CAPÍTULO 16

OJOS SECOS POR INVOLUCIÓN SENIL

Juan Murube


La dacrioglándulas tienen una secreción que alcanza su máxima capacidad tras la pubertad. Esta capacidad se sostiene durante uno o dos decenios, y después comienza a descender.

El volumen del mar lacrimal también es más escaso en el anciano: según Zintz et al 1964, quienes instilaron rojo congo en el mar lacrimal y determinaron por colorimetría su dilución, es de 28'3 m l en la segunda década de la vida, y de 2'7 m l en los mayores de 70 años.

En ausencia de cualquier patología, las personas de edad tienen frecuentemente síntomas de ojo seco en circunstancias ambientales basales (grado 1). Muchas de las personas que habitualmente no tienen síntomas de sequedad, cuando se las somete a situaciones de sobrecarga, como lectura prolongada, sueño y corrientes de aire, comienzan a manifestar síntomas de sequedad (ojo seco grado 1), en su modalidad latente o 0-1.

En presencia de otra patología ocular, tal como blefaritis, conjuntivitis crónica, flaccidez palpebral o ingestión de diuréticos o psicosedantes, la hiposecreción asociada a la edad puede ser la que transforme un ojo seco grado 1 en grado 2, o uno grado 2 en grado 3.

Con la prueba de Schirmer, usando tiras de 50 mm en los jóvenes, encontramos en personas normales los siguientes valores recogidos en la tabla 1.

Las grandes diferencias entre jóvenes y ancianos que se observan en la tabla 1 no corresponden a iguales diferencias de secreción basal, pues la prueba de Schirmer, además de recoger la secreción basal tiene un componente reflejo determinado por la irritación provocada por la tira, y sabido es que la sensibilidad de la superficie ocular disminuye con la edad.

t16-1.gif (2228 bytes)

La disminución de la cantidad de secreción lacrimal con la edad ha sido corroborada por numerosos autores (Schirmer 1903, Henderson et al 1950, Mizukawa et al 1951, De Roetth 1953, Fernández González 1962, Stiewe 1962, Wrigth et al 1962, Zintz et al 1964, Norn 1965, Jones 1966, Singh et al 1973, Furukawa et al 1978, Avisar 1978, Royer et al 1979).

La tasa de renovación del mar lacrimal, que en los niños de 10 ó menos años es del 19'42 %, en las pesonas de 71 a 80 años es sólo del 2'44 % (Serrano et al 1987).