ARTÍCULOS ORIGINALES

Evaluación ecográfica de los estafilomas posteriores

Dres. Macarro A, Fernández Perianes J, Fernández-Vigo J

Cátedra de Oftalmología. Facultad de Medicina. Universidad de Extremadura.


Introducción

La valoración de los estafilomas mediante ultrasonidos está indicada en aquellos casos donde existe opacidad de medios y se sospecha deformación del globo ocular (colobomas, miopía elevada), así como en los casos de grandes deformidades congénitas donde los ultrasonidos están indicados para valorar el grado de deformación, ya que una simple biometría no puede informarnos sobre su forma, sino solamente sobre su tamaño, y las estructuras afectadas por la deformación o su grado de afectación son más difíciles de determinar (1).

De nuestra experiencia, recogemos que los estafilomas y colobomas son las causas más frecuentes de la alteración de la forma del globo ocular en la patología pediátrica.

En este trabajo revisamos diferentes casos de estafilomas para identificar los diferentes patrones ecográficos.

 

Material y método

Hemos revisado 29 casos diagnosticados ecográficamente como estafilomas, para analizar sus características y tipos.

Las ecografías se realizaron por técnica de contacto (Ocuscan 400), 10 MH de frecuencia. El registro fotográfico se hizo mediante una cámara Polaroid adaptada al ecógrafo. La exploración se realizó de forma ambulatoria y en 4 casos bajo anestesia general porque los niños eran muy pequeños.

 

Resultados

Esencialmente, hemos identificado 4 tipos de estafilomas:

1. Estafiloma afectando el polo posterior: 10 casos en total (34,48%). En estos casos el estafiloma aparece como una deformidad de la pared posterior del globo ocular (fig. 1). La imagen típica es la de una curvatura circunscrita y exagerada en el lado temporal del nervio óptico. La fosa medía aproximadamente de 4 a 6 mm.

La deformidad no afecta a la cabeza del nervio óptico, la cual está fuera de la fosa, pero está próxima.

Todos los pacientes tenían altas miopías. La agudeza podía ser normal, dependiendo del estado del fondo de ojo.

2.cubriendo el polo posterior y la cabeza del nervio óptico: 14 casos (48,28%). Este tipo de estafiloma no está circunscrito y afecta a una gran área de las estructuras posteriores del globo ocular, afectando el polo posterior y la cabeza del nervio óptico. Tiene un diámetro de 10 a 14 mm. En muchos casos el estafiloma sobrepasa las arcadas vasculares y se extiende nasalmente (fig. 2).

La imagen ecográfica es la de una pared posterior irregular, con una curvatura exagerada. En este caso la fosa puede no ser circular pero sí irregular. La cabeza del nervio óptico está localizada en la fosa.

La agudeza visual era normal o cercana a lo normal en 3 pacientes; era variable en los otros 4 casos. Todos los pacientes eran miopes altos.

3. Estafiloma peripapilar: 4 casos (13,79%). Estos estafilomas muestran una imagen ecográfica diferente a la de los tipos descritos anteriormente.

El aspecto ecográfico no es el de una pared irregular, sino el de un globo elongado afectando todo el segmento posterior del ojo. Aparece como una profunda y gran excavación, mostrando una enorme deformidad que afecta al polo posterior, cabeza del nervio óptico, arcadas vasculares y puede afectar a una gran parte del eje anteroposterior. Su profundidad es variable, pudiendo ser de 4 a 6 mm y el diámetro de 5 a 8 mm (fig. 3).

El nervio óptico es difícil de identificar a causa de la deformidad, ya que está localizado en el vértice de la fosa.

La agudeza visual fue normal en un caso y 20/50 en el otro caso.

Los ojos contralaterales eran normales en ambos casos.

4. Estafiloma peripapilar gigante: 1 caso (3,45%). Las características de este estafiloma son similares a las del descrito anteriormente, pero como su nombre indica, la excavación que aparece afectando al polo posterior, cabeza del nervio óptico y arcadas vasculares es gigante, lo cual hace que la apariencia ecográfica sea la de un globo ocular dividido en dos compartimentos de similar tamaño y forma, ambos acústicamente vacíos y conectados por un espacio vacío de aproximadamente 4 mm de diámetro (fig. 4a) (fig. 4b) (fig. 4c).

La forma de ambos compartimentos era la de una esfera irregular. Sus tamaños eran aproximadamente 16 mm para la cavidad anterior y 13 mm para la posterior. En este caso la agudeza visual era de movimientos de la mano a causa de la existencia de catarata. El ojo contralateral era normal.

 

Discusión

Son muchas las causas, difíciles de clasificar, que pueden ocasionar alteraciones en la forma del globo ocular. Desde el punto de vista del interés ecográfico, se pueden hacer dos grupos:

Alteraciones congénitas.
Alteraciones adquiridas.

Dentro de las alteraciones congénitas, los casos encontrados con más frecuencia son los colobomas y los estafilomas miópicos y no miópicos.

En este trabajo analizamos las características ecográficas de los estafilomas, incluyendo en este grupo aquéllos considerados tradicionalmente como estafilomas miópicos y otros menos frecuentes en los cuales hay una afectación muy importante de la morfología del globo ocular, usualmente conocidos como estafilomas peripapilares (2). Las segundas son ectasias localizadas peripapilarmente que aparecen como huecos profundos afectando al polo posterior del globo ocular, pero manteniendo una papila normal. Los bordes del hueco son abruptos. No son considerados como colobomas, ya que no hay un defecto real, se admiten que son ectasias de las túnicas oculares causadas por un fallo en la condensación del mesodermo (3). En estos casos, la ecografía nos da una triple información: detecta la deformidad, valora el grado de afectación de la estructura y nos ofrece la posibilidad de detectar la causa que lo produce (por ejemplo, cuando la deformidad es secundaria a compresión de un tumor orbitario, en el caso de deformidades adquiridas) (4).

