PRÓLOGO

Así como la vista, cuando se disipa la niebla, reconoce poco a poco las cosas ocultas por el vapor en que estaba envuelto el aire, de igual modo, y a medida que la mía atravesaba aquella atmósfera densa y obscura, conforme nos íbamos acercando hacia el borde del pozo, mi error se disipaba y crecía mi miedo.

Dante, La Divina Comedia

 

Siempre me he sentido atraído, no sé por qué, a los esfuerzos sin aparente recompensa. Por eso no me preocupaba en exceso si esta ponencia pudiera o no ser de utilidad. Durante su elaboración he podido convencerme, no sin cierta sorpresa, que las "Complicaciones de las lentes de contacto" constituyen uno de los varios puntos negros de nuestra especialidad, por lo cual este libro podría adquirir una relevancia inesperada. Y afirmo esto porque la cultura contactológica está limitada: en la oftalmología, no participa del "glamour" de otras áreas; en la óptica, una visión excesivamente comercial oculta su cara menos amable. Pero es nuestra obligación recordar que existe en nuestro entorno un importante número de portadores y que las complicaciones, aunque casi siempre banales, son muy frecuentes.

Aparte de esto, se ha de mencionar que tres circunstancias han influido en la contactología reciente. Por una parte, la incorporación de nuevas formas de porte ha tenido un impacto indiscutible. Esto ha modificado la actitud tanto de los portadores como de los profesionales y las empresas del sector. Por otra parte, la cirugía refractiva ha removido los cimientos de la práctica oftalmológica en una intensidad todavía difícil de evaluar y ha obligado a la contactología en su conjunto a replantear sus estrategias. Por último, el desarrollo y la atención de que sido objeto la superficie ocular incluye las modificaciones y la patología generada por el uso de lentes de contacto, habiendo sido descritas nuevas entidades clínicas y explicadas otras.

La ponencia se estructura en cuatro secciones. En la primera se exponen los aspectos generales; en la segunda se desarrollan los cuadros clínicos individualizados; la tercera sección trata de las complicaciones en relación a la forma de porte o el tipo de indicación, y en la parte final se añaden tres apéndices.

Escribir un libro por encargo y por obligación, como ocurre con esta ponencia, parece que es la única forma de concluirla. Al menos en mi caso. Hace tan solo cuatro años (entonces me parecía una eternidad) no podía imaginar que nuestra profesión fuera a cambiar tanto y, dentro de estos cambios, el tiempo se convirtiera en un bien tan escaso. Así, entre fines de semana y horas extra robadas al sueño y a mi familia, el libro existe. Me pregunto si una ponencia es motivo de divorcio; vaya mi primer agradecimiento a Macu, por no haber aprovechado "su momento". A partir de ahora le será más difícil librarse de mí.

Valoro en todos y cada uno de los colaboradores de la ponencia, su dedicación y su interés. Ellos me permitirán que destaque a Jaime Campello, quien ha tomado como suya parte de la responsabilidad y del entusiasmo en esta ponencia. Me enorgullece que prestigiosos profesionales de todo el mundo hayan incluido su nombre y que otros compañeros menos conocidos hayan justificado su presencia con la calidad de su contribución. Manuel Díaz-Llopis, como no podía ser menos, me ha echado una mano inestimable en las correcciones y en el ánimo. Mis compañeros del ICQO, Gonzalo Corcóstegui y Javier Araiz, me han brindado siempre su apoyo y han comprendido ciertas ausencias.

Debo incluir en los agradecimientos a Iñaki Rodriguez Agirretxe, que ha realizado tan pulcramente las ilustraciones, y a Sandra Miláns del Bosch, quien me ha ayudado a ordenar la bibliografía.

Todo lo relativo a la edición me ha sido de enorme facilidad gracias al esfuerzo y la profesionalidad del personal de Tecnimedia.

Desde el primer momento, Ciba Vision me brindó su contribución a esta ponencia, que puedo verificar como fundamental. Agradezco a José Manuel Nogueras y Roger López el que hayan entendido mi idea de libro y no hayan hecho más que sugerencias enriquecedoras.

A los miembros de la S.E.O., que me han depositado su confianza, espero no haberles defraudado.

Mera-Oleiros
Agosto de 1998

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