El cuadro clínico de un ojo
seco debe ser establecido sobre tres parámetros: (1) La gravedad de las lesiones
oculares, (2) el subsistema glandular y de superficie ocular afectado, y (3) la etiología
del caso. Estos 3 parámetros sirven para elaborar dos conocimientos importantes:el
diagnóstico y el tratamiento.
A. CLASIFICACIÓN POR GRAVEDAD
En cuanto a la gravedad, el ojo seco
puede clasificarse en 3 grados (Murube 1988c), que a continuación ampliamos.
A 1. GRADO 1: OJO SECO LEVE
Lo característico del grado 1 es
la presencia de síntomas de ojo seco lesiones de superficie reversibles, no
diagnosticables por fentobiomicroscopia, pero sí con pruebas de laboratorio (figuras 3-1
y 3-2) como osmolaridad lacrimal alta o lactoferrina baja que se acompañan de síntomas
ligeros de sequedad ocular: picor, sensación de sequedad y raspado, deseo de cerrar los
ojo.
Figura 3-1. Ojo seco grado 1. El
ojo es aparentemente normal. Este paciente se queja ocasionalmente de sequedad en la
oficina, cuando pone el aire acondicionado en el coche y al despertar con lentes de
contacto de porte continuo. La exploración fento-biomicroscópica no muestra signos de
daño epitelial. La prueba de Schirmer da valores de 14 mm. Las pruebas de laboratorio
detectan una lisozima disminuida y una osmolaridad aumentada.
Figura 3-2. Prueba de
inmunodifusión radial de lisozima del paciente anterior. El valor de lisozima en lágrima
es de 0,7 g/l
Cuando el ojo seco se establece y
progresa lentamente, los estadios iniciales del grado 1 tienen un período inicial al que
clasificamos dentro del grado 1 como grado 0-1 o de ojo seco latente, en el que los
síntomas no se presentan en situaciones ambientales o biológicas basales, pero sí
cuando se expone al paciente a situaciones de mayor necesidad de lágrima por situaciones
que hoy forman parte de la vida normal, como cambios ambientales (lentillas de contacto,
ventiladores, aire acondicionado de coches, aviones y oficinas) o personales (nerviosismo,
psicotensión, toma de fármacos de acción secundaria hiposecretora).
A 2. GRADO 2: OJO SECO MEDIO
Lo característico del grado 2 es
la existencia de lesiones de superficie reversibles, diagnosticables por
fentobiomicroscopia (figuras 3-3 y 3-4): Tinción corneal o conjuntival positiva con
fluoreceína o rosa de Bengala, filamentos corneales, tisc/but muy bajo.
Figura 3-3. Ojo seco grado 2. El
ojo es aparentemente normal o con ligeros signos de irritación. El paciente se queja
ocasionalmente de sensación de sequedad en su vida habitual, y siempre, cuando se expone
a situaciones de sobrecarga ocular. La prueba de Schirmer es de 14 mm. La exploración
fentobiomicroscópica muestra tinción positiva con fluoresceína y rosa bengala, el
tisc/but es de 12 segundos.
Figura 3-4. Tinción con
fluoresceína del paciente anterior. Un fino punteado fluorescente cubre toda la córnea,
indicando una queratopatía punctata.
A los signos anteriores se añaden
síntomas subjetivos de sequedad ocular: dificultad de abrir los ojos al despertar por la
mañana o tras la siesta, sensación de arenilla en los ojos, quemazón, hormigueo,
fotofobia, crisis de visión borrosa, etc.
Las crisis de visión borrosa se
confunden a veces con crisis de amaurosis fugax. Son muy frecuentes, pero no las hemos
visto incluidas en ningun protocolo de estudio. Se deben a desecación local de la
película lacrimal y consiguiente visión borrosa hasta que uno o más parpadeos recuperan
una película lacrimal ópticamente idónea.
