen corregir el astigmatismo irregular derivado de un queratocono. Resultó que las lentes Zeiss no entraban en contacto con la córnea, como se proyectó y diseñó originalmente, y en cambio traumatizaban el segmento anterior del globo ocular provocando erosiones sumamente dolorosas. Las pruebas no resultaron satisfactorias. Fick hizo varias observaciones en los ojos en los que se habían aplicado las lentes de contacto, tales como enturbiamiento de la córnea, irritación conjuntival e intolerancia. No sólo utilizó diferentes líquidos para mejorar la tolerancia, sino que concibió la idea de utilizarlos para corregir las ametropías, aunque se mostró sumamente escrupuloso en cuanto al uso de las lentes de contacto para corregir ametropías que no fuesen irregulares.

Fick fue quien describió por primera vez las complicaciones derivadas del uso de lentes de contacto: enturbiamiento corneal, irritación conjuntival e intolerancia.

También intuyó que las lágrimas eran una posible fuente de nutrición corneal y que las gruesas lentes de contacto impedían la adecuada relación de las lágrimas con la córnea. Este mecanismo no fue dilucidado hasta 1952 por Smelser y Ozanics 13.

Fick también dio instrucciones muy precisas tanto para la adaptación como para la extracción de la lente de contacto. Se trata de las primeras normas para el uso de las lentes descritas con suficiente minuciosidad. Concibió la utilización de las lentes de contacto con fines cosméticos y propuso el diseño de lentes provistas de un dibujo que simulara el segmento anterior del globo ocular, para adaptarlas en los casos de leucomas densos, queratopatías, etc. Por su parte, Jean Baptiste Eugene Kalt (1861-1941) , de París, desarrolló hacia 1888 unas pequeñas lentes sin banda escleral, consideradas las primeras lentes corneales. Los ensayos de Kalt tuvieron una difusión que quedó limitada a una carta de presentación de Photinos Panas (1832-1903) 15 en la Academia de Medicina de París. Este modelo fue usado para el queratocono con la pretensión de presionar sobre el ápex corneal y remodelar la curvatura de la córnea, aproximándola a las medidas normales. A tal objetivo se unía el de la corrección dióptrica de la ametropía y la reducción del astigmatismo irregular. No se utilizaba ningún líquido interpuesto, salvo las lágrimas. Desgraciadamente, las experiencias tampoco fueron satisfactorias en este caso. Podemos comprobar cómo se habían diseñado ya las dos clases de lentes de contacto: las provistas de banda escleral, conocidas actualmente como lentes de contacto esclerales, y las que carecen de ella o lentes de contacto corneales.

El tercer pionero en la investigación sobre las lentes de contacto fue un estudiante de medicina, August Müller (Figura 9). Había nacido en Mönchengladbach (Alemania) el 4 de marzo de 1864 y estudió en varias universidades alemanas, preferentemente en Kiel. Müller era miope de 14,00 D y, pese a la similitud de apellidos, no tenía relación con el ya citado Müller de Wiesbaden.

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En febrero de 1889, a la edad de 25 años, presentó su disertación académica «Brillengläser und Hornhautlinsen» 16 en la Facultad de Medicina de la Universidad de Kiel (Figura 10). Sorprendentemente, Müller no fue oftalmólogo, sino ortopédico que aportó técnicas de tratamiento, masaje, etc. Falleció el 5 de marzo de 1949, a los 85 años.

La disertación de Müller tiene 31 páginas y consta de tres secciones:

1. Cristales de gafas periscópicos
2. Cristales de gafas acromáticos
3. Lentes corneales.

En la tercera parte de su trabajo, Müller describe una serie de experiencias realizadas sobre sí mismo con el fin de compensar su ametropía. Esta disertación fue presentada diez meses después de que A. E. Fick publicara su comunicación «Eine Contact-brille» (1888), aportación fundamental en la fase inicial del tema que estamos tratando. Es preciso recordar que las lentes descritas por Fick eran afocales y estaban diseñadas para neutralizar los efectos ópticos derivados de las distorsiones generadas por los astigmatismos irregulares corneales.

Es evidente que el objetivo teórico de ambos trabajos era diferente. Mientras Fick aportó la lente de contacto afocal de casquete, Müller optó por las lentes de contacto con poder dióptrico y diseñadas para la corrección de ametropías. La modificación de los radios de la zona óptica de la lente de contacto, con el objetivo de obtener el poder dióptrico requerido en cada caso, fue sugerida por Müller, que también confirmó que las lentes de contacto no restringen el campo de mirada y dan lugar en la retina a una imagen de mayor tamaño que los cristales correctores de gafas. Müller aportó una descripción personal de las consecuencias del edema corneal inducido por las lentes de contacto. El hecho de que dicho edema remitiera al retirar las lentes y reapareciera al aplicarlas de nuevo llevó a pensar que se trataba de un fenómeno de hipoxia tisular.

Müller estaba en lo cierto al atribuir los signos adversos a un trastorno de la nutrición de los tejidos corneales para el que propuso dos explicaciones posibles:

• La primera se refería al consumo de oxígeno del epitelio corneal y al aporte de film lagrimal precorneal, lo que fue confirmado más tarde por Langham .
• La segunda sugerencia de Müller se refería a la presión que la lente ejercía sobre el limbo y que restringía el aporte vascular de nutrientes a la córnea. Esta hipótesis no fue confirmada por las experiencias de Theodor Leber (1840-1917) 18, que en 1903 había observado que una profunda incisión en el estroma, alrededor de la periferia, no afectaba a la capacidad funcional de la córnea, ni causaba trastornos tróficos.

August Müller sugirió que gran parte de los signos adversos en la córnea asociados al uso de lentes de contacto, eran debidos a un trastorno de nutrición, consecuencia de su aislamiento de la película lagrimal y de una isquemia del limbo.

Es evidente que desde el inicio de las experiencias se tuvo conciencia de que era fundamental que hubiera una relación adecuada entre los límites de la córnea y la lente para mantener el confort del paciente y evitar traumatismos marginales. Se tardó algún tiempo más en comprobar que es preciso mantener un adecuado intercambio lagrimal para aportar oxígeno a la córnea y eliminar los residuos celulares necróticos que son potencialmente tóxicos para ésta.

Müller continuó el estudio de las lentes de contacto con la colaboración de un óptico de Berlín, Otto Himmler. Para corregir su miopía, diseñó unas lentes con un radio anterior de 10 mm, un radio posterior de 8 mm, un radio escleral de 12 mm y un diámetro total de 20 mm. Una vez adaptadas, consiguió una corrección casi completa del defecto refractivo, con un margen de error de 1 D, pero desgraciadamente no podía tolerarlas más de 30 minutos sin tener serias molestias. Aunque el diseño estaba correctamente planteado, no dio el resultado deseado. Coincidiendo con Fick, Müller sugirió hacer moldes de yeso, pero tampoco esta idea tuvo éxito y hubo de abandonarla.

Müller no cesó, sin embargo, sus experiencias y solicitó a Himmler otras lentes con diferentes radios, diámetros y espesores. Con ellas experimentó en sus propios ojos, pero, como ya hemos comentado, no consiguió soportarlas más de 30 minutos. Se sintió tan descorazonado, que abandonó el empeño y pensó que nunca podrían resolverse los problemas que obstaculizaban de forma tan radical su porte. Superar las dificultades anatómicas y técnicas parecía imposible.

A Himmler se le reconoce como el primer fabricante de lentes de contacto torneadas. En las publicaciones consultadas se admite que no ha sido posible obtener datos acerca de Otto Himmler y que es posible que Müller lo conociese y tratase mientras estudiaba en Berlín. Es interesante mencionar que Fick, después de escuchar la disertación de Müller, encargó dos lentes a Himmler. En conclusión, es preciso dejar claro que Müller fue el primero en concebir las ventajas ópticas de las lentes de contacto en la corrección de la miopía y tuvo la fortuna de encontrar un óptico que supo interpretar sus proyectos y materializarlos. Fue también correcta su conclusión de que las lentes más delgadas y con bordes redondeados son más cómodas y comprendió la importancia de aminorar la presión límbica y mantener el intercambio lagrimal para proteger el metabolismo de la córnea. La nula difusión de sus observaciones ha permitido que posteriormente otros autores se hayan atribuido la prioridad de sus hallazgos.

Señalemos que Fick propuso al oftalmólogo de Ginebra David Sulzer realizar diversas experiencias con las lentes de contacto. Éste pretendía corregir el astigmatismo irregular provocado por las cicatrices corneales. Para ello, utilizó lentes esclerales con un segmento corneal de 12 mm de diámetro y un radio de curvatura de 8 mm. La parte escleral tenía un diámetro de 13 mm. El trabajo publicado por Sulzer 19 concretó los detalles de su aportación y fomentó el empleo ocasional del término «lentes de Sulzer» en la literatura oftalmológica., lo cual derivó en un agrio debate con Fick, que se opuso a tal denominación. Su protesta se manifestó en los Arch. V. Augenheilkunde de 1894 y fue aparentemente tomada en consideración en una publicación de A. Michel (Berna) en 1893 acerca del uso de las lentes de contacto «de Sulzer» en sus experiencias sobre la acomodación.

En 1892, David Sulzer informó acerca de dos pacientes suyos que utilizaron lentes de contacto talladas bajo sus indicaciones, en la casa Zeiss. Estas lentes tenían dos curvaturas, una para la córnea y otra para la esclera. Ópticamente se trataba de lentes afocales.

El oftalmólogo polaco residente en Francia, Xavier Galezowski (1832-1907), presentó en 1886 al VI Congreso de la Société Française d’Ophtalmologie un disco de gelatina que se emplazaba sobre la incisión corneal consecutiva a la extracción de la catarata. El disco se sumergía previamente en una solución de sublimado y en cocaína. Catorce horas después de su aplicación, se disolvía y Galezowski lo propuso como protección frente a las complicaciones postoperatorias, fundamentalmente las infecciones. Se trata de una idea precursora de las actuales lentes «vendaje» y de los discos para la administración lenta y continuada de fármacos aplicados en el fondo de saco conjuntival.

