CASOS CLÍNICOS

Desprendimiento exudativo de retina secundario a escleritis posterior idiopática

Dres. Gegúndez JA1, Nogueroles Bertó M2

Servicio de Oftalmología. Hospital Universitario de la Princesa. Madrid. España.
(1) Doctor en Medicina y Cirugía.
(2) Licenciada en Medicina y Cirugía.


Introducción

El desprendimiento exudativo de retina se origina por el daño sobre la barrera que constituye el epitelio pigmentario (EPR), permitiéndose así el paso de fluido desde la coroides hacia el espacio subretiniano. Su frecuencia es mucho menor que la de los desprendimientos regmatógenos y traccionales.

Los síntomas consisten en un defecto de campo visual sin fotopsias ni cuerpos flotantes añadidos. La oftalmoscopia muestra un desprendimiento convexo, sin señales de "marea alta", con el signo del "fluido cambiante" en el que el líquido subretiniano, por acción de la gravedad, desprende zonas distintas de la retina según las diferentes posiciones de la cabeza.

Son múltiples las causas que inducen un desprendimiento exudativo (1), reuniéndose todas ellas en la tabla I. Básicamente se agrupan en idiopáticas,congénitas, postquirúrgicas, secundarias a uveítis infecciosa y a uveítis autoinmune, vasculitis, inflamatorias, vasculares, hematológicas y neoplásicas.

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Dentro de las causas inflamatorias nos ocupa la escleritis posterior cuyo diagnóstico es difícil e inadvertido en numerosas ocasiones (2). Presentamos el caso de una mujer joven con un desprendimiento exudativo de retina bilateral, no simultáneo, consecutivo a una escleritis posterior idiopática.


Caso clínico

Mujer de 27 años que consultó por visión borrosa por OI acompañada de cefalea hemicraneal izquierda. En la exploración presentaba una AV de la unidad en OD y contar dedos en OI; la MOE reflejó una leve restricción a la supraducción; en la biomicroscopia anterior destacaba quemosis temporal con dilatación de los vasos conjuntivoesclerales de esa zona (fig. 1), sin observarse tyndall en cámara anterior; la PIO era de 8 mmHg en OD y 14 mmHg en OI; en la oftalmoscopia se visualizaba un desprendimiento de retina seroso a nivel del polo posterior de OI (fig. 2). Se efectuó un TAC orbitario en el que se informó un engrosamiento del anillo escleral (signo de Bernardino), el cual se realzaba con la inyección de contraste (fig. 3). Tras establecerse el diagnóstico de escleritis posterior, se realizaron una serie de exploraciones complementarias encaminadas a determinar la etiología del proceso: el sistemático de sangre, VSG, ácido úrico, coagulación, proteinograma, factor reumatoide, ANA, ANCA y Rx de tórax, resultaron todos ellos normales o negativos. El conjunto de hallazgos clínicos, radiológicos y de laboratorio, condujeron finalmente al diagnóstico de desprendimiento exudativo de retina secundario a escleritis posterior idiopática.

f09-01.jpg (49516 bytes) Fig. 1

f09-02.jpg (47687 bytes) Fig. 2

f09-03.jpg (32838 bytes) Fig. 3

Se inicio tratamiento con un ciclo de prednisona a dosis de 80 mgr/día los dos primeros días, para luego descender a 60 mgr/día hasta completar 2 semanas; a esta pauta se le añadió indometacina por vía oral a dosis de 25 mgr/8 horas. Tras dos semanas de tratamiento la retina se reaplicó en su totalidad (fig. 4), la motilidad extrínseca se restableció y la AV ascendió a 0,8.

f09-04.jpg (55199 bytes) Fig. 4

Dos meses después la paciente consultaba nuevamente por dolor y visión borrosa, en esta ocasión por OD. El examen funduscópico reveló la presencia de un desprendimiento exudativo localizado en la retina nasal inferior (fig. 5), que respondió de igual modo al tratamiento con esteroides y AINE durante 1 semana (fig. 6).

f09-05.jpg (59611 bytes) Fig. 5

f09-06.jpg (54330 bytes) Fig. 6

 

Discusión

La escleritis posterior representa el 20% del conjunto de las escleritis (3), siendo su diagnóstico difícil y frecuentemente inadvertido (2). La mayoría de las escleritis posteriores son idiopáticas y sólo el 20-30% se asocian a enfermedades sistémicas (artritis reumatoide, PAN o Granulomatosis de Wegener) (4-7). Algunos autores (8) la incluyen dentro del pseudotumor orbitario. El presente caso se clasificó como idiopático tras no determinarse hallazgos positivos en las pruebas complementarias efectuadas.

