EDITORIAL


Nueva encrucijada en la formación especializada


La Formación de los Especialistas vía MIR, ha sido sin duda uno de los mayores logros de las últimas décadas en España pues a pesar de las grandes desconfianzas en sus comienzos, supuso de algún modo el carpetazo final a los años de las Escuelas Profesionales y sobre todo al curioso procedimiento según el cual si uno se daba de alta en un Colegio Médico como especialista, al cabo de un tiempo podía solicitar el Título correspondiente al Ministerio de Educación.

En etapas sucesivas el sistema se fue perfeccionando y, de algún modo, se alcanzó una uniformidad suficiente como para aceptar, al menos a priori, que salvo mínimas diferencias en cuanto al nivel mejor o peor en algunos aspectos de la especialidad en relación con el Hospital en el que uno se ha formado o en la mayor o menor dedicación a la cirugía, se ha logrado que en términos generales los especialistas formados en España, tienen un merecido y reconocido prestigio en la Comunidad Europea. Podemos discutir la pertinencia del sistema de selección y la calidad del sistema de evaluación que, aun dejando mucho que desear y pese a las promesas de los dirigentes políticos asegurando que se van a revisar, sin que, al menos hasta la fecha, esto se haya materializado en nada positivo salvo ligeros lavados de cara que, incluso en muchos casos supuso retornar a prácticas previamente denostadas como retrógradas por los mismos que las han vuelto a reimplantar, no invalida los resultados.

De nuevo estamos sometidos a un nuevo intento de renovación del programa y me temo que en esta ocasión, como en las anteriores no llegó a aparecer el lobo, todo el mundo está pasando totalmente del tema cuando realmente, quizá por la propia política proteccionista, es muy probable que de esta vez el lobo sí está merodeando más allá de los límites del bosque.

Desde el Ministerio de sanidad y Consumo, utilizando como argumento la escasez de especialistas en determinadas ramas de la Medicina, se les ha ocurrido la panacea de la Troncalidad. ¿Qué es esto de la Troncalidad? Con la disculpa de que existen muchas áreas de formación común entre distintas especialidades, lo que quizá puede ser cierto para algunas pero no es menos cierto que es totalmente falso para otras, se pretende hacer ¡DOS AÑOS!, de formación común entre bloques de especialidades para, en función de las necesidades de especialistas en cada momento, al inicio del tercer año los MIR puedan optar hacia las que se consideren más deficitarias que serán premiadas con una mayor oferta frente a las que necesitan un menor número de especialistas. De esta forma el Ministerio y las propias Autonomías se han adjudicado un tiempo extra para hacer los deberes, que no han sido capaces de hacer en las últimas décadas de Gobiernos de distintos signos, y averiguar de una vez por todas, el número real de especialistas que existen en España, tanto en el Sistema Público como en el Sector Privado, que tendría que ser ya desde hace años el punto de partida para saber lo que realmente se tiene que hacer para no hipotecar el futuro y al mismo tiempo permitiría a los propios especialistas que se están formando ahora y en el futuro, conocer de verdad sus expectativas y sus posibilidades de lograr un puesto de trabajo en uno u otro sector, sabiendo con precisión el número de jubilados y por ende el de vacantes que se van a generar, para preparar su toma de decisión al finalizar su formación. ¿De verdad se creen nuestras autoridades que van a ser capaces de conocer esos datos en los dos años que se han fijado de plazo?, es más, si de verdad llegan conocerlo ¿Creen Vds que los políticos van a respetar esos números a la hora de decidir el número de plazas que se van a convocar? Desde la Comisión Nacional de Oftalmología estamos «SEGUROS» de que no va a ser así, por la sencilla razón de que el número de plazas que cada año se convocan, no depende ni de la opinión de la propia Comisión, ni tampoco de la opinión de los propios Ministerios implicados, es simplemente la suma de las plazas que cada Autonomía propone, casi siempre en basada en opiniones tan sólidas y solventes como que en los Hospitales de su Autonomía no se cubren las plazas y eso lleva a un problema asistencial, al no lograr un número suficiente de MIR para cubrir las guardias; por supuesto jamás se plantean que si las plazas de «sus hospitales» quedan desiertas, ¿podría ser porque hay otros hospitales que ofrecen una mayor calidad de formación? y por ello los MIR, rechazan las plazas por ellos ofertadas.