Las primeras lentes de vendaje y la liberación de fármacos por las mismas fue aplicada por primera vez en 1886 por Galezowski.

Merece mencionarse la investigación que llevó a cabo el oftalmólogo alsaciano Robert Heitz, que redescubrió las primitivas lentes de contacto de August Müller en Kiel. Su trabajo de investigación lo calificó como «digno de Sherlock Holmes» (Archivos del Germanisches Museum de Munich). Heitz constató que el diámetro de las lentes oscilaba entre 15 y 16 mm y en el centro tenían 0’3 mm de espesor. El pulido estaba realizado con una técnica escrupulosa. Müller habla manufacturado tres lentes diferentes con un poder refractivo de –14’5, -15’0 y –19’0 dioptrías. La curvatura oscilaba entre 7’0 y 7’65 mm, mientras que la curvatura escleral era de 13 ó 14 mm. Heitz observó que la lente del lado derecho tenía una curvatura intermedia en el limbo, con un radio de 10 mm. Lentes con tres diferentes curvaturas fueron patentadas por Zeiss años más tarde, en 1932 .

Theodor Lohnstein 20 describió en 1896 una interesante aportación. Para corregir sus queratoconos ideó unas «lentes de agua « a las que denominó «hidrodiascopios». La invención en realidad correspondía al «ortoscopio» de Ernst Adolf Coccius (1852). De la publicación de Lohnstein se deduce que desconocía la aportación de Coccius. Más tarde, Lohnstein consideró la posibilidad de reemplazar la lente anterior de su «hidrodiascopio» por una lente plano convexa. Durante cierto tiempo Lohnstein y Fick se enfrentaron en una agria discusión. Majewski empleó el sistema ideado por Lohnstein y escribió en 1898 que había modificado el hidrodiascopio haciéndolo mas manejable y lo había empleado con éxito en 14 casos de queratocono. Sobre el tema publicaron trabajos más adelante Siegrist (Berna), Bjerrum (Copenhague), Uhthoff (Breslau), Coppez (Bruselas) y Wicherklowicz (Cracovia) 21.

En 1913, Helmbold aportó un caso de queratocono que mejoró con el empleo de las lentes de Müller manufacturadas por Zeiss de Jena.

Friedrich E. Muller, hijo del propietario de la fábrica de Wiesbaden, presentó una reclamación acerca del control de las lentes en su tesis, leída en Marburgo en 1920, sin presentar pruebas o razones suficientes.

En 1916, August Siegrist (1865-1947), de Berna, escribió un extenso trabajo acerca de la corrección del queratocono y de las posibilidades de corregirlo mediante lentes con radios de curvatura variables. Un ejemplo era la lente hiperbólica de Raehlmann en 1879 22.

Menos común era la idea de Illig acerca de utilizar las lentes de contacto para prevenir el simbléfaron postraumático (1916).

En 1917, Lüdemann comparó nuevamente el «hidrodiascopio» con las lentes de contacto, advirtiendo del hecho positivo que representa la posibilidad de corregir ametropías individuales. Por su parte, Henker, que trabajaba con Zeiss, declaró que tal posibilidad era técnicamente posible.

Müller pudo emplear la cocaína por vía tópica para facilitar las maniobras de adaptación, ya que se había empleado poco tiempo antes en oftalmología. El uso clínico de la cocaína fue iniciado por dos jóvenes médicos vieneses, Sigmund Freud y Karl Köller. En 1884, Freud hizo un estudio sobre los efectos fisiológicos de la cocaína y de las acciones centrales de la droga. Köller, por su parte, apreció rápidamente las propiedades anestésicas de esta sustancia y sus aplicaciones en oftalmología mediante instilación de una solución al 2% 23.

Según Sir Steward Duke-Elder (1898-1978) 24 el progreso del desarrollo de las lentes de contacto se debe fundamentalmente a los antibióticos, que aminoraron los graves riesgos que representaban las erosiones generadas por las lentes.

 

 3. LOS PROBLEMAS

Tres eran los problemas fundamentales con los que se enfrentaban los pioneros de la investigación:

1. La cuestión de los principios ópticos
2. La causa de la intolerancia
3. Las indicaciones terapéuticas.

La tecnología no estaba suficientemente evolucionada en aquella época para resolverlos y la cuestión hubo de ser abandonada y permaneció inactiva varios años, con la excepción de algún esfuerzo aislado.

La mayoría de las lentes en este período se realizaban con el mismo cristal que se empleaba para los ojos artificiales. Con este tipo de lentes era imposible obtener una corrección óptica precisa. La mayoría de las veces fracasaba.

 

 4. EVOLUCIÓN DE LOS PRINCIPIOS DOMINANTES

No fue hasta 1909 cuando la firma original Müller de Wiesbaden nuevamente se enfrentó con el problema. Por esta época, construyeron un cristal soplado en forma de casquete con una zona transparente central en el área corneal y una traslúcida en la parte más periférica, de un color semejante a la esclera. Esta última parte era 7 u 8 mm. ancha en su parte inferior, 4 a 5 mm. ancha en la parte superior y nasal y tenía de 10 a 12 mm. en la porción temporal. Tenía un espesor aproximado de 0’5 mm.

En 1916, Siegrist, recordando las desventajas ópticas de estos lentes, concibió la idea así fundamentada. Heinrich Erggelet (1883-1969) y Eugen Von Hippel, (1867-1939)  ambos de Göttingen, asesoraron también los problemas ópticos y enviaron un elevado número de lentes de Müller a la fábrica Zeiss para trabajar y pulir con mayor perfección el medio óptico. Desgraciadamente, tales lentes se rompían, lo que se atribuyó a la extrema delgadez de los lentes. En esta época, el tallado y corte de las lentes de contacto era una dificilísima tarea, acabando con el tiempo y la paciencia de médicos, ópticos y pacientes.

Era un método de corrección de errores parecido al que representaba el tallado y adaptación de los ojos de cristal antes del descubrimiento de los plásticos. Si a esto se añade que el paciente requería ver mejor con la lente aplicada, la dificultad aumentaba considerablemente. Durante la década de 1920 y principios de la década de 1930, las lentes de Müller eran las únicas que se utilizaban.

De las experiencias llevadas a cabo, se diseñaron unas lentes con una banda escleral ancha y una transición gradual desde la cara interna de la córnea hasta la sección escleral. De esta forma, la presión en el limbo y en los vasos adyacentes se reducía. David Karl Lindner (1883-1961) , de Viena, y Heinrich Erggelet informaron del uso de estas lentes en 1930 y lo mismo hizo Sitcheveska en 1931.

Por esta época, la firma Zeiss había fabricado un lente de contacto, que tenía un radio escleral de 12 mm, pero no era adaptable a muchos ojos.

En 1929, Leopold Heine (1870-1940) 27, de Kiel, añadió un impulso al tema de las lentes de contacto presentando una comunicación al XIII Congreso Internacional de Oftalmología de Amsterdam. Utilizó una lente afocal, pero varió los radios corneales de acuerdo con la refracción que debía ser corregida. Él estableció que el fluido entre la lente y la córnea anulaba la refracción de ésta y el ojo adoptaba la refracción de la lente. También presentó una fórmula de su método para calcular la potencia de la lente.

Gualdi en 1931 y 1934 sugirió que los radios de la parte escleral fueran variables y se tallaran en la superficie posterior de la lente, mientras que la corrección del defecto de refracción lo era en la parte anterior.

Josef Dallos en 1933 proponía adaptar una parte escleral cómoda para el paciente y tallar la corrección esférica necesaria sobre la superficie anterior. Estas lentes fueron prescritas con resultados bastante satisfactorios por Strebel (1937), Reid (1938), Sattler (1938-1941) y Eggers (1939). En 1941, William Feinbloom aportó el diseño de la curvatura escleral.

Por esta época, la compañía Zeiss mostró mucho interés por las lentes de prueba, principalmente tras los trabajos de Heine. Con este motivo, ofertaron una caja de pruebas de 39 lentes de contacto fundamentales. Las curvas esclerales eran de 11, 12 y 13 mm, y las curvas corneales desde 5 a 11 mm, con variaciones de 0’5 mm.

El número estaba marcado en la lente. Por ejemplo, la lente con el número 1/7 indicaba una curva escleral de 11 mm y 7 mm de curvatura corneal. La compañía Zeiss era también capaz de elevar la porción corneal más de 1 mm. Los cristales eran ofertados con un tintado que absorbía diferentes proporciones de luz, desde el 25% al 75%. La lente de prueba era afocal, pero se podía suministrar una gama que oscilaba entre - 6 y + 6 D.

Oftalmólogos de Europa y Estados Unidos se interesaron mucho por este asunto y trabajaron con Zeiss en el diseño de las lentes. Sin embargo, eran muchos los pacientes que no podían tolerarlas. Heine llegó a sugerir que una caja ideal de lentes de contacto de prueba, con una gama suficiente de radios de curvatura escleral y corneal, debía contener 500 lentes. El siguiente paso era producir una caja de pruebas en la cual las opciones en cuanto a radios de curvatura escleral quedase reducida a cuatro: 6’5 mm, 7 mm, 7’5 mm y 8 mm.

Nuevamente, esta prueba era con una lente afocal. Para prescribir los cristales de estas series, el oftalmólogo tenía que adaptar uno con el que el paciente se encontrase cómodo y luego proceder a la refracción. Podían tallarse potencias desde -20 D a +18 D en la cara anterior. Con estas lentes se prescribieron muchas refracciones y se obtuvieron bastantes éxitos.

Las lentes de contacto de prueba permitieron lograr los primeros éxitos en la adaptación y tolerancia de las lentes de contacto.