Según Watson (7) la enfermedad es bilateral en el 50% y más frecuente en mujeres (F/M=8/5). Nuestro paciente muestra efectivamente una afectación bilateral aunque no simultánea.

Clínicamente cursa con importante dolor ocular y periorbitario que pueden acompañarse de disminución de AV (desde 2/3 hasta 1/10) (2), diferentes grados de oftalmoplejía extrínseca, y en casos severos proptosis, aplanamiento de cámara anterior y elevación de la presión intraocular. El glaucoma puede responder a diferentes mecanismos (9) entre los que destacan el bloqueo postrabecular secundario al aumento de la presión venosa epiescleral por una esclera engrosada, el depósito de células y otros productos derivados de la inflamación a nivel de la malla trabecular, y finalmente el glaucoma secundario de ángulo cerrado por el aplanamiento de cámara anterior también consecutivo al engrosamiento escleral o a un extenso derrame ciliocoroideo.

La oftalmoscopia revela distintos y variados hallazgos tales como el desprendimiento retinal exudativo, pliegues coroideos, derrame ciliocoroideo que a veces se confunde con tumores, masas subretinianas, exudados, hemorragias, edema macular y de disco óptico (1,10). El característico signo del "fluido cambiante" puede no aparecer, sobre todo si éste muestra una elevada turbidez por un alto contenido en proteínas (7).

La AFG revela en fases tempranas un patrón coroideo moteado y en fases tardías múltiples puntos de fuga al espacio subretiniano con marcada difusión de colorante (2). Estos hallazgos no son en absoluto específicos puesto que también se ven en el melanoma de coroides y en la enfermedad de Vogt-Koyanagi Harada (1). En la ECO B se observa un engrosamiento del polo posterior del globo con edema retrobulbar, y en la ECO-A una alta reflectividad interna (1). El TAC refleja un engrosamiento del anillo escleral que se refuerza tras la inyección de contraste (signo de Bernardino).

Histológicamente la lesión básica es la inflamación granulomatosa con necrosis focal. Rao (11) analizando biopsias de escleritis necrotizantes, encontró un infiltrado inflamatorio compuesto por PMN, linfocitos, vasculitis y folículos linfoides.

El mecanismo fisiopatológico consiste en infiltración de la coroides, bloqueo del flujo venoso externo (vorticosas) y daño del EPR, los cuales conducen a un incremento del flujo interno hacia el espacio subretiniano y al descenso del flujo vitreorretino-coroidal. La AFG confirma los hallazgos mediante hipofluorescencia precoz resultado de la infiltración coroidea, y múltiples fugas tardías desde el EPR, seguidas de difusión subretinal masiva (1).

El diagnóstico diferencial (1) debe realizarse con todas las demás causas de desprendimiento exudativo, especialmente con el melanoma de coroides (la escleritis posterior es falsamente positiva con la prueba de captación del P32), síndrome de efusión uveal (casi siempre bilateral), hemangioma y metástasis coroideas.

Con relación al tratamiento, conviene destacar la excelente respuesta a los esteroides orales y el buen pronóstico visual de estos pacientes, con recuperación de la AV a 2/3~12. La evolución también depende, si existe, de la enfermedad subyacente. Finalmente el pronóstico puede ensombrecerse por el edema macular crónico, la extensión o recurrencia del desprendimiento seroso y la aparición de cicatrices retinianas residuales (7).

 

Conclusiones

1.ª La presencia de dolor orbitario, disminución de AV, diferentes grados de oftalmoplejía, anomalías funduscópicas como desprendimientos exudativos, pliegues retinianos o desprendimiento coroideo, y finalmente el engrosamiento del anillo escleral objetivado en el TAC o ECO, conducirá al diagnóstico de escleritis posterior. La excelente respuesta al tratamiento con esteroides y AINE confirma la naturaleza inflamatoria del proceso.

2.ª La normalidad de las exploraciones complementarias en busca de enfermedades sistémicas asociadas, etiquetará la escleritis posterior como idiopática.

3.ª El mecanismo fisiopatológico por el que la escleritis posterior provoca el desprendimiento exudativo consiste en la infiltración de la coroides y el daño del EPR, que conducen a un incremento del flujo interno hacia el espacio subretiniano y a un descenso del flujo vitreorretino-coroidal.

 

Resumen

Introducción. Son múltiples las causas que originan un desprendimiento exudativo de retina: congénitas, postquirúrgicas, vasculares, hematológicas, neoplásicas o infeccioso-inflamatorias. Dentro de estas últimas, la escleritis posterior constituye un proceso de difícil diagnóstico con frecuencia inadvertido.