Ecográficamente los estafilomas miópicos aparecen como unas elongaciones de mayor o menor tamaño, localizadas en la pared posterior, o bien como un hueco que está en la concavidad del polo posterior. La morfología general del globo ocular no está alterada. Nuestros resultados son similares a los previamente descritos (1,5,6). En nuestra experiencia, este tipo de estafilomas son los más frecuentes. Pueden clasificarse en dos grupos: estafilomas localizados en el polo posterior y estafilomas que afectan al polo posterior y al nervio óptico.

En nuestro estudio, presentamos también cuatro casos de estafilomas peripapilares y uno de un estafiloma poco frecuente que nosotros hemos llamado estafiloma gigante, hay un estrechamiento del globo ocular afectando al tercio posterior, con un diámetro variable del estafiloma.

La imagen del estafiloma gigante difiere de los peripapilares. En este caso, hay un estrechamiento, parecido a una estrangulación, localizada en la mitad de la cavidad vítrea y dividiéndola en dos cavidades de tamaño y forma similar. La forma de ambas cavidades es aproximadamente esférica, dependiendo de la incidencia de la exploración, así, con incidencia tangencial pueden aparecer como una cavidad quística retroocular no comunicante (fig. 4c). En una incidencia anteroposterior, se aprecia que ambas cavidades están comunicadas por un espacio acústicamente vacío (fig. 4b).

El último tipo es más infrecuente. Nosotros no hemos encontrado ninguna referencia al respecto en la literatura. Puede ser una forma de estafiloma peripapilar que podría estar incluido en otras formas infrecuentes, como el estafiloma peripapilar contráctil (7,8).

 

Conclusiones

La ecografía es una técnica de diagnóstico que nos ha permitido identificar 4 tipos de estafilomas del polo posterior.
La forma más frecuente es la que afecta al polo posterior y la cabeza del nervio óptico. Siendo más infrecuentes otras formas de estafilomas.

 

Resumen

Uno de los métodos diagnósticos de los estafilomas es la ecografía, ya que nos informa no sólo del tamaño, sino también de su forma.

En este trabajo presentamos diferentes casos de estafilomas para identificar los distintos patrones ecográficos.

Hemos estudiado 29 casos de estafilomas diagnosticados ecográficamente. La exploración ecográfica se realizó de forma ambulatoria en 25 casos y en 4 casos bajo anestesia general porque los niños eran muy pequeños.

Hemos identificado 4 tipos de estafilomas:1.que afecta al polo posterior, sin afectar al nervio óptico (10 casos, 34,48%); 2. Estafiloma que cubre el polo posterior y la cabeza del nervio óptico (14 casos, 48,28%); 3. Estafiloma peripapilar (4 casos, 13,79%), afecta a todo el polo posterior, cabeza del nervio óptico, arcadas vasculares y gran parte del eje anteroposterior del ojo; 4. Estafiloma peripapilar gigante (1 caso, 3,45%), de características similares al anterior pero con un tamaño muy grande.

 

Palabras clave

Ecografía, estafilomas, miopía, alteraciones congénitas.

 

Summary

One of the most important diagnostic methods for the evaluation of staphylomas is the echography, because it gives information about size and shape.

In this paper we present different cases of staphyloma to identify their echographic patterns.

We have studied 29 cases of staphylomas ultrasonographiclly diagnosed. The exploration was peformed under general anesthesia y 4 cases because the patients were young.

We have identified 4 types of staphyloma: 1. Staphylomas involving the posterior pole, but no the optic nerve head (10 cases, 34.48%); 2. Staphylomas involving the posterior pole and optic nerve head (14 cases, 48.28%); 3. Peripapillary staphyloma (4 cases, 13.79%); involving posterior pole, optic nerve head, vascular arcades and great part of the antero-posterior axis; 4. Giant peripapillary staphyloma (1 case, 3.45%) of similar characteristics but biger.

 

Key words

Echography, staphylomas, myopia, congenital alterations.


Bibliografía

1. Coleman J: Ultrasonography of the eye and orbit. Phyladelphia. Lea & Febiger 1987; 172-173.

2. Cadwell BH, Sears ML, Gilman M: Bilateral peripapillary staphyloma with normal vision. Am J Ophthalmol 1971; 423.

3. Duke Elder: System of ophthalmology. Vol 3, pt 2. St Louis. C. V. Mosby Co. 1963; 541-542.

4. Fernández-Vigo J: Diagnóstico ecográfico en patología ocular y orbitaria. Barcelona. Ed. Pujades 1986; 31-35.

5. Hassani SN: Real time ophthalmic ultrasonography. New YorK. Springer-Verlag 1978; 126-127.

6. Poujol J: Echographie en Ophthalmologie. Paris. Masson 1981; 47.

7. Wise JB, MacLean A, Gass D: Contractile peripapillary staphyloma. Arch Ophthalmol 1966; 75:

8. Kral K, Svarc: Contractile peripapillary staphyloma. Am J Ophthalmol 1971; 71: 1.090.