El tiempo de uso estaba limitado a pocas horas y los pacientes no podían utilizar gafas durante este tiempo. Sin embargo, la mayoría de ellos estaban descontentos, incluso los más dispuestos a prescindir totalmente de sus gafas.

En general, las lentes de contacto esclerales fallaban por alguna de las siguientes razones:

1º. Las escleras raramente son esféricas.
2º. Las dimensiones de las córneas varían.
3º. Debido al peso de las lentes, la parte superior de la sección escleral de la lente descansaba sobre el limbo corneal superior.
4º. Las lentes tenían un diámetro demasiado pequeño.

 

 5. DESARROLLOS TECNOLÓGICOS

Se produjeron cambios en la naturaleza de las sustancias de las que estaban compuestas las lentes. Se había probado con el cuarzo, Wilhelm Clausen (1878-1961) de Berlín y von Hippel utilizaron el celuloide, Heine empleó cristales tintados, Bernardo E. Streiff (1908- ? ) de Lausana y Karl Ascher (1889-1971), que de Praga se trasladó a Cincinnati, eran partidarios de porciones opacas esclerales para los albinos y D. Pischel fabricó lentes cosméticas para la aniridia traumática.

El aparato utilizado para adaptar las lentes de contacto era la ventosa de goma habitual, la cual era suplida con la del surtidor de Zeiss.

Se diseñaron aparatos más complejos. Leonard Koeppe (1884-1969) , de Berlín, utilizó una doble cánula para facilitar el escape del aire entre el cristal y el ojo. En Viena, D. K. Lindner diseñó un aerosol para el suero fisiológico.

Afleck Greeves (1878-1966) 29 optaba por una ondina, pero esto requería un ayudante. O’Bourke complicaba la sección de goma añadiendo un reservorio. Era preciso resolver el problema de la retirada de la lente, ya que muchos pacientes se producían abrasiones en los intentos para quitárselas.

Con frecuencia los usuarios de lentes de contacto pensaban que la intolerancia se debía a las soluciones empleadas. La solución de suero fisiológico era la más aceptada y, aunque la bibliografía no recoge datos sobre esta cuestión, muchos pacientes modificaban la concentración de la misma e incluso añadían otros productos químicos con el objetivo de incrementar el tiempo de uso de las lentes.

 

 6. LENTES DE CONTACTO Y MOLDES OCULARES

Parece que las primeras lentes de contacto fabricadas a partir de moldes del segmento anterior fueron realizadas por Stephan en colaboración con Csapody (1856-1912) 30, utilizando Dentokoll, un hidrocoloide dental mejor que el previamente recomendado aceite de parafina.

E. von Hippel comunicó que la compañía Zeiss había iniciado experimentos con el Zellon 31. Clausen confirmó estas experiencias y sus excelentes resultados 32. Una nueva técnica se desarrolló a mediados de la década de los treinta: J. Dallos 33, en Budapest, revivió el trabajo original de Fick y comenzó a tomar moldes de los ojos. Para ello utilizó un hidrocoloide elástico, el Negacoll de Poller, que se había producido por primera vez en 1928 y fue muy utilizado en la década siguiente. Se instilaba un anestésico local y el Negacoll se ponía en contacto con el globo ocular. El material fraguaba rápidamente y en dos o tres minutos podía extraerse o desplazarse. Blando y plegable, no producía irritación o erosiones en el ojo, como había ocurrido con otros productos. A partir de este molde negativo se obtenía un molde positivo en una preparación sólida semejante a cera y llamada «hominit».

Basándose en este positivo de hominit, Josef Dallos producía un molde de metal, primero de plomo y después de latón. Con estas impresiones metálicas, se fundía un cristal y después se presionaba en posición hasta que tomaba la forma de una exacta reproducción del ojo. Pero esto no era aún el final. El cristal se colocaba sobre el ojo del paciente y se modificaba en un sentido o en otro hasta que el paciente lo soportaba cómodamente. Era necesario trabajar con el paciente durante una hora cada día hasta que los tejidos oculares tolerasen el contacto con la lente.

Para modificar las lentes se tardaba como término medio entre cinco y diez días, hasta alcanzar la comodidad y la tolerancia deseadas. No es preciso recordar que la adaptación y modificación de la lente se hacía a mano y esto requería una habilidad y unos conocimientos poco comunes.

Cuando el técnico estaba satisfecho del resultado y el paciente lo estaba del grado de tolerancia, se procedía a realizar la refracción y la muestra era enviada al laboratorio con los datos ópticos obtenidos.

Entonces se moldeaba una nueva lente de contacto a partir de la primera muestra hecha a mano y los datos ópticos se incorporaban a la porción corneal. Muchas de estas lentes fueron bien toleradas, pero la técnica era muy dificultosa, consumía mucho tiempo y resultaba cara. El diámetro promedio de las lentes era de 22 a 25 mm. Dallos, consciente de la importancia del mecanismo circulatorio lagrimal, fenestraba el área límbica de la lente.

Dallos se trasladó más tarde de Budapest a Londres, donde organizó la fabricación de lentes de su modelo, y abrió también una sucursal en Utrecht. Dallos desde Londres y Adolf W. Müller-Welt desde Stuttgart elaboraron lentes esclerales fluidless (sin líquido) que no requerían el uso de solución auxiliar, ya que permitían la circulación de la lágrima con relativa libertad.

Este tipo de lente, difícil de fabricar, podía utilizarse durante más tiempo sin que apareciera edema corneal. George Nissel, cuñado de Dallos, era un excelente técnico en lentes de contacto y colaboró con él en Londres.

Adolph W. Müller-Welt fabricaba lentes esclerales de cristal soplado a mano en Stuttgart desde 1927. Su laboratorio Müller-Welt Contact Linsen producía amplias gamas de lentes de prueba. Joseph L. Breger empezó a utilizar el sistema Müller-Welt primero en Canadá en 1949, y luego en Estados Unidos en 1950.

Zeiss y Müller-Welt fabricaron lentes con forma tórica en las porciones esclerales, las cuales eran moldeadas después de una larga serie de pruebas. El material era químicamente resistente y pesado. Era un intento de colocar la técnica del moldeo en una producción de alto volumen.

Muchas de estas lentes eran cómodas, pero las de Müller-Welt no daban buenos resultados porque el espacio capilar en la porción corneal no era el adecuado y en el limbo podía contactar rudamente con la lente. También era difícil adaptar la esclera con una variedad limitada de curvas tóricas, aun cuando se incrementara de 20 a 120 el número de lentes de las cajas de prueba.

Los productos Zeiss parecían resultar demasiado pequeños y su diámetro máximo era de 20 a 21 mm aproximadamente. También la porción corneal era demasiado pequeña.

La Primera Guerra Mundial interrumpió la mayoría de estos trabajos y la investigación acerca de las lentes de contacto se suspendió durante largo tiempo. Sin embargo, en 1937, la compañía americana Kollmorgen Optical Corporation comenzó a fabricar lentes de contacto esféricas por pulido que eran muy similares a las originales de Zeiss. Después, Kollmorgen comenzó a producir lentes moldeadas a partir de moldes de ojos individuales.

Parece que el peso y la dificultad para modificar el producto final eran las mayores desventajas de estas lentes. En Utrecht, en la Clínica Oftalmológica Universitaria de Weve, Thier estableció la técnica de producción de lentes de contacto según moldes individuales.

En opinión de Haas, Thier no debía a Dallos aportación técnica alguna, teniendo en cuenta que éste rechazaba informar acerca de los procedimientos de fabricación de sus lentes. Thier presentó en la Societé d´Ophtalmologie de París las lentes manufacturadas en Utrecht. Las lentes de Thier se adherían sin líquido alguno y, según Haas, la tolerancia era muy satisfactoria.

 

 7. LENTES DE MATERIAL PLÁSTICO

En el desarrollo de las lentes de contacto, supuso un avance extraordinario la utilización de los nuevos polímeros plásticos transparentes, en particular del polimetil metacrilato (PMMA), a finales de la década de 1930. Este material tenía una transmisibilidad luminosa igual a la del cristal, era duro y poco friable, resistente al rayado, químicamente inerte, con un peso equivalente aproximadamente al 40% del peso del cristal e índice de refracción de 1’489.

William Feinbloom, que comenzó a experimentar con lentes de contacto antes de 1932, propuso un modelo en 1936-37 que tenía una porción escleral plástica (PMMA) y la parte corneal de cristal; se comercializaron variantes del modelo sin resultado positivo. Feinbloom diseñó también lentes bifocales y multifocales en 1936.

A finales de la década de 1930, Theodore Obrig, John Mullen y Istvan Gyorrfy consiguieron por primera vez lentes completamente fabricadas en material plástico. Utilizaron una variedad de polimetil metacrilato (Perspex).

Josef Dallos y Norman Bier, entre otros, modificaron y mejoraron los diseños de estas lentes en cuanto a forma, posición, fenestración, etc.

Obrig y Salvatori fundaron los Obrig Laboratories en Nueva York en 1938. Durante la década de 1940 y principios de la de 1950, los libros de estos autores fueron la fuente de información más importante sobre lentes de contacto. Esta empresa y y Precision-Cosmet fueron durante la década de 1940 los mayores fabricantes de lentes de contacto.

Harstein atribuye a Obrig la incorporación de la fluoresceína al proceso de adaptación de las lentes de contacto. En 1936-37, Obrig descubrió de forma accidental la utilidad de proyectar luz negra sobre fluoresceína instilada en el ojo para evaluar la circulación lagrimal entre la lente y la superficie corneal. La fluoresceína ya había sido utilizada, pero siempre con luz blanca. La luz negra representó un aportación de gran importancia. Con esta técnica se demostró que las córneas tenían un diámetro que oscilaba entre 12 mm y 14’5 mm. Según Colembrander, este procedimiento había sido preconizado por L. Paufique.

Obrig fue quien por primera vez, en 1936, empleó la fluoresceína para la adaptación de lentes de contacto.