Caso clínico. Mujer de 27 años con dolor, disminución de AV, oftalmoplejía parcial y desprendimiento de retina exudativo en OI. El TAC mostró un engrosamiento del anillo escleral. La Rx tórax, ANA, ANCA, FR, proteinograma, ácido úrico, sistemático de sangre y VSG resultaron normales. Tras 2 semanas de tratamiento con prednisona e indometacina, el dolor y la oftalmoplejía desaparecieron, la AV mejoró y el desprendimiento exudativo se reabsorbió. Todo ello condujo al diagnóstico de escleritis posterior idiopática. 2 meses después apareció una recurrencia de similares características en OD, que igualmente respondió al tratamiento antiinflamatorio.

Conclusiones. La presencia de dolor, disminución de AV, oftalmoplejía y anomalías fundoscópicas tales como desprendimiento exudativo, pliegues retinianos o derrame ciliocoroideo, debe inducir el diagnóstico de escleritis posterior. Los métodos de imagen complementarios (AFG, ECO, TAC) y la buena respuesta a esteroides y AINE, corroborará la sospecha clínica. El mecanismo fisiopatológico por el que la escleritis posterior origina el desprendimiento exudativo se explica por la infiltración de la coroides, el bloqueo del flujo venoso externo y el daño del EPR.

 

Palabras clave

Desprendimiento retinal exudativo, escleritis posterior, epitelio pigmentario retiniano.

 

Summary

Background: There are many etiologies of exudative retinal detachment congenital, postsurgical, vascular-hemodynamic, hematologic, neoplastic and infectious-inflammatory. Within these last causes, posterior scleritis is a difficult diagnosis entity, usually unobserved.

Clinical case. A 27-year old woman had pain, blurred vision, partial ophthalmoplegia and exudative retinal detachment in left eye. CT showed a thickened scleral ring. Chest x-ray, ANA, ANCA, rheumatoid factor, serum protein electrophoresis, uric acid, complet blood count and ESR were reported to be normal. After two weeks with prednisone and indomethacin, pain and ophthalmoplegia disappeared, visual acuity improved and exudative detachment reabsorbed. With these findings, diagnosis of idiopathic posterior scleritis was made.Two months later exudative detachment developed in right eye. Recurrence also improved with antinflammatory drugs.

Conclusions. Presence of pain, visual acuity decreased, ophthalmoplegia and funduscopic findings like exudative detachment, chorioretinal folds or ciliochoroidal effusion syndrome, lead to diagnosis of posterior scleritis. Complementary image methods (fluorescein angiography, CT, ultrasound scan) and improvement with steroidal and NSAIDs, will ratify clinical suspicion. Pathophysiological mechanism of exudative detachment from posterior scleritis is infiltration of the choroid, blockage of venous outflow and damage to the retinal pigment epithelium.

 

Key words

Exudative retinal detachment, posterior scleritis, retinal pigment epithelium.


Bibliografía

  1. Anand R, Tasman WS, McNamara JA: Nonrhegmatogenous retinal detachment. In: Ryan SJ. Retina. St. Louis Mosby, 1989; III: 565-589.
  2. Benson WE, Shields, JA, Tasman W: Posterior scleritis a cause of disgnostic confusion. Archives of Ophthalmology 1979; 97 1482 1486.
  3. Watson PG: The diagnosis and management of scleritis. Ophthalmology 1980; 87: 716-720.
  4. Kleiner RC, Raber IM, Passero FC: Scleritis, pericarditis, and aortic insufficiency in a patient with rheumatoid arthritis. Ophthalmology 1984; 91: 941-946.
  5. Bullen CL, Liesegang TJ, McDonald TJ, DeRemee RA: Ocular complications of Wegener's granulomatosis. Ophthalmology 1983; 90: 279-290.
  6. Kielar RA: Exudative retinal detachment and scleritis in polyarteritis. Am J ophthalmol 1976; 82: 694-698.
  7. Watson PG: Diseases of the sclera and episclera. In: Duane TD, Jaeger EA. Clinical ophthalmology. New York Harper & Row Publishers Inc, 1986; IV.
  8. Rootman J, Nugent R: The classification and management of acute orbital pseudotumors. Ophthalmology 1982; 89: 1.040-1.048.
  9. Shields MB: Glaucomas asociados con inflamación ocular. In: Shields MB. Glaucoma. Buenos Aires: Editorial Panamericana, 1987, 2.ª ed; 305-324.
  10. Benson WE: Posterior scleritis. Surv Ophthalmol 1988; 32: 297-326.
  11. Rao NA, Marak GE, Hidayat AA: Necrotizing scleritis a clinico pathologic study of 41 cases. Ophthalmology 1985; 92: 1.542-1.549.