A 3. GRADO 3: OJO SECO SEVERO
Lo característico del grado 3 es
la presencia de lesiones corneales y conjuntivales persistentes, que empeoran si el cuadro
de sequedad progresa, o no desaparecen totalmente si la secreción lacrimal mejora,
dejando secuelas de superficie irreversibles (figuras 3-5 y 3-6): leucomas cicatriciales,
opacidades corneales, neovascularización corneal, borramiento de pliegues lacunares,
simbléfaros... Este ojo seco tiene variadades que van desde las pequeñas opacidades
parciales de la córnea hasta grandes opacidades con superficie ocular totalmente
metaplásica escamosa. Si provocan disminución de la visión hablamos de un grado 3 plus.
Figura 3-5. Ojo seco grado 3. El
ojo tiene una incongruencia párpado-globo por ectropion del párpado inferior. Ha tenido
repetidas úlceras corneales por esta razón. En la córnea hay neféliones y leucomas.
Figura 3-6. Imagen
fento-biomicroscópica del ojo anterior. La lámpara de hendidura denota la presencia de
un nefelion que afecta las capas superficiales de la córnea y que reducen la agudeza
visual del paciente.
El ojo seco grave, en sus formas más
simples no afecta a la visión pero en su forma plus disminuye la agudeza visual
permanentemente por lesiones que van desde nefeliones dispersos a opacificaciones
corneales totales.
El ojo seco grado 3 era el único
tipo de ojo seco conocido hasta mediados del siglo pasado. El ojo seco grado 2
comenzó a conocerse hace poco más de un siglo cuando la iluminación oblicua, la
lámpara de hendidura, las tinciones vitales, la prueba de Schirmer y la meditación sobre
la clínica hicieron ver que había ojos sin notoria sequedad, si padecían síntomas
iniciales de ella. El ojo seco grado 1 se ha comenzado a descubrir hace medio
siglo, y hasta el presente había pasado confundido con conjuntivitis infecciosas y
alérgicas crónicas y poco intensas. En su variedad 0-1, está siendo descubierto
y considerado como tal en estos años presentes.
B. CLASIFICACIÓN POR SUBSISTEMA
AFECTADO
Los ojos secos, según el subsistema
afectado son lácrimo-deficientes (acuodeficientes, mucodeficientes, lipodeficientes) y
tantálicos (epiteliopáticos e incongruentes párpado/ojo).
B 1. OJO SECO POR DÉFICIT GLANDULAR
El déficit de ojo seco puede afectar
aisladamente a las glándulas acuoserosas, a las mucínicas o a las lípidas. Si sólo
afecta a uno de estos subsistemas glandulares se denomina ojo seco acuodeficiente,
mucodeficiente o lipodeficiente.
Cuando el déficit afecta a dos
subsistemas de glándulas, es biglandular, y cuando a los tres, hologlandular. A veces los
ojos secos comienzan siendo monoglandulares per se (p. ej., una blefaritis afecta
inicialmente sólo a la secreción lípida), pero los trastornos inducidos por este
déficit inicial van afectando secundariamente a los demás subsistemas glandulares hasta
convertirse en un ojo seco bi u hologlandular. Otras veces, el ojo seco afecta
primariamente a varios subsistemas glandulares (p. ej., el síndrome de Sjögren afecta a
las glándulas acuosas, mucínicas y lípidas independientemente de los trastornos que
produzca en unas o en otras), si bien el orden de afectación y de aparición de las
manifestaciones clínicas no sea simultáneo.
B 1a. Ojo seco acuodeficiente
El ojo seco acuodeficiente se da cuando
las glándulas lacrimales principal y accesorias segregan deficitariamente, lo que puede
ocurrir por causas diversas: falta de estímulo reflejo (p.ej., anestesia
trigeminal), interrupción de la vía parasimpática lacrimosecretora (p.ej , parálisis
facial pregeniculada), extirpación glandular (p. ej., escisión glandular por tumor),
destrucción inmunológica o de otro tipo (p. ej., síndrome de Sjögren), obstrucción de
los dacriodocos (p. ej., síndrome de Lyell), etc.