En aquel momento, las lentes de contacto eran de tipo escleral y consistían en una porción corneal esférica con un diámetro de 12 mm rodeado por un anillo escleral de 20 mm de diámetro.

Era necesario cambiar con frecuencia el fluido para evitar la aparición del fenómeno de Fick, conocido en la actualidad por "velo de Sattler" y que se manifiesta por visión borrosa acompañada de halos coloreados alrededor de las luces. Hasta 1949, se pensó que era posible prevenirlo utilizando una solución del pH adecuado entre la lente y el ojo, por lo que se propusieron soluciones de bicarbonato sódico, suero fisiológico, metilcelulosa, etc., e incluso Harry Hind (Barnes-Hind) desarrolló diversos productos en un intento por combatir el edema corneal. Tanto para los clínicos, como para los expertos, todavía no estaba clara la etiopatogenia del fenómeno y su relación con la insuficiencia de oxigenación derivada del obstáculo que la lente representaba para la circulación del film lagrimal.

Parecía claro que un paso definitivo hacia la lente ideal se había llevado a cabo. Desgraciadamente, la Segunda Guerra Mundial detuvo estas investigaciones y retrasó la obtención de unos resultados positivos que parecían casi inmediatos.

Bier presentó en 1943 las lentes minimum clearance (mínimo espacio entre la córnea y la lente), con las que no era necesario interponer un líquido entre ellas y la córnea. Las denominó lentes "transcurvas" debido a que incluyó una curva de transición entre córnea y esclera. Eran lentes fenestradas, con perforaciones en el lado temporal.

En 1946, Frederick Ridley (Figura 11), que se había incorporado al Moorfields Eye Hospital de Londres en 1938, colaboró en el departamento de lentes de contacto, que se organizó como tal en 1951 y en el que, ya en 1962, se habían investigado y tratado 7.000 casos, con 4.300 adaptaciones, incluidas lentes corneales y microcorneales. Ridley prestó gran atención al uso terapéutico de lentes de contacto, las llamadas contact shells. Eran lentes esclerales no fenestradas (flush fitting shells) que se fabricaban en polimetilmetacrilato a partir de un molde del ojo del paciente y se aplicaban en multitud de trastornos en los que era necesario proteger el segmento anterior, a semejanza de una tarsorrafia o un colgajo conjuntival, crear una cámara húmeda, impedir el desarrollo de simbléfaron, proteger un ojo irritable o aplicar radioterapia, entre otras aplicaciones. Estas lentes no llevaban corrección óptica y Ridley comenta que podían fabricarse y adaptarse en dos horas y se utilizaban como medida transitoria o cuando no era posible conseguir una visión útil.

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Ridley fundó en 1946 el primer departamento de lentes de contacto, en el Moorfields Eye Hospital de Londres, interesándose especialmente en su uso terapéutico.

El trabajo monumental de Ridley en este campo de las lentes de contacto terapéuticas tuvo eco en los trabajos de Herbert L. Gould , de Nueva York, quien manifestó su acuerdo con aquél en la necesidad de que se crearan unidades hospitalarias con oftalmólogos interesados y técnicos preparados para desarrollar la adaptación de lentes de contacto esclerales con fines terapéuticos, actividad que Gould consideraba difícil y que no debía realizarse en los consultorios por ser poco satisfactoria y nada rentable.

Solon Braff fue el primero en utilizar un hidrocoloide no irritante que reemplazaba al Negacoll para la obtención de moldes del segmento anterior. La aportación de este tipo de materiales que no requerían la anestesia del ojo (1945) estimuló el interés por las lentes de contacto.

 

 8. PRIMERAS LENTES DE CONTACTO CORNEALES

Como comentamos anteriormente, Jean Baptiste Eugene Kalt fue uno de los primeros oftalmólogos en utilizar una lente de contacto corneal hacia 1888. Esta cuestión fue abordada de nuevo por Kevin Tuohy 60 años después, en 1948, para producir en Estados Unidos las primeras lentes de contacto corneales. La solicitud de autorización de patente fue presentada en ese año y concedida en 1950. Tuohy, que empezó siendo un colaborador técnico de los Obrig Laboratories de Nueva York y Montreal y más tarde socio del Solex Laboratory de Solon Braff; está considerado el descubridor de las lentes corneales de PMMA.

Goodlaw señala que, en 1946, Villagran mostró a Tuohy y Braff la sección óptica correspondiente a lo que debería haber sido una lente escleral, pero en la que, por error en el corte, había eliminado la sección escleral. Al darse cuenta de que con estas lentes más pequeñas podría llegar más oxígeno a la córnea, Tuohy comprendió la ventaja de las lentes corneales, hasta el punto que diseñó unas para su esposa y otras para él mismo. Eran ligeramente biseladas en la periferia de la cara corneal, monocurvas y con un radio de curvatura de la cara corneal ligeramente mayor que los radios corneales. Las primeras lentes tenían 11’5-12’5 mm de diámetro y 0’3-0’4 mm de espesor, y hacían innecesario interponer un líquido, ya que la atracción capilar de la película lagrimal normal era suficiente para mantener la lente en posición. Por esta razón, la oxigenación corneal no se veía interferida por la lente y quedaban superados los inconvenientes de las lentes de contacto esclerales. Tuohy solicitó la patente de este tipo de lentes en 1948.

Estos detalles eran resultado de investigaciones anteriores, pero Tuohy supo incorporarlos a sus lentes con acierto y eficacia. La tolerancia y la capacidad correctora resultaron muy satisfactorias. El diseño, sin embargo, resultaba muy simple y la motilidad del párpado superior dislocaba con cierta frecuencia la lentilla. Esta lente monocurva eliminaba muchos síntomas subjetivos y aminoraba los riesgos de edema corneal.

Dennis C. England y George H. Butterfield buscaron con sus diseños aproximarse más a la curvatura corneal. England solicitó por tres veces la patente de su diseño entre 1946 y 1949, pero le fue denegada. En 1950, Butterfield presentó su solicitud de patente para una lente corneal que denominó Microlens y cuya superficie posterior, paraboloide, reproducía más fielmente la de la córnea; es la precursora de casi todos los diseños de lentes de contacto rígidas, desde principios de la década de 1950 hasta la actualidad.

A partir de este tipo de lentes se llevaron a cabo diversas modificaciones encaminadas a mejorar la óptica y la adaptación, y a incrementar con ello la tolerancia y el tiempo de uso satisfactorio. Las Microlens o microlentillas, de aproximadamente 9’5 mm de diámetro y 0’2 mm de espesor, fueron perfeccionadas simultáneamente en 1952 por Wilhelm Soehnges (Alemania), Frank Dickinson (Reino Unido) y John C. Neil (Estados Unidos), que habían trabajado de forma independiente. Eran monocurvas, como las lentes de Tuohy, y se adaptaban entre 3’00 y 4’00 D más planas que el meridiano corneal menos curvo.

A mediados de la década de 1950 se diseñaron lentes corneales fenestradas (Vent Air y Spiro-Vent Lens, ésta ya de 1961) y hacia 1956, la Plastic Contact Lens Company, fundada en 1946 por Newton Wesley y George Jessen, presentó la Sphercon, una lente de 9’5 mm de diámetro, 12’5 mm de radio de curvatura periférica (bisel) y 0’4 mm de espesor que tuvo una difusión extraordinaria.

En cuanto a la búsqueda de superficies más próximas a la corneal, ya en 1955, Norman Bier presentó el principio de la conforming contour lens, con varios radios internos y diámetro comprendido entre 7 y 9’4 mm. La ventaja de este tipo de lentes es que tenían curvas periféricas más planas. A diferencia de las lentes de Tuohy y las microlentes, para adaptarlas no era necesario que la curva interna de la lente fuera más plana que la córnea.

Como ya hemos comentado, en el servicio de lentes de contacto del Moorfields Eye Hospital se adaptaron lentes de contacto corneales y microcorneales, para cuya fabricación se procedía a tomar una impresión utilizando Ophthalmic Celex y, tras un vaciado en material dental, se elaboraban las lentes en Transpex I (I.C.I.). Se trataba de metilmetacrilato puro, con objeto de prevenir las reacciones tisulares que pudieran generar otros ingredientes. El casquete obtenido se reducía después al tamaño adecuado en cada caso, adaptando la lente al diámetro corneal correspondiente. Se calculaba cada lente por separado hasta obtener la flexibilidad adaptada a los radios, potencia y espesor, y corregida la distancia al vértice.

Tanto las lentes esclerales de PMMA, como las diseñadas por Tuohy y las lentes corneales de PMMA más próximas a la curvatura corneal, dominaron el mercado de las lentes de contacto hasta la aparición de las lentes de hidrogel hacia 1971.

Las lentes de contacto de PMMA, tanto esclerales como corneales, dominaron el mercado hasta la aparición de las lentes de hidrogel en 1971.

 

 9. LENTES DE CONTACTO BLANDAS

9.1. Lentes de hidrogel

Las lentes de contacto blandas son lentes flexibles que se amoldan a la superficie corneal. La mayor parte de estas lentes blandas son hidrófilas (a veces referidas como hidrogel), porque tienen la característica de absorber y retener el agua.

Hermann Staudinger 35 (1881-1965), fundador de la química de los polímeros, demostró en 1936 que la cantidad de líquido confinada en la tumefacción de un gel era inversamente proporcional al grado de reticulación de la red polimérica. El trabajo desarrollado por Staudinger se concentró predominantemente en polímeros no solubles en agua.

El desarrollo de las lentes de este tipo de materiales hidrofílicos fue iniciado por un grupo de químicos checoslovacos bajo la dirección de Otto Wichterle, químico experto en polímeros, y su asistente y colaborador Drahoslav Lim, en el Instituto de Química Macromolecular de la Academia Checoslovaca de Ciencias en Praga. En 1954, bajo la dirección de Wichterle, Lim sintetizó el hidroxietil metacrilato (HEMA) y el diéster de glicol. Este HEMA primario fue denominado Hydron. Era un material transparente y blando que, al hidratarse, absorbía un 40% de agua, pero es insoluble en agua debido a la presencia de entrecruzamientos que forman una red tridimensional. Wichterle consultó entonces con Maximillian Dreifus, oftalmólogo interesado en utilizar este material para implantes.