Por supuesto, la actual Comisión Nacional de Oftalmología, se ha opuesto unánimemente a que la Oftalmología forme parte de ninguna Troncalidad, pues supondría dejar reducida a dos años la duración de la formación especializada y si además tenemos en cuenta los Criterios de la Comisión de Docencia, con la que ya se ha tenido que enfrentar en diversas ocasiones la anterior Comisión que pretendía rotaciones trimestrales obligatorias por Endocrinología, Neurología, Anatomía Patológica (y alguna otra que no recuerdo) y además una rotación por Atención Primaria, que en Andalucía, Autonomía que se jacta de ser pionera a la hora de hacer entrar en vigor de inmediato, sin meditación alguna, todas cuantas ocurrencias pasan por la cabeza de los que se irrogan competencias sobre la formación MIR, como en este caso la «Comisión de Recursos Humanos», que consideran fundamental para mejorar la relación médico-paciente una estancia de otros tres meses más en un Centro de Atención Primaria y como es lógico y natural si, para no contradecir las normas en vigor, le añadimos los 6 meses a que tiene derecho el MIR, para solicitar una rotación externa, tomen lápiz y papel y me envían por correo electrónico el tiempo de formación que van a tener disponible nuestros esforzados MIR, para aprender lo que se supone que tienen que aprender de Oftalmología.

Estoy de acuerdo en que para el Oftalmólogo es muy importante aprender a operar apendicitis, controlar un diabético, orientar a un paciente neurológico, por supuesto aprender a hacer autopsias, ecopsias y reconocer la malignidad de las células tumorales, no podemos olvidar la importancia del trato con el enfermo que evidentemente en un Servicio de Oftalmología tan masificado es poco probable que lo pueda aprender, imprescindible es estar unos meses en el extranjero para conocer otros ambientes y adentrarse en el mundo de la investigación y por último dedicar un par de semanas a conocer a los médicos del servicio al que se han incorporado para aprender Oftalmología, que al fin y al cabo van a ser los que los calificarán como aptos para dedicarse a la Especialidad de Oftalmología por haber cumplido fiel y puntualmente los objetivos de la Especialidad tal y como figuran en el programa que «SI DIOS NO LO REMEDIA», podrían aprobar nuestras autoridades en los próximos meses.

Aunque como algunos saben, soy aficionado a los esperpentos como mi paisano Valle-Inclán, lamentablemente en este caso el verdadero esperpento es la pura y triste realidad, el LOBO está ahí y si no hacemos algo para remediarlo, nos va a coger desprevenidos.

Los lectores se preguntarán: ¿Cómo es posible llegar a esta situación?, muy sencillo, a las diferentes Comisiones encargadas en el propio seno de la Comisión Nacional de Especialidades en Ciencias de la Salud, de analizar y opinar sobre los problemas de la especialidad, hay que añadir la dependencia de dos Ministerios diferentes, lo que sumado a las competencias de las propias autonomías y por si todo ello no fuera suficiente, los gerentes de los Hospitales que buscan una forma cómoda y económica de solucionar sus guardias, pretendiendo que los MIR hagan guardias de puerta incluso mas allá de lo que está dictado por las propias normas y si después de digerir esta pesada digestión, todavía nos enteramos que la Comisión de Recursos Humanos ha tenido a bien emitir su propia opinión vinculante sobre la formación MIR, otorgándole a cada autonomía la facultad de incluir sus recomendaciones en el momento que consideren adecuado, entenderán perfectamente la clase de desaguisado que se nos viene encima.

En un momento en que muchas voces están clamando por el reconocimiento de las subespecialidades, con numerosas Sociedades activas que confirman claramente que esa tendencia es mucho más que una teoría, los «expertos» que tienen en sus manos la orientación de la formación de postgrado en España, pretenden lograr lo mismo que ya han logrado en la enseñanza primaria y la media, transformar el Sistema MIR en lo que era la formación médica en España, antes de la llegada al trono de Carlos III. ¿Tendremos que refundar los Reales Colegios de Cirujanos de la Armada?, para que como en los barcos, se tomen las decisiones por un mando único, cuando son muchos a decidir sobre el rumbo, lo mas probable es terminar encallando o rompiendo el casco en los arrecifes.

Sería bueno que las distintas Sociedades Oftalmológicas, Nacionales y Autonómicas, hagan oír su voz, para que los miembros de la Comisión Nacional de Oftalmología se sienta arropada y pueda ofrecer resistencia frente a lo que se avecina, antes de que sea demasiado tarde tengamos que lamentarnos cuando ya no haya soluciones viables.

Julián García Sánchez