Tipos especiales de ojo seco
acuodeficente, pese a haber producción acuoserosa normal, son los resultantes de
cualquier defecto que favorezca la evaporación de la lágrima de la cuenca lacrimal, y
los ojos secos tantálicos.
Las pruebas que determinan
directamente la acuodeficiencia lacrimal son las que cuantifican la secreción de
las glándulas lacrimales, de las que la más usada es la de Schirmer. También se puede
hacer por pruebas de recambio lacrimal, de las que tienen un escaso uso clínico las
colorimétricas). Otras prueba son las que determinan indirectamente la minusvalía de las
glándulas lacrimales por disminución de componentes proteicos producidos en las
glándulas (lisozima, lactoferrina, IgA) y por osmometría,
La osmometría es de especial
importancia. Al disminuir la secreción acuosa, el tiempo de recambio disminuye y la
lágrima queda más tiempo expuesta a la evaporación. Cuando la evaporación es normal,
pero la lágrima es hipertónica, se deduce que la hipertonicidad no se debe a un
incremento de la evaporación, sino a que se produce poca lágrima acuoserosa, por lo que
el tiempo de recambio disminuye, y la evaporación, por actuar sobre ella no más
intensamente, sino más tiempo, vuelve a la lágrima hipertónica.
B 1b. Ojo seco mucindeficiente
Las causas de ojo seco
mucodeficiente son muy varias. Las conjuntivitis crónicas de tipo infeccioso o alérgico,
irritaciones mecánicas (lentillas de contacto, viento), irritaciones por vapores
irritantes (aires polucionados), metaplasis inmunológicas (penfigoides), de agenesia de
células mucíparas (síndrome de Bietti).
A veces, la secreción mucosa es normal
inicialmente, pero se altera secundariamente a otras modalidades de ojos secos, pues la
escasez de mar lacrimal por déficit de producción o por exceso de evaporación conlleva
una hiperosmolaridad de la lágrima que daña la superficie ocular.
Las pruebas que pueden
medir la mucodeficiencia son múltiples : El examen fentobiomicroscópico de la
conjuntiva expuesta y de los fórnices puede mostrar una superficie conjuntival
hiperémica o metaplásica, retracción de los pliegues lacunares y fornicales, presencia
de grumos y filamentos mucínicos en el fornix inferior y lago lacrimal, queratopatía
filamentosa, etc.
El tisc/but mide la estabilidad de
la película lacrimal, que depende de muchos parámetros (idoneidad epitelial, componentes
acuoserosos, lípido, mucínico), entre ellos como muy importante el mucínico, por lo que
puede estar acortado.
La tinción vital con rosa
bengala tiene las células no cubiertas de mucina, especialmente las moribundas y las
muertas. La tinción vital con fluoresceína determinará los lugares descubiertos
de epitelio.
La prueba de cristalización mide
característica de las glicoproteínas de la lágrima que está alteradas cuando la mucina
es anormal como cualquier ojo seco acuo y lipodeficiente repercute enseguida en
crear un ojo seco mucodeficiente, no es prueba de gran valor.
Las pruebas de tinción del moco in situ
con colorantes vitales (rosa bengala, verde lisamina, azul de metileno), o tras extraerlo
por aplicación de un papel o un algodón absorbente y colorantes de laboratorio (PAS,
etc) son importantes.
La citología de impresión,
muestra escasas células caliciformes y metaplasia epitelial. Esta prueba, cuando se hace
en estadios grado 0-1 ó 1 del cuadro de ojo seco, puede mostrar una mucodeficiencia
inicial, pero cuando se hace en cuadro ya avanzado grado 2, las alteraciones de
mucodeficiencia se detectan, pero no se sabe si son debidas a una mucodeficiencia primaria
o a un cuadro de ojo seco de otro tipo.
B 1c. Ojo seco lipodeficiente
Es el ojo seco cuyo déficit primario o
secundario es la escasez o inoperancia de la capa lípida de la película lacrimal.