Wichterle también había desarrollado en 1951 un proceso sencillísimo para producir lentes de contacto llamado spin casting, en el que se polimerizaban los monómeros de HEMA en un molde cóncavo en rotación, de modo que la potencia dióptrica estaba controlada por la velocidad de giro y la óptica del molde. Así, a partir de 1956, Wichterle y Dreifus colaboraron en la fabricación y adaptación de miles de lentes fabricadas en la propia casa del primero 36.

En 1960, Wichterle y Lim publicaron un artículo en Nature proponiendo el uso de geles hidrofílicos para usos biológicos y, en concreto, para las lentes de contacto 37.

Según estos autores, el material debía reunir las características siguientes:

1. Que la estructura permitiera retener un determinado contenido de agua.
2. Que resultara un material inerte para los procesos biológicos normales, incluyendo la resistencia a la degradación del polímero ante las reacciones desfavorables del organismo.
3. Que fuera permeable a los metabolitos.

Para proseguir sus investigaciones, Wichterle tuvo que enfrentarse con el Instituto en el que trabajaba y con el escepticismo del colectivo de los ópticos. Este material polimérico fue patentado en 1963.

En los 6 a 8 años siguientes a 1961, tanto el uso de lentes de hidrogel como la experimentación con estos materiales fueron limitados y los resultados, decepcionantes. Aunque por lo general resultaban lentes bastante cómodas, solía ser un problema conseguir una visión satisfactoria. Debido a su consistencia blanda, perdían a menudo su forma original y distorsionaban la imagen.

Las primeras experiencias con los hidrogeles fueron decepcionantes; a pesar de permitir una adaptación cómoda, la calidad visual era insatisfactoria por provocar distorsiones.

En 1966, se celebró en Praga el I Congreso de lentes de contacto hidrofílicas, en el que se puso de relieve la dificultad para producir series de lentes de las mismas características con los métodos de los que se disponía (polimerización por centrifugación).

En 1967 comenzó, también en Praga, la «experiencia Geltakt», con las lentes de contacto de HEMA llamadas Geltakt. Mientras Sampson afirmaba que el uso de estas lentes era poco satisfactorio, Gomber mantenía que en Checoslovaquia varios miles de personas las utilizaban habitualmente con buen resultado.

Por lo general, los diámetros de las lentes de contacto blandas estaban comprendidos entre 10 y 13 mm, y se disponía de una gama cada vez más amplia.

En Harrisburg, Pasadena, un optometrista muy emprendedor llamado Robert J. Morrison se percató del potencial de este nuevo material y viajó a Checoslovaquia, en donde compró al gobierno checo los derechos de fabricación de lentes de HEMA según la técnica de Wichterle por unos 330.000 dólares estadounidenses. El siguiente paso consistía en encontrar un fabricante/desarrollador, pero pocos se mostraron interesados. Dos inversores, que eran también abogados de patentes, Martin Pollack y Jerome Feldman, propietarios de la empresa National Patent Development Corp. (NPD), y que no conocían nada sobre lentes de contacto, se dieron cuenta del potencial de este producto y le compraron a Morrison los derechos sobre el mismo por un millón de dólares. Morrison obtuvo un buen beneficio, pero el de National Patent Development fue aún mayor. Tras intentar que varias empresas importantes de óptica se interesaran por este tipo de lentes, consiguieron por fin que Bausch & Lomb adquiriera la patente por tres millones de dólares (hacia 1967). Pollack fundó años después American Hydron, que actualmente forma parte de Ocular Sciences (Biomedics).

Con posterioridad se añadió vinilpirrolidona (VP) al polímero con objeto de incrementar su contenido en agua. Así surgió la segunda generación de lentes de contacto con mayor contenido hídrico y, por consiguiente, mucha mayor capacidad de transporte de oxígeno. Muchas de las lentes de hidrogel que se han difundido durante los últimos años, corresponden a esta segunda generación.

En diciembre de 1968, la Food and Drug Administration (FDA) de Estados Unidos declaró que las lentes de contacto blandas eran medicamentos y debían ser sometidas al mismo riguroso proceso que éstos antes de ser aprobadas para su comercialización. El 18 de marzo de 1971, Bausch & Lomb comunicó que la FDA aprobaba la producción y comercialización de sus lentes de HEMA Soflens para uso diario, si bien con algunas reservas.

A partir de 1971, con la comercialización de las lentes de contacto blandas, se asistió a un incremento espectacular de usuarios.

Alan Isen, un optometrista dueño de un laboratorio de fabricación de lentes de contacto rígidas (Griffin Lab) en el estado de Nueva York, logró que un químico de polímeros de la localidad, O’Driscoll, fabricara un hidrogel como el de Wichterle. Así nació la lente Griffin, luego llamada Softcon y que actualmente es propiedad de Ciba Vision. En realidad, la lente Griffin se comercializó antes que la de Bausch & Lomb, pero fue aprobada para uso terapéutico en la queratopatía bullosa. Sin embargo, se empleó sobre todo para defectos de refracción, de manera que resultaba sorprendente el alto número de miopes jóvenes con córneas de aspecto sano que recibieron el diagnóstico de queratopatía bullosa.

Barr y Bailey recuerdan que, durante la década de 1970, surgieron muchos problemas con la adaptación de estas lentes, tales como descentramiento, hipoxia y el "síndrome de la lente cerrada" (tight lens syndrome), que fueron superados con el perfeccionamiento en el material y la experiencia en su adaptación.

Se ofertaron dos tipos de lentes de contacto de hidrogel; las lentes de bionite, fabricadas por el laboratorio Griffin, y las Soflens de Bausch & Lomb 38. Las primeras se fabricaban con la técnica del torneado. Las Soflens, al igual que las lentes checas, se basaban fundamentalmente en el HEMA y se producían por el método del spin casting. Surgieron después otras compañías productoras tales como Hydro-Optics Union Corporation, Hydrophilic International Continous Curve, Milton Ray Corporation Dupont, etc.

En 1981, la FDA aprobó lentes blandas para su uso de un día para otro o prolongado, pero el desarrollo de este tipo de lentes se había iniciado diez años atrás, al principio de la década de 1970, con los trabajos de John DeCarle en el Reino Unido. Su propósito era desarrollar un material de alto contenido en agua (próximo al de la propia córnea) para lograr una mayor permeabilidad al oxígeno, y diseñar lentes de un diámetro inferior al corneal para no estimular una reacción neovascular en el limbo.

Los dos primeros materiales utilizados para estas lentes, destinadas al uso permanente, fueron el Permalens 71% (CooperVision, EE UU y Global Vision, RU) y el Sauflon 85% (Contact Lens Manufacturing, RU). A los informes sobre problemas de tolerancia y calidad de visión se sumaron más adelante los de lesiones oculares, depósitos y fragilidad, por lo que el uso de este tipo de lentes permanentes declinó en el Reino Unido y en Europa. La situación estimuló la investigación en este campo y se comprobó que algunos de los conceptos vigentes acerca de las condiciones para mantener la homeostasia corneal eran erróneos, como el límite del 2% de equivalente de presión de oxígeno o la independencia de la córnea con respecto a la atmósfera para su oxigenación.

El fracaso de las lentes de uso permanente favoreció el interés por desarrollar lentes que pudiesen utilizarse durante un tiempo sin necesidad de quitárselas para dormir. En la década de 1970, la FDA publicó una serie de normas para autorizar la comercialización de lentes de contacto de porte prolongado, denominación con la que se buscaba distinguirlas de las de porte continuado o permanente, así como insistir en la recomendación de retirarlas cada cierto tiempo. A raíz de la publicación de estas normas, aparecieron en el mercado estadounidense lentes de uso prolongado, primero para pacientes afáquicos, en 1979, y dos años más tarde para pacientes fáquicos, como la Hydrocurve 55% de Barnes-Hind y la Permalens 71% de CooperVision. Bausch & Lomb presentó en 1983 una lente ultrafina, año en el que también se comercializó la primera lente tórica de hidrogel para uso prolongado. En muy poco tiempo, hubo en el mercado más de veinte modelos de lentes de contacto de hidrogel para uso prolongado en ojos fáquicos, y proliferaron los estudios sobre los resultados clínicos y visuales, con conclusiones bastante dispares. En particular, se destacó la incidencia de queratitis por Pseudomonas aeruginosa, cuyos factores predisponentes o desencadenantes no estaban muy claros. La preocupación por esta y otras complicaciones relacionadas con las lentes de porte prolongado determinó que, a partir de 1985, declinara su uso, al tiempo que se iniciaban estudios sobre la queratitis microbiana (Contact Lens Institute, Abt Associates y Massachusetts Eye and Ear Infirmary, 1986-1989) y renacía el interés por hallar nuevos materiales con Dk más elevado.

Hacia 1989, se observó un nuevo aumento en las prescripciones de lentes de contacto de porte prolongado, cuyos fabricantes, en unión con la FDA, y basándose en los resultados de los citados estudios, decidieron modificar el etiquetado para recomendar un tiempo de porte comprendido entre 1 y 7 días y para insistir en el riesgo de queratitis ulcerosa y en la importancia de atender correctamente al mantenimiento de las lentes.

Fue precisamente el esfuerzo por simplificar el mantenimiento de las lentes de contacto de hidrogel lo que dio lugar a dos desarrollos interesantes:

• Las lentes desechables (Acuvue, de Johnson & Johnson; SeeQuence, de Bausch & Lomb; New Vues, de Ciba Vision Corp.), que resolvían el problema del mantenimiento. Empezaron a utilizarse en Dinamarca en 1984 (Danalens).
• La sustitución regular de las lentes por otras nuevas según períodos preestablecidos que iban de 1 mes a 12 meses. También en este caso Escandinavia fue pionera (Karl Nilsson).

