EDITORIAL


Estado actual de la cirugía de la catarata


«Tiene usted catarata y se tendría que operar», dijo el oftalmólogo. «Bueno, esa operación es poca cosa, ¿verdad, doctor?», contestó el paciente... Frecuentemente los oftalmólogos nos encontramos con conversaciones de este tipo. También a veces los pacientes nos hacen comentarios como: «Y esta operación, ¿qué garantía tiene?».

En nuestro medio, el paciente con catarata tiene a su alcance una cirugía tan eficaz, que frecuentemente no la valora en su justa medida. La intervención de dicha patología ha alcanzado unos niveles elevados de desarrollo con muy buenos resultados. Actualmente, ya estamos más allá de la mera facoemulsificación coaxial a través de 3 mm con implante de lente intraocular; realizamos la facoemulsificación bimanual a través de 1,5 mm, implantamos lentes asféricas, acomodativas, multifocales, etc.

Sin embargo, hay recordar que para la gran mayoría de la población mundial (dos tercios de ella), la realidad es muy distinta: la catarata sigue siendo la principal causa de ceguera. La Organización Mundial de la Salud (OMS), calcula que en los inicios del siglo XXI hay unos 20 millones de personas ciegas (agudeza visual menor de 3/60 en el mejor de los ojos) por catarata (1). Además, debido al crecimiento y al envejecimiento poblacional que se prevé, se calcula que en el año 2020 pueden ser unos 50 millones (2). En los países en vías de desarrollo, el afortunado que puede llegar a ser operado, en la inmensa mayoría de los casos es sometido a técnicas quirúrgicas que ya no aplicamos habitualmente en Occidente. Aunque van aumentando las extracciones extracapsulares con implante de lente intraocular, se realizan con frecuencia extracciones intracapsulares (3,4). Los pacientes sometidos a esta técnica, precisan gafas para la corrección de la afaquia; y si pierden esa gafa, se vuelven a quedar ciegos. Como ya indicó Harold Ridley, una operación de catarata sin implantar una lente intraocular «sólo es media operación» (5). También se realizan facofragmentaciones manuales en algunos casos (6,7). Pero lo que es más sorprendente y grave de todo, es que en el siglo XXI se están practicando reclinaciones del cristalino, como se hacían hace miles de años (4,8-10).

Ésta es la otra cara de la moneda. Como sucede en otros aspectos, también al hablar de la ceguera y de las técnicas quirúrgicas que se aplican para operar cataratas, existen dos mundos opuestos. La realidad del estado actual de la cirugía de la catarata es muy diversa.

En 1999, la OMS junto con la Agencia Internacional para la Prevención de la Ceguera, puso en marcha el proyecto «VISIÓN 2020-The rigth to sight» (El derecho a la visión). El objetivo era eliminar causas evitables de ceguera, concretamente cinco enfermedades: catarata, tracoma, oncocercosis, déficit de vitamina A y defectos refractivos. Para ello, la OMS pretende realizar un esfuerzo en colaboración con organismos oficiales, organizaciones no gubernamentales, asociaciones profesionales e instituciones. Los pilares para este proyecto son: el control específico de la enfermedad junto con el desarrollo de los adecuados recursos humanos, infraestructuras y tecnología (11,12).

Los oftalmólogos debemos tomar conciencia del gran problema sanitario y humano que representa esta situación. Ante ella, tenemos una responsabilidad profesional y moral. Por tanto, aquellos que se sientan motivados tienen muchas opciones para poder colaborar en este proyecto contra la ceguera por catarata... Estos otros pacientes no creen que su catarata «es poca cosa».

Dr. Rafael Morcillo Laiz


BIBLIOGRAFÍA


  1. Foster A. Cataract and «vision 2020»- the righ to sigh iniciative. Br J Ophthalmol 2001; 85: 635-639.

  2. Apple D et al. Cataract: Epidemiology and Service Delivery. Surv Ophthalmol 2000; 45: S32-S43.

  3. Ellwein LB, Kupfer C. Strategies issues in preventing cataract blindness in developing countries. Bull World Health Organ 1995; 73: 681-690.

  4. Apple D. Cataract Surgery with Intracapsular Cataract Extraction and Spectacles. Surv Ophthalmol 2000; 45(1): S45-S52.

  5. Apple D. Cataract: Epidemiology and Service Delivery. Surv Ophthalmol 2000; 45(1): S32-S44.

  6. Muralikrishnan R, Venkatesh R, Prajna NV, Frick KD. Economic cost of cataract surgery procedures in an established eye care centre in Southern India. Ophthalmic Epidemiol 2004; 11(5): 369-380.

  7. Venkatesh R, Muralikrishnan R, Balent LC et al. Outcomes of high volume cataract surgeries in a developing country. Br J Ophthalmol 2005; 89: 1079-1083.

  8. Scchemann J, Bakayoko S, Coulibaly S. Traditional couching is not an effective alternative procedure for cataract surgery in Mali. Ophthalmic Epidemiol 2000; 7(4): 271-283.

  9. Rabiu M. Cataract blindness and barriers to uptake of cataract surgery in a rural community of northern Nigeria. Br J Ophthalmol 2001; 85: 776-780.

  10. Ademola-Popoola DS, Owoeye JF. Traditional couching for cataract treatment: a cause of visual impairment. West Afr J Med 2004; 23: 208-210.

  11. Frick KD, Foster A. The Magnitude and Cost of Global Blindness: An Increasing Problem That Can Be Alleviated. Am J Ophthalmol 2003; 135: 471-476.

  12. Pizzarello L, Abiose A, Ffyche T et al. Vision 2020: The right to Sight. Arch Ophtalmol 2004; 122: 615-620.