La causa más frecuente del ojo
seco lipodeficiente es la enfermedad de las glándulas lípidas de los márgenes
palpebrales. La formas primarias se deben a blefaritis (infecciones), alteraciones
hormonales (déficits androgénicos, excesos estrogénicos, etc), irritaciones locales por
infrarrojos (hornos de panaderías) y ultravioletas, irritaciones mecánicas por viento,
aguas cloradas, agenesias de glándulas de Meibomio, etc. En estos casos, el sebum
meibomiano puede estar cuantitativa o cualitativamente alterado (en las meibomitis el
sebum meibomiano suele tener un exceso de ácidos grasos), y la secreción forma una capa
lípida inapropiada para evitar la evaporación de la capa acuoserosa.
Hay ojos secos lipodeficientes con
producción normal lípida. Los tres casos más frecuentes son : (1) los ojos con
queratoconjuntivitis bacterianas, en los que la capa lípida de la película lacrimal,
aunque inicialmente sea normal, es atacada por lipasas liberadas por los gérmenes, y los
lípidos hidrolizados liberan ácidos grasos libres. Estos componentes son fuertemente
polares e interaccionan rápidamente con las glucoproteínas mucínicas, lo que acorta el
tisc/but. (2) La exposición a ambientes polucionados por vapores lipolíticos, como
ocurre frecuentemente en ambientes de oficinas y ciudades polucionados. (3) La
instilación de fármacos lipodestructores, como el preservante cloruro de benzalconio,
que destruyen la capa lípida y aumentan la evaporación del componente acuoso, cuya
evaporación a veces, como observaron Wilson et al 1975, se multiplica varias veces.
Finalmente hay ojos secos lipodeficientes
secundarios a un ojo seco de otra causa, pues la irritación producida por los ojos secos
de otros orígenes pueden favorecer una blefaritis infecciosa o irritativa que a su vez
acabe manifestándose por una lipodeficiencia.
El diagnóstico de la
lipodeficiencia se hace principalmente por la determinación fentobiomicroscópica
de la existencia de una blefaritis. La exploración puede completarse con la expresión
de las glándulas, la diafanoscopia de los párpados, la falta de espuma
lípida.
La capa lipídica puede observarse
directamente por sus colores interferenciales, bien por observación con la
lámpara de hendidura, bien con un liposcopio ad hoc, como el Tearscope de Keeler-Guillon.
Indirectamente, la capa lípida puede
determinarse funcionalmente por pruebas de evaporación
La tinción in situ no tiene
actualmente gran aplicación, pero sí la tinción de papeles absorbentes que recogen la
grasa del margen palpebral.
B 2. OJO SECO TANTÁLICO
Tántalo, hijo de Zeus, invitado a comer
con los dioses, abusó de su hospitalidad y comunicó a los mortales las delicias de la
ambrosía. Por ello, los dioses le castigaron a vivir dentro de una laguna del Tártaro,
cuyas aguas cubrían parte de su cuerpo y cuyas orillas estaban bordeadas de árboles
frutales. Cada vez que Tántalo se agachaba para beber, el agua descendía alejandose de
su boca, y cada vez que quería coger fruta, las ramas se apartaban de él. Tántalo
vivía sediento y hambriento, rodeado de agua y alimentos.
Con el nombre de ojos secos tantálicos
definimos aquellos ojos que teniendo inicialmente una secreción lacrimal normal, no
pueden aprovecharla, bien porque el epitelio corneal no la pueda captar
(epiteliopáticos), bien porque los párpados no se la puedan extender.
B 2a. Ojo seco epiteliopático
El ojo seco epiteliopático se produce
por una lesión que inicialmente afecta y desvitaliza el epitelio de la superficie ocular.
Esto puede producirse con normalidad de la función de los tres tipos de dacrioglándulas.