 

9.2. Lentes de elastómero de silicona

La investigación en el campo de las lentes blandas de silicona, impulsada por la alta permeabilidad al oxígeno de este material, se inició a finales de la década de 1950 con los trabajos de Walter Becker, óptico de Pittsburgh, que comenzó a fabricarlas en 1956 y vendió su patente en 1959 a Joe Breger. Éste continuó los trabajos hasta que Dow Corning compró la patente en 1972. Las lentes tipo Müller-Welt de elastómero fabricadas por Breger tenían un diámetro corneal de 10,5 mm (Silcon). Dow Corning modificó el material y fabricó una nueva lente que recibiría el nombre de Silsoft y que recibió la aprobación de la FDA en 1981 para uso diario con fines cosméticos y para uso prolongado en pacientes afáquicos. En 1983, estas mismas lentes, con el nuevo nombre de Silsight, fueron las primeras autorizadas para uso prolongado durante treinta días. Estas lentes se fabricaron con diámetros de 11’3 y de 12’5 mm. Bausch & Lomb compró a Dow Corning las lentes de elastómero de silicona en 1985. En la actualidad, pueden obtenerse en cantidades muy limitadas a través de Bausch & Lomb.

Danker Laboratories desarrolló lentes de elastómero de silicona en 1970. Estas lentes fueron adquiridas después por Barnes-Hind. En Alemania, en la década de 1970, se comercializaron las lentes Silflex de Völk y Tesicon de Titmus.

Son lentes difíciles de fabricar, que han de ser moldeadas a alta presión y cuya superficie debe tratarse para superar el problema de la hidrofobia. También su adaptación es complicada debido a la alta elasticidad y es frecuente que se adhieran con firmeza a la córnea y causen lesiones.

 

 10. LENTES RIGIDAS PERMEABLES A LOS GASES

10.1. Acetato butirato de celulosa

El primer material utilizado para fabricar lentes rígidas permeables a los gases (RPG) fue el acetato butirato de celulosa (ABC), desarrollado inicialmente por Rynco Scientific Corporation en Estados Unidos a principios de la década de 1970, así como por laboratorios de otros países. Permitía una difusión moderada del oxígeno, lo cual era beneficioso para prevenir el edema corneal, pero el plástico no era tan estable como el PMMA, por lo que las lentes a menudo se aplanaban o se combaban al sumergirlas en la solución o al llevarlas en el ojo. Se buscó solucionar estos inconvenientes aumentando el espesor, pero ello generó nuevos problemas de adaptación y confort. Las primeras lentes de ABC fueron fabricadas por Danker Laboratories y aprobadas por la FDA en 1978. Son ejemplos de lentes de este tipo la lente Meso (Danker Laboratories), la RX-56 (Rynco Scientific Corporation) y la lente CAB Curve (Barnes-Hind).

 

10.2. Acrilato-silicona

En 1971, Norman G. Gaylord, químico de polímeros que trabajaba para la Polymer Optics Contact Lens Company en la búsqueda de un material rígido permeable a los gases (RPG), observó que copolimerizando el metilmetacrilato (MMA) con siloxanos con funciones metacrilato, podía combinar la excelente estabilidad y las características de procesamiento del MMA con la alta permeabilidad al oxígeno de la silicona. En concreto, Gaylord, que trabajaba en colaboración con Leonard Seidner, optometrista y dueño de la Polymer Optics, y su hermano Joseph, ingeniero, descubrió que copolimerizando el metilmetacrilato con el acrilato de silicona, metacriloxipropil tris(trimetilsiloxisilano) (TRIS), junto con agentes humectantes como el ácido metacrílico, podía obtener un material para lentes más estable que el ABC, con un alto módulo y buenos resultados en cuanto a resistencia al rayado, humectabilidad, estabilidad de las dimensiones y permeabilidad al oxígeno.

El material fue patentado en 1974 y en 1977 Syntex adquirió dicha patente a Polymer Optics. Las lentes Polycon se comercializaron en 1979 con un diámetro de 9’5 mm y una zona óptica de 8’4 mm. Más tarde, con 9 mm y 8’5 mm respectivamente.

A raíz del éxito de Gaylord prosiguieron intensivamente las investigaciones sobre materiales para lentes de contacto rígidas con mejor humectabilidad, mayor resistencia a los depósitos y mayor permeabilidad al oxígeno. La mayoría de estos estudios se concentraron en la síntesis de nuevos derivados de acrilato de silicona basados en el TRIS. Son ejemplos de las primeras lentes de acrilato-silicona las siguientes: Polycon II, Boston II, Paraperm 02 y Optacryl. Entre las lentes de este material con alta permeabilidad al oxígeno mencionaremos las Boston IV, Optacryl K y Paraperm 02 Plus.

Durante la década de 1980 eran muchos los laboratorios que estaban fabricando lentes de acrilato-silicona y se produjeron numerosos pleitos. Varias empresas desaparecieron a raíz de ventas y fusiones y, al cabo, los pleitos se resolvieron, quedando Paragon y Polymer Technology (B&L) como los laboratorios más importantes en este campo.

 

10.3. Materiales fluorados

A finales de la década de 1980, el siguiente paso en la investigación sobre lentes rígidas permeables a los gases lo constituyeron los diseños basados en materiales fluorados como fluorosiliconas (Equalens, de Polymer Technology, Menicon SF-P, de Menicon, Inc., Fluorocon, de Pilkington Barnes-Hind) y fluoropolímeros, de los que se hablará en la sección dedicada a las lentes de materiales híbridos.

 

 11. LENTES DE MATERIALES HÍBRIDOS

La diversidad de propiedades de los materiales utilizados para las lentes de hidrogel y para las lentes rígidas permeables a los gases ha impulsado la investigación para conseguir lentes de contacto que reunieran lo mejor de ambos mundos.

 

11.1. Tecnología bifásica

En 1977, Precision-Cosmet adquirió los derechos de un proceso desarrollado por Erikson y Neogi para reticular un plástico hidrofílico blando con un plástico rígido. Las investigaciones iniciales se realizaron con un hidrogel basado en el HEMA y con PMMA, pero la aparición de las primeras lentes rígidas permeables a los gases obligaron a desarrollar un material de este tipo para colocarlo en la parte central de la lente que estaban diseñando, y que resultó ser el pentasilcon P (1980). Al cabo de 14 meses de trabajo y perfeccionamiento del modelo, la nueva lente, denominada Saturn II, estaba preparada para someterse a las evaluaciones clínicas exigidas por la FDA. Se trataba de una lente cuyo centro era rígido permeable a los gases y estaba rodeado por una franja blanda hidrofílica, pero no se trataba de la aposición de dos materiales, sino de uno solo, bifásico, con una zona de transición; se denominó synergicon A y ofrecía las ventajas de una óptica rígida y el confort de las lentes blandas. La lente Saturn II se incorporó a la gama de lentes Sola/Barnes-Hind de 1986. Como consecuencia de ulteriores investigaciones, se perfeccionó el diseño de esta lente y se comercializó bajo la denominación de SoftPerm en 1989.

 

11.2. Fluoropolímeros flexibles

El resultado de esta tecnología de síntesis polimérica es una estructura molecular que se desvía de la de las lentes tradicionales de hidrogel y permeables a los gases en que el esqueleto no es de tipo carbono-carbono, sino carbono-oxígeno-carbono. Además, el metilmetacrilato aporta la resistencia a la flexión y la N-vinilpirrolidona mejora la humectabilidad. Desde el punto de vista clínico, la permeabilidad al oxígeno y la humectabilidad son excelentes, pero son lentes difíciles de fabricar. La primera lente flexible de fluoropolímero comercializada en Estados Unidos fue la lente Allergan Advent, fabricada por 3M. Es una lente pentacurva.

 

11.3. Diseños de superposición

La idea de integrar varios sistemas de lentes de contacto nació hace más de dos décadas. La primera aplicación consistió en emplear simultáneamente dos lentes de PMMA para la corrección de la presbicia. A principios de la década de 1970, Baldone presentó un diseño consistente en superponer una lente rígida a una lente de hidrogel. Con ello se buscaba aunar la comodidad y la estabilidad de los materiales hidrofílicos con la calidad óptica de las lentes rígidas. Las ventajas potenciales son evidentes, pero la adaptación de este tipo de lentes puede resultar difícil y acarrear problemas corneales, por lo que su utilidad es limitada.

 

12. DISEÑOS ESPECIALES

12.1. Lentes de contacto corneales asféricas

Fue Senff en 1846 quien describió por vez primera la asfericidad corneal 39, pero durante años este hallazgo no influyó en los diseños de lentes de contacto, que siguieron siendo esféricas. En la patente que presentó en 1946, Butterfield fundamentaba su diseño en el hecho de que la córnea humana se asemejaba más a una paraboloide, con la parte central esférica y radios de curvatura crecientes al progresar hacia la periferia. Sin embargo, desde un punto de vista funcional, su lente era una lente esférica con una periferia asférica de forma indefinida.

Según Feldman y Bennett, la era de las lentes verdaderamente asféricas comenzó con Feinbloom en 1961, quien no sólo describió una configuración elipsoidal, sino también la instrumentación para producirla. Expuso que una elipsoide representa una aproximación mejor a la forma de la superficie de la córnea del ojo humano y que las lentes de contacto con superficies internas elípticas suponen una mejora notable en el confort y el tiempo de uso para el paciente.

En la década siguiente, el estudio detallado de la forma de la córnea humana discurrió paralelo al desarrollo de los métodos de fotoqueratoscopia, basados en el trabajo pionero de Gullstrand 40. Así, se comprobó que el modelo de Feinbloom era demasiado limitado y que la forma de la córnea podía representarse mejor acudiendo a la familia de las curvas conicoides, esto es, las líneas de intersección de un plano con un cono según distintos ángulos (círculo, elipse, parábola e hipérbola).

