LA VENTANA DEL RESIDENTE


Y ahora…¿qué?

GUADILLA A

1 Residente de Oftalmología del HGM. Madrid.


«Y ahora…¿qué?» es la pregunta que pasa hoy en día por la cabeza de la mayoría de los residentes MIR que acaban la residencia de oftalmología (aunque supongo que por la cabeza de los residentes del resto de especialidades también pasará).

Pero primero vamos a recordar todo el proceso que hemos pasado para llegar hasta aquí. En primer lugar para poder entrar en medicina tuviste que sacar muy pero que muy buenas notas en el instituto. A tus 16 años aun no te habían salido las muelas del juicio, pero sabías que querías ser médico por encima de todas las cosas, así que no te importaba esforzarte tanto, porque sabías que ese esfuerzo era para conseguir tu meta. Y efectivamente, sacas unas notas estupendas, pero en ese momento llega la selectividad y te enseñan un papelito en el que pone una nota desorbitada para entrar en la facultad de medicina. Y por primera vez te planteas «¿oye, a ver si no me va a dar la nota?» Con esa presión te presentas al examen y, como era tu destino… ¡lo consigues! (porque si no supongo que no estaríamos leyendo esto) y pones de primera, de segunda, de tercera… opción medicina en distintas universidades, siempre buscando las mejores.

Pues bien, entras en la carrera y con tu esfuerzo en el lado derecho y un poquito de suerte en el lado izquierdo, superas año tras año de la carrera de medicina y, 6 años después… ya eres licenciado!.

Ahora llega el momento de presentarse al MIR. Empiezas en la academia, unos en Oviedo, otros en academias en su ciudad o cercanas a ella, y pasas un año opositando (aunque seguramente en sexto de carrera ya lo habías estado compaginando). Hasta este momento te habías planteado la posibilidad de hacer una determinada especialidad (en este caso oftalmología). Tras hacer el examen y saber tu resultado, como tienes posibilidades para elegir, empieza un caos en tu mente haciendo posibles combinaciones entre ciudades, hospitales…tal sodoku del que además no hay manera de encontrar la solución, siempre buscando la opcion que te permitan formarte mejor.

Finalmente consigues tu puesto de residente de oftalmología y comienzas tus cuatro años de especialidad con la mayor ilusión del mundo. En esos años pasas momento buenos, momentos mejores y alguno peor también, pero tú eres feliz en una burbuja de aprendizaje. Y ahora que ya te habías acostumbrado… llega un nuevo cambio, el final de tu residencia y el principio de tu carrera como adjunto.

Pues bien, aquí quería yo llegar. Según los últimos datos de un diario de difusión hospitalaria «el desempleo en el ámbito médico sube un 24 % en medio año», y en concreto la especialidad de oftalmología se encuentra entre las diez más afectadas. Si creíamos que cuando salieron nuestros compañeros el año pasado la cosa estaba mal, ahora, un año después, la cosa esta peor.

Asi que, en este momento de preocupación te planteas… «y ahora ¿qué?». La respuesta no es facil pero, aunque la cosa esté difícil, hay opciones.

La primera, puesto que ahora mismo existen muy pocas posibilidades de conseguir una plaza en un hospital público, es intentar enlazar bajas laborales que irán surgiendo. Es una manera de seguir activo y operando, conocer gente nueva y aprender distintas maneras de trabajar. Aunque si que es verdad que no hay muchas bajas y sí muchos oftalmólogos tratando de conseguirlas. Quizá lo malo de esta opción es la inseguridad que produce el no saber qué te deparará el futuro después de esos meses.

La segunda, conseguir un trabajo en la sanidad privada. Normalmente los contratos son más duraderos y tu sientes mas estabilidad en este sentido. El trabajo en el hospital privado es similar al público. Además aprendes determinados campos que no has visto en la sanidad pública de residente, como la cirugía refractiva. Lo malo, que comienzas desde cero para ir formando tu propia agenda de pacientes y es probable que pase un tiempo hasta que empieces a operar de nuevo.

La tercera (aun que seguro que existen más), realizar un Fellowship. Supongo que la mayoría de las personas han acabado este año sabrán qué son estas becas. Para quién no tenga conocimiento de esto, consisten en masters que se realizan formándote en una determinada especialidad (retina, córnea, estrabismo…). En España no existe mucha oferta, pero la hay. Lo malo es que al ser una beca de formación la remuneración económica no es muy alta, pero es una manera de formarte y de seguir haciendo curriculum. Fuera, en el extranjero existe una gran demanda de estos Fellows. En algunos lugares, la posibilidad de realizar cirugía es mucho mayor que en otros sitios y hay una gran diferencia en cuanto a sueldo base. Lo malo de estos Fellows, si lo haces en el extranjero es el idioma, que te piden un nivel alto, y sobre todo que cada vez están siendo más solicitados y que hay muchas menos vacantes porque en muchos países se exige a los oftalmólogos haber realizado al menos uno de ellos para poder ejercer como adjunto, así que estos puestos son ocupados por oftalmólogos del propio hospital.

Bueno, como veréis opciones hay mientras esta situación laboral mejora. Solo me queda desearos que la opción que toméis finalmente sea la que más os convenga y que la disfrutéis, porque despues de todo lo que hemos luchado… ¡nos merecemos lo mejor, claro que sí!