LA VENTANA DEL RESIDENTE


The Eyes of Nortamerica

FINE H1, ARNALICH F2

(1) Residente de 3.er año de oftalmología en el Wilmer Eye Institute. Texto original.
(2) Residente de 2.º año del H.U. Ramón y Cajal. Prólogo y traducción.



Howard Fine.

En este nuevo número de la revista, contamos con colaboración foránea. Ya ahondaremos en las diferencias entre un sistema y otro, pero me parecía de interés conocer de primera mano, el largo camino hasta llegar a ser un oftalmólogo hecho y derecho «born in the usa».

Lo que a continuación viene es una traducción más o menos acertada de lo escrito por Howard Fine, licenciado por la Universidad de Harvard, residente de 3.er año del prestigioso «Wilmer Eye Institute», perteneciente al complejo hospitalario Johns Hopkins Medical Institutions. A él le agradezco el desinteresado esfuerzo por escribir estas líneas.

«Llegar a ser oftalmólogo en los Estados Unidos requiere 12 años una vez acabado el High school (nuestro antiguo BUP y COU... quien sabe como se llamará ahora). El camino comienza en el College (en España no se encuentra nada parecido), durante 4 años, y seguidamente el Medical school (sucedáneo de nuestras facultades de medicina), otros 4 años. Se continua con un año de interno residente en medicina, pediatría o cirugía. Finalmente, la residencia en oftalmología nos llevará otros 3 años más. El fellowship resulta opcional, y oscila entre el año y los 2 años de duración.

Obtener un puesto en un medical school norteamericano está considerado un reto difícil. Tras el high school, los estudiantes deben ir al college durante 4 años. Tradicionalmente los estudiantes que pedían plaza en el medical school, habían cursado durante los 4 años de college previos, licenciaturas de biología, química, o bioquímica. En los tiempos que corren, los medical schools buscan una alumnado más heterogéneo, y aceptan también graduados en historia, filologías en lenguas extranjeras, ciencias políticas, ingeniería y economía. Además, muchos de los candidatos han terminado otras carreras. En Harvard por ejemplo, había entre otros, un periodista, un geólogo, una matrona, y un delantero retirado de los Washington Redskins(que es un equipo de fútbol americano). No extrañará a nadie que este ultimo haya escogido la residencia de traumatología y ortopedia.

El medical school consiste en dos años de ciencias médicas básicas, para después completar la formación con otros dos años de rotaciones clínicas tuteladas en el hospital. Algunas facultades están adelantando en el tiempo la incorporación al hospital. De cualquier forma, la formación en oftalmología que se recibe estos 4 años es una rotación que oscila entre 2 días y 2 semanas. Sin embargo, si se está interesado, se puede ampliar con una rotación de un mes opcional.

El puesto de residente en oftalmología es muy complicado de obtener, por el alto índice de competitividad. Otras especialidades muy solicitadas y competitivas son dermatología, radiología, cirugía plástica, otorrinolaringología y neurocirugía.

El año de interno residente que precede a la especialidad en oftalmología está diseñado para convertir al estudiante de medicina en médico, acostumbrándose a manejar la práctica clínica y quirúrgica sin supervisión directa, a la par que se adquiere velocidad y eficiencia en el manejo del paciente.

La residencia de oftalmología en la mayoría de hospitales se inicia con un corto curso de inmersión en oftalmología, de carácter teórico las más de las veces. Ya que la formación en oftalmología que se obtiene en el medical school queda corta, la mayoría de los residentes entrantes no manejan con habilidad ni la lámpara de hendidura ni el oftalmoscopio indirecto, aunque siempre los hay más avezados.

Hay una gran diferencia en la forma en que la residencia en oftalmología se estructura en las diferentes instituciones norteamericanas.

En el Johns Hopkins, el primer año principalmente consiste en rotaciones en oftalmología general, la sala de urgencias oftamológicas, y observar distintos actos quirúrgicos. La experiencia quirúrgica se concentra en este año en procedimientos de oculoplastia y láser, con ocasionales participaciones en partes de la cirugía de catarata, de glaucoma y de otras cirugías.

El segundo año se rota por todas las subespecialidades, a saber, córnea, retina medica, uveítis, oculoplastia, glaucoma, pediatría, anatomía patológica, e interconsultas, con la excepción de la neurooftalmología, que tiene lugar en el primer año. Los residentes de segundo año pueden actuar como primer cirujano en trabeculectomías, tubos de drenaje, estrabismo, traumatismos abiertos de globo, procedimientos en oculoplastia incluido fracturas faciales, y ciertas cataratas. Se intenta que el residente de segundo año realice una numero adecuado de extracciones extracapsulares antes de avanzar a la facoemulsificación.

El tercer año es eminentemente quirúrgico, realizándose el grueso de las cirugías de cataratas, a la vez que se comienza con retina quirúrgica. En mi hospital, se nos anima a que rotemos en el Hospital Aravind en la India, de 4 a 6 semanas, pues aporta una experiencia cultural y una destreza manual fantástica.

Por todo ello, la residencia en oftalmología está estructurada para dotar al residente de unos conocimientos firmes en los aspectos médicos de la oftalmología, y para que gradualmente adquiera mayor experiencia quirúrgica. Generalmente, al finalizar la residencia, estimo que un oftalmólogo norteamericano realiza como primer cirujano alrededor de 100 a 200 procedimientos láser, de 80 a 200 cirugías de catarata, de 10 a 50 cirugías de estrabismo, de 10 a 30 operaciones de glaucoma, de 10 a 40 intervenciones en oculoplastia, de 1 a 10 intervenciones con globo abierto, y de 5 a 30 procedimientos vitreorretinianos. Muchos han asistido a mas intervenciones pero no como primer cirujano.

Al finalizar la residencia, la mayoría de los residentes optan por la clínica privada, aunque algunos entran en la carrera académica, investigación, o atención primaria. Existen fellowships en cirugía corneal y refractiva, glaucoma, uveítis, anatomía patológica, retina, oculoplastia, neurooftalmología y pediatría. Otros fellowships que se ofertan más raramente son en oncología ocular y genética ocular.

Los residentes en oftalmología, como el resto de residentes norteamericanos, están ahora bajo el amparo de nuevas leyes que regulan la jornada laboral. El colegio de acreditación federal ha estipulado que los residentes no puedan trabajar mas de 80 horas a la semana, y no más de 24 horas en un solo turno. Esto ha provocado nuevas reestructuraciones en los programas. Por ejemplo, durante mi primer año de residente trabajaba normalmente de 100 a 110 horas a la semana. Estábamos de guardia cada 3 ó 4 noches (de presencia física, durmiendo en el hospital), lo que llevaba muchas veces a turnos de 36 a 40 horas. Como nuestro hospital tiene urgencias oftalmológicas, a donde podían ser llevados los pacientes en helicóptero desde los estados vecinos con lesiones severas oculares o fractura facial, las guardias localizadas no eran una opción válida. El sistema ha cambiado drásticamente con la nueva legislación, para satisfacción de los actuales y venideros residentes de oftalmología.

La oftalmología es y continúa siendo una opción muy solicitada y competitiva para los médicos de mi país. En algunas áreas, se extiende la amenaza de los optometristas, que reciben un entrenamiento especializado en refracción y cuidados oculares pero que no han asistido a un medical school ni han realizado la residencia. La combinación medico-quirúrgica resulta muy atractiva para muchos, y los pacientes en general quedan muy contentos con los resultados.