Los métodos más precisos para el estudio de la curvatura corneal permitieron el desarrollo definitivo de las lentes asféricas.

Daniel Elliot fue el primero en describir y diseñar las lentes asféricas en 1964. Más adelante, Charles Neefe recibió la autorización de patente de una lente con una superficie cóncava en forma de curva sinusal en 1965.

David Volk, que había descrito en 1965 un método para generar superficies asféricas en las lentes, y Eugen Hirst difundieron la lente Con-O-Coid en Nueva Zelanda en la década de 1960. En esa misma época se introdujeron en Gran Bretaña las lentes bicurvas continuas con desplazamiento (continous offset bi-curve lens), que no llegaron a difundirse mucho. En 1966, Titmus Eurocon comercializó en Europa la lente Selecon, que entonces tenía una zona óptica central esférica y, años después, pasó a ser una lente totalmente asférica (Persecon E). Por esa misma época se presentó en Alemania la lente Ascon, desarrollada por Hecht y Muckenhirn (Hecht Contactlinsen BmbH, Friburgo, Alemania) y que, a diferencia de la Selecon, gozó de mucha más difusión y fue comercializada también en Estados Unidos por Bausch and Lomb (lente Quantum, con licencia de Hecht Contactlinsen). Goldberg propuso en 1970 las lentes asféricas para la presbicia. Su diseño de una lente con zona óptica asférica y periferia también asférica, pero siendo dos curvas diferentes, fue comercializado por Conforma Laboratories bajo la denominación de Ellip-See-Con. En cuanto a su diseño de una sola curva asférica posterior, fue comercializado por GBF Contact Lenses, Inc. como Ellips-A-Spheric. Otras aportaciones fueron realizadas por Breger en 1983 y Bronstein en 1985 (Formcon). En 1987, Volk recibió la autorización de patente para un diseño en el que la excentricidad de la curva cambiaba paulatinamente del vértice hacia la periferia.

A mediados de la década de 1980, Hanita Contact Lenses, de Israel, logró desarrollar una configuración única que fue denominada "biasférica" y concedió a Polymer Technology Corporation la licencia de comercializacíon de la lente en Estados Unidos bajo el nombre de Equacurve.

Allergan Hydron Europe Ltd. desarrolló un diseño interesante que describieron como "multiasférico" y que no es conicoide. Se comercializó con la denominación de GP 20/50.

 

12.2. Lentes de contacto bifocales

La historia de las lentes de contacto bifocales se inicia con diseños rígidos, cuya primera solicitud de patente data de 1936, mucho antes de que aparecieran las lentes bifocales de hidrogel. Fue William Feinbloom quien presentó dicha solicitud, pero no fabricó las lentes bifocales y multifocales. Su diseño se basaba en el principio de la visión alternante y consistía en un amplio sector superior para visión lejana y un pequeño sector inferior para visión próxima.

Otro diseño temprano fue la lente bifocal escleral de Williamson-Noble, compuesta por una zona central para visión próxima y una zona anular periférica para visión lejana; empezó a utilizarse en Inglaterra en 1950.

A este diseño anular siguieron otros dos, el de John DeCarle, en 1957, y el de Moss-Arner unos años después. Ambos constaban de dos zonas concéntricas de distinta potencia dióptrica, conseguidas a base de tallar en la cara posterior dos zonas con distinto radio de curvatura. La porción para visión próxima era central y lo bastante pequeña como para que la pupila la cubriera por completo y abarcara también parte de la zona para visión lejana. Se trataba, pues, de un diseño basado en el principio de visión simultánea o «bi-visión», como gustaba de describirla DeCarle.

Al mismo tiempo, Wesley-Jessen diseñaba su lente, cuya cara anterior era bicurva. Era también un diseño anular, pero basado más en la idea de la visión alternante.

En 1970, Wesley-Jessen desarrolló el diseño de alineamiento múltiple para la obtención de un efecto de hendidura estenopeica.

Se utilizaron materiales plásticos con distintos índices de refracción para crear diseños concéntricos, como la reverse central bifocal contact lens de Bronstein (1968), lente de imagen simultánea con la parte central para visión próxima.

También las lentes corneales bifocales de imagen alternante por traslación se fabricaron en materiales plásticos de distintos índices de refracción: lente de Camp o bifocal de fusión y lente de Chester Black, de diseño similar al de un cristal de gafa bifocal.

La innovación más importante en los diseños de lentes de traslación se produjo cuando Mandell mejoró la lente modificada de Black, convirtiéndola en un diseño monocéntrico. Al disponer el centro de las secciones para lejos y para cerca en el mismo plano focal, eliminó todo salto de la imagen. Este nuevo diseño supuso un avance muy importante y su principio se aplica actualmente a todas las lentes de contacto bifocales de traslación.

A mediados de la década de 1970, comenzaron a fabricarse lentes bifocales de hidrogel en pequeños laboratorios, aunque la escasa experiencia y el método empírico de adaptación derivaron en una alta incidencia de fracasos.

De 1981 a 1983 se diseñaron tres nuevas lentes de contacto bifocales: la BiSoft de Ciba Vision, con una cara anterior bicurva y dos zonas concéntricas de las que la parte central era para visión próxima; la lente multifocal PA-1 de Bausch & Lomb, con la superficie posterior asférica, y la lente Trufocal de Wesley-Jessen, basada en el método de la visión alternante, y que obtuvo la aprobación de la FDA en 1983. Las propuestas parecían cubrir casi todos los problemas ópticos derivados de las ametropías y de la presbicia.

La primera lente multifocal rígida y permeable a los gases aprobada por la FDA fue la Silcon VFL en 1983, comercializada por Conforma Laboratories. La lente Tangent Streak, una bifocal rígida fabricada por Fused Kontacts de Chicago, empezó a adaptarse en 1980.

Allen Cohen, optometrista americano, y Michael Freeman, optometrista inglés, desarrollaron simultáneamente una retícula de difracción bifocal para lentes de contacto blandas y rígidas que aportaba un segundo foco para la visión próxima. Estas lentes funcionan según el principio de la visión simultánea y han sido fabricadas por Allergan Optical (en hidrogel) y Pilkington (RPG).

12.3. Lentes de contacto tintadas

Las lentes de contacto rígidas se han utilizado con fines protésicos desde sus inicios. En los primeros tiempos se empleaban lentes de gran diámetro (apoyo escleral) que cubrían las grandes cicatrices, pero si eran de PMMA, ocasionaban problemas fisiológicos. Inicialmente, los colorantes se incorporaban directamente en el material plástico, pero luego aparecieron lentes laminadas con iris pintados e interpuestos entre capas de PMMA transparente.

En la década de 1950 aparecieron lentes rígidas de PMMA más pequeñas y con las que se lograban mejores resultados en cuanto al intercambio de lágrima y aumentaba la exposición de la córnea, pero, por su menor tamaño y su mayor movilidad, a menudo no llegaban a cubrir del todo las cicatrices.

Las lentes cosméticas de hidrogel aparecieron en la década de 1960 y enseguida resultó evidente que eran las idóneas para utilizarlas como lentes protésicas tintadas. Wichterle se percató de las posibilidades que ofrecía el HEMA para absorber aditivos coloreados y describió varios métodos para ello. En los primeros intentos para teñir las lentes se acudió a todo tipo de métodos, muchos de ellos rudimentarios: tintes vegetales y Rit, tintas de lavandería, compuestos de epinefrina oxidada, colorante Astroturf y tinciones biológicas (p. ej., Sudán negro). Se hicieron experimentos con anilinas, etanol, calor, agua destilada y ácido acético.

La primera lente protésica tintada de hidrogel apareció hacia 1970. Presentaron sus productos la Narcissus Foundation (EE UU), la Toyo Corporation japonesa, que empleaba la seda y agentes opacificantes, la Titmus/Eurocon (Alemania Occidental), que comercializó dos variantes bajo la marca Weicon, y Neefe, que empleaba óxido de titanio o carbonato cálcico. Todas estas lentes eran difíciles de prescribir y usar, porque se tardaba en entregarlas al paciente, eran gruesas y resultaban costosas.

Desde la década de 1980 hasta ahora se han desarrollado numerosos modelos de lentes tintadas de hidrogel que, en síntesis, pueden dividirse en translúcidas y opacas. Debe mencionarse, asimismo, el uso ocasional de lentes corneales tintadas superpuestas a lentes de hidrogel y destinadas a córneas de topografía difícil.

 

 13. SOCIEDADES

Mencionaremos brevemente que la primera sociedad de lentes de contacto fue creada bajo la presidencia de la insigne oftalmóloga Ida Carolina Mann (1893-1983) 41 (Figura 12), quien pronunció una conferencia sobre el tema el día de la inauguración en 1947. La Dra. Mann recopiló y resumió en 1938 las indicaciones del uso de lentes de contacto en la tabla 1.

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En España, la Sociedad Española de Contactología se constituyó el 10 de noviembre de 1975, fecha de aprobación de los Estatutos por el Ministerio de Gobernación. Su primer presidente fue Emilio Gil del Río, a quien sucedió el presidente actual, Salvador García Gómez.

 

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1 Hofstetter HW y Graham R: "Leonardo and contact Lenses" Am J Optom 30.:441,1953. Cit. por Barr JT y Bailey NJ en "History and Development of contact lenses". Op. cit. P. 1.

2 Descartes R: Dioptrice Lugd. Batav. 1637. Descartes publicó su "Geometría" (escrita en francés en 1637), que supuso la creación de la geometría analítica, no como un libro aislado sino con otros dos ensayos "Los Meteoros y la Dióptrica" en un volumen único cuyo prólogo era precisamente "El discurso del Método".

3 P. Hire: Tienen especial interés sus comunicaciones a la Real Academia de Ciencias. Journal des Sçavans.1685. P. 398. "Accidens de la vue", 1693. "De quelques faits d’Optiques et de la manière dont se fait la vision" (vision dans l´eau). París, 1709.