Las causas más frecuentes son las
lesiones de las células madres limbales por uso prolongado de lentillas de contacto, las
causticaciones que afectan al epitelio corneal, las descompensaciones postquirúrgicas del
endotelio corneal, la instilación repetida de colirios agresivos (cocaína, cloruro de
benzalconio), algunas tesaurismosis epiteliales (amiodarona), medicamentos sistémicos
(ciertos tranquilizantes), etc.
Muchos de estos casos en que hay una
agresión externa (colirios irritantes, causticaciones) provocan por separado una
epiteliopatía corneal y una agresión conjuntival que determina una mucodeficiencia.
El diagnóstico de la
epiteliopatías se hace por fentobiomicroscopia, en la que las pruebas complementarias de
tisc/but, tinción vital, citología de impresión del epitelio corneal, etc. son
importantes.
B 2b. Ojo seco incongruente
párpado-globo
Los ojos secos por incongruencia
párpado-globo se producen por una incapacidad de los párpados de extenderse sobre la
superficie ocular, renovando la película lacrimal, o de evitar la evaporación del mar
lacrimal. Estos ojos secundariamente, por la epiteliopatía que producen y por la
hipertonicidad de la lágrima, acaban afectando al sistema glandular.
Causas de incongruencia son los
entropiones, ectropiones, lagoftalmos, colobomas y atonías palpebrales, entre otras.
El diagnóstico del ojo seco se
hace por la inspección y estudio de la morfología y funcionalidad de los párpados, cuya
descripción se escapa a las posibilidades de este libro. No obstante es importante
señalar que algunos ojos que en posición vertical cierran bien, al acostarse y relajarse
el orbicular y faltar la acción de la gravedad sobre el párpado superior, quedan
lagoftálmicos, lo que se manifiesta por epiteliopatía del tercio inferior de la córnea.
En el diagnóstico del subsistema
afectado, nosotros escribimos la palabra amlei (acuoso, mucoso, lípido, epiteliopático,
incongruente), y subrayamos la inicial del subsistema afectado. Por ej., amlei significa
que están afectados los tres subsistemas glandulares pero no hay epiteliopatía primaria
ni incongruencia párpado/ojo.
C. CLASIFICACIÓN POR LA ETIOLOGÍA
En el reciente taller dirigido en el NEI
bajo la dirección de M.A. Lemp, en cuyos trabajos participé, se decidió
mayoritariamente clasificar los ojos secos según la tabla 1.
El conocimiento de la etiología de un
ojo seco es fundamental, porque aporta los datos para conocer su evolución y pronóstico,
y para pogramar su tratamiento. Por ello, nosotros haremos en este libro una
clasificación etiológica por grupos afines.
Al agrupar las etiopatogenias por grupos,
tropezamos con el inevitable problema de que una etiología puede desarrollar diversas
patogenias y una patogenia tener diversas etiología (por ej., un síndrome de Riley-Day
es al mismo tiempo encuadrable en las alteraciones congénitas y en la neuropatías). Trataremos,
pues, de agrupar las enfermedades causantes de ojo seco de forma didáctica, haciendo los
incisos necesarios:
SÍNDROME DE SJÖGREN PRIMARIO
SÍNDROME DE SJÖGREN SECUNDARIO
EXOCRINOPATÍAS INMUNITARIAS NO-SJÖGREN
ENFERMEDADES AMPOLLOSAS y MUCOSINEQUIANTES
HORMONALES
FARMACOLÓGICAS Y TÓXICAS
INFECCIOSAS E INFLAMATORIAS
DÉFICITS NEUROLÓGICOS
DÉFICITS NUTRICIONALES
DESTRUCCIÓN GLANDULAR
MALFORMACIONES CONGÉNITAS
INVOLUCIÓN SENIL
AMBIENTALES
HISTÉRICAS
EPITELIOPATÍAS TANTÁLICAS
INCONGRUENCIA GLOBO/PÁRPADO
Al final del estudio del paciente
establecemos un diagnóstico etiopatogénico que será p si es presumptivo y d
si es definido.
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