4 T. Young: Médico, fisiólogo y egiptólogo inglés. Contribuyó a establecer la teoría ondulatoria de la luz. Durante su época de estudiante publicó sus primeros trabajos acerca del mecanismo de la acomodación. Elaboró la teoría de la visión cromática y, por sus grandes conocimientos lingüísticos y su

condición de experto políglota, dio la primera clave para el desciframiento de los jeroglíficos egipcios. Duke-Elder escribió "Young was perhaps the most extraordinarily versatile genius that ever lived". (On the Mechanism of the Eye. Philos Trans. 1801.I.23. Miscellaneous Works of the late Th.Young. Ed. Peacock Londres, 1855).

5 Sir John Frederick William Herschel (1792-1871), hijo del celebre astrónomo germano-británico Sir Frederick William Herschel (1738-1822).

6 Sir George B. Airy, célebre astrónomo inglés y director del observatorio de Cambridge. Fue elegido Fellow of the Royal Society en 1836 y Presidente en 1872-73.

7 W.W. Cooper se interesó por las lesiones traumáticas del globo ocular y escribió Practical remarks on near sight, aged sight and impaired vision; with observations upon the use of glasses and on artificial light. (1847). Observations on conical cornea (1850) y On Wounds and Injuries of the Eye (1859), con un capítulo dedicado a la oftalmía simpática.

8 E.T. Saemisch fue asistente de Alexander Pagenstetcher y fundó en 1863 un instituto privado de oftalmología. Fue profesor de la universidad desde 1873. Su libro sobre la ametropía normal y la patología del ojo (1862) y su monografía sobre la úlcera corneal (1879) tuvieron gran difusión. Editor con Alfred Graefe del "Handbuch der Gesammten Augenheilkunde", 7 vols. Leipzig, 1874.

9 F.C. Donders: Con von Graefe, Helmholtz y Bowman, forma parte del conjunto de grandes figuras vinculadas a la moderna oftalmología. En 1847, fue nombrado Profesor de la Universidad de Utrecht. En la Exposición Internacional de Londres entabló amistad con Bowman y Graefe. Creó todos los términos que se utilizan actualmente en la refracción, incluyendo el de "afaquia". Fue Presidente del IV Congreso Internacional (1872) y del VII (1888).

10 E. Javal: Provisto de una gran preparación en Matemáticas y Física, aportó un criterio riguroso a la investigación en Oftalmología. Apasionado partidario de la revisión del proceso de Dreyfus, sufrió un ataque de glaucoma que evoluciono progresivamente hasta la ceguera..

11 H.A. Schiötz: Estudio con Arlt y Fuchs y trabajó con Javal en la elaboración del Oftalmómetro que se exhibió en Milán (1880). Regresó a Noruega en 1881. Fue nombrado Profesor en 1901. Diseñó el tonómetro que lleva su nombre y lo presentó en el Congreso de la Sociedad Médica Noruega en 1905. Proyectó un Perímetro autorregistrador y las linternas para la exploración cromática.

12 Carl Zeiss (1816-1888) nació en Weimar y fundó en Jena un taller de fabricación de instrumentos ópticos en 1846. Consciente de la importancia del instrumental de óptica en la investigación científica, contrató los servicios del fisico-óptico Ernest Abbe (1840-1905), que llegó a ser el experto más cualificado en su especialidad. Abbe era natural de Eisenbach y accedió a la cátedra de Física y Matemáticas de Jena en 1870. Aportó el empleo del condensador en el microscopio, las lentes apocromáticas y las lentes de inmersión en aceite. Después de la muerte de Zeiss, Abbe se convirtió en el propietario de la empresa, que cedió 3 años más tarde a la Fundación Carl Zeiss.

13 Smelser GK y Ozanics V: Importance of Atmospheric Oxygen for Maintenance of the Optical Properties of the Human Cornea. Science, 115:140, 1952 y Arch Ophthal 47: 328, 1952.

 

Structural Changes in corneas of guinea pigs after wearing contact lenses. Arch Ophthal 49:335-340, 1953.

14 J.B.E. Kalt sucedió a su maestro Panas en la jefatura del servicio de oftalmología del Quinze-Vingts de París. Aportó la sutura en la operación de la catarata (1894). Le sucedió su hijo Marcel (1896-1970) en el servicio del Quinze-Vingts.

15 Photinos Panas nació en Grecia (Cefalonia), estudió Medicina en París y obtuvo la ciudadanía francesa. Fue miembro de la Legión de Honor y Honorario de la Sociedad Oftalmológica de Berlín (1902). Panas fue cofundador de la Sociedad Francesa de Oftalmología (1883)

16 Müller A: Brillengäser und Hornhautlinsen. Dreck von L., Handorff. Kiel, 1889 (En traducción al inglés de Hübner K para el artículo de Pearson RM y Efron N: Hundredth Anniversary of August Müller’s Inaugural Dissertation on Contact Lenses. V. Bibliografía)

17 Langham M: Utilisation of oxygen by the component layers of the living cornea. J Physiol 117: 461, 1952.

18 T. Leber: Estudió Fisiología con Helmholtz y Oftalmología con Knapp en Heildelberg, y completó su formación con Ludwing en Viena y Graefe en Berlín. Nombrado profesor de Heidelberg en 1890, se le concedió la Medalla Graefe en 1896. Se le considera por la amplitud, calidad y rigor científico de su obra como uno de los fundadores de la moderna Oftalmología. Propuso el término "degeneración tapetorretiniana" para las distrofias del epitelio pigmentario de la retina.

19 Sulzer D: La correcture optique du keratocone, de l’astigmatisme irrégulier et de l’astigmatisme cicatriciel. Ann Oculistique 107:321, 1892.

20 Lohnstein Th: Zu Glässerbehandlung der unregelmässigen Hornhaut. Klin Mbl Augenheilk, 34:405, 1896. Die Berechnung der Planokonvexlinse des Hydrodiaskops. Klin Mbl Augenheilk, 35:2656, 1896.

21 Much V: Über Haftglässer. Arch F Augenheilk, 105:390, 1932.

22 Siegrist A: Die Behandlung des Keratoconus. Klin Mbl Augenheilk, 56:400, 1916. Siegrist fue uno de los fundadores de la Sociedad Oftalmológica Suiza en 1908. Le sucedió en la jefatura del Servicio Hans Goldmann en 1935.

23 Koller K: The Application of Cocaine to the Eye as an Anesthetic. En JE Lebensohn (ed.): An Anthology of Ophthalmic Classics. The Williams & Wilkins Co. Baltimore, 1969. Pp. 324-329.

24 S. Duke-Elder: Primer Presidente de la Faculty of British Ophthalmologists (1945). Su primer libro, "Recent Advances in Ophtalmology", se publicó en 1927. Será recordado siempre por su monumental aportación a la literatura oftalmológica con su "Text Book" (7 vols.) (1940-47-54) y su "System of Ophthalmology" (1967-1976) (15 vols.).

25 Hijo de Arthur V. Hippel (1841-1916), profesor de la Universidad de Koenigsberg

26 D.K. Lindner: Sucedió a Dimmer en la jefatura de Clínica II de Viena. Muy interesado en los problemas de óptica, su libro "Lehrbuch der Augenheilkunde" se publicó en 1957.

27 L. Heine: De su labor destaca su gran contribución quirúrgica, la ciclodiálisis antiglaucomatosa (Die Zyklodialyse, eine neue Glaukomoperation. Deutsch Med Wchnshr 31:824, 1905.)

28 L. Koeppe: En 1918 aportó su lente de contacto para la exploración del fondo de ojo con lámpara de hendidura. Poco después, Goldmann aportó su lente provista de espejos. Premio Graefe en 1922.

29 A. Greeves: Procedente de Suráfrica, ingresó en el Moorfields Hospital en 1915.

30 von Csapody S: Klin Mbl Augenheilk, 82:818, 1929. Congreso de la Sociedad Húngara de Oftalmología, 1929.

31 von Hippel E: Reinisch-Westf Augenartze, 1930.

32 Clausen W: Kontaktschalen aus Zellon. ReinWestf Aug 1930.

33 Dallos J: Über Abgussverfahren für Kontaktschalen" Ung. Ophth Ges Jun 1930 (Ref. Klin Mbl Augenheilk, 1930)

34 Gould HL: The therapeutic use of scleral lenses (A review of 526 cases.). En Rycroft PV (ed.): Corneo Plastic Surgery. Proceedings of the Second International Corneo-Plastic Conference. Pergamon Press. Oxford, 1967. Pp. 537-542.

35 H. Staudinger: Químico alemán creador de la química de las macromoléculas. Aportó una teoría referente a los polímeros que se convirtió en el fundamento científico de la química de los plásticos.

36 Wichterle O, Lim D y Dreifus M: To the problem of contact lenses. Cs ofthalm 17:1, 1961.

37 Wichterle O y Lim D: Hydrophilic gels for biologic use. Nature 185:177, 1960

38 Hughs WF: The Year Book of Ophthalmology. Chicago, 1970. Pp. 41-42.

39 Senff A: En Wagner R: Handworterbuch der Physiologie. Bd III, abt 1, p 271. Art, Sehen S, 1846 (cit. por Feldman GL y Bennett ES: Aspheric Lens Designs. En ES Bennett y BA Weissman (eds.): Clinical Contact Lens Practice, cap. 16. JB Lippincott Company, Philadelphia, 1991.)

40 Gullstrand A: Photographic-ophthalmometric and clinical investigations on corneal refraction. Am J Optom 43:143, 1966.

41 Ida C. Mann: Fue nombrada miembro honorario del personal del Moorfields Hospital (1927). Muy interesada en los procesos y anomalías embriológicas, fue autora de las obras "The Development of the Human Eye" (1928) y "Developmental Anomalies of the Eye" (1937). En 1949, se trasladó a Australia donde continuó su labor profesional y fue la promotora de la International Society of Geographical Ophthalmology.