COMENTARIO


Homenaje al Dr. D. Fernando Gómez de Liaño Cobaleda

Dr. Rodríguez Sánchez JM1

(1) Presidente de la Sociedad Española de Estrabología.


En su ciudad natal, Salamanca, y en el transcurso del XVI Curso Básico de la Sociedad Española de Estrabología (14 de Mayo de 1999), se celebró un merecido y emotivo homenaje al Dr. D. Fernando Gómez de Liaño.

A continuación se transcribe el discurso del Presidente de la Sociedad Española de Estrabología, Dr. D. José María Rodríguez Sánchez, y la carta enviada por el Dr. Luque, gran amigo del homenajeado.


Nació en 1924, en la provincia de Salamanca. Estudió el bachillerato en los P.P. Agustinos, y en el Instituto de 2.ª Enseñanza, e hizo la carrera en la Facultad de Medicina de la Universidad de Salamanca, donde fue alumno interno por oposición. Terminó en 1948 con sobresaliente en la licenciatura.

Estuvo cinco meses de médico sustituto en pueblos de la provincia de Salamanca, Zamora y Cáceres. Después estuvo varios meses en el Servicio del Dr. Marañón y aprobó las oposiciones de A.P.D. y médico militar, e hizo un curso con el Dr. Giménez. Obtiene el n.º 1 de la plaza de especialista de Oftalmología en el ejército, siendo destinado al Hospital Militar Gómez Ulla de Madrid, teniendo como jefes al Dr. Amor Tejedor y al Dr. Rafael Bernabeu de las Morenas.

Allí empieza su afición por los problemas estrabológicos, teniendo la oportunidad de tratar bastantes pacientes estrábicos de adultos por tener que observar soldados. Tenía 31 años. No había grandes aficiones estrabológicas en España y se autoforma recorriendo las clínicas estrabológicas que le parecieron más importantes en aquellos momentos en Europa. Giessen con Cüppers Vien, en Alemania, Nantes. En París con Lavat Sant, Toulouse con Pigasson y otros Hospitales de Estocolmo, Galles con Bangerter, y en España con los jóvenes Castaneras, Arruga y Muiños; pero también procuraba estudiar las ideas norteamericanas y sudamericanas. Nos dice que tuvo que ceder de algunos temas que le atraían en aquellos momentos como la retina, pero que se dio cuenta que había que dejarlos para profundizar en otros.

Con esta ilusión atrajo a compañeros españoles de estrabología hace 27 años, siendo uno de los primeros del mundo y el que más miembros tuvo, alrededor de 700; nombrándole el primer presidente. Ya entonces trabajaba en el Servicio de estrabismos del Hospital del Niño Jesús, donde se incorporó en 1959, y estuvo hasta 1979. Allí acudieron sudamericanos, bastantes oftalmólogos españoles y centroamericanos, cuando venían becados por sus gobiernos y de allí salieron algunos de los estrabólogos más prestigiosos de la actualidad española.

Nunca impidió que fuesen a su consulta privada los oftalmólogos y ortoptistas que quisieran, y su modo de hacer médico quirúrgico y sus archivos estuvieron a disposición de todos.

Fue nombrado jefe de servicio de los Hospitales Militares Generalísimo Franco y Gómez Ulla, hasta la edad que fue jubilado a los 60 años.

Aprobó las oposiciones de A.P.D. y médico de Sanidad Militar, siendo destinado a Barcelona, asistiendo durante un mes al servicio del profesor Barraquer y durante un año a la Clínica del Dr. Arruga, viviendo en el Valle de Arán.

Él dice que su vida (aunque le parece que ha aportado algo diferente), se le ha pasado intentando comprobar ideas de otros en casi todos los campos de la estrabología, ambliopía, motilidad ocular, y su tratamiento con prismas cirugía, nistagmos y no ha dudado hacer cirugía experimental durante 10 años para observar qué es lo que ocurre en temas como la DVD, faden, cirugía de oblicuos del asa, suturas con pegamentos, etc. Tampoco, cuando le parecía lógico, ha dejado de arriesgarse a hacer técnicas como alargamiento del músculo oblicuo superior e inferior y OI miectomías, toxinas, etc.

Es miembro de la Asociación Internacional de Estrabología (ISA), y aunque parece raro, es miembro del Club Alpino Francés, pero se siente muy orgulloso de ser miembro de Honor de la Sociedad Española de Estrabología, y del premio que le dio la Sociedad Madrileña de Oftalmología, así como una lección sobre ambliopía.

En la actualidad con 75 años sigue viendo pacientes, ya no opera, porque dice que lo hacen mejor sus familiares que trabajan con él, pero estudia casi todos los días, incluso temas de investigación científica, y sigue dándonos consejos, aunque suele decir "esto es lo que me parece a mí, pero vosotros tenéis edad de tomar decisiones", salvo en casos en los que a lo mejor sólo lo ha visto 1, 2 ó 3 veces en la vida, y nos precisa con mucho vigor que tal vez lo veamos algún día como él. No creáis que sólo dice su opinión sobre estrabismos, y algún otro punto de oftalmología, sino sobre la vida a la que suele decir "que no se debe perder el norte", ante opiniones que no le son gratas, e incluso sobre el campo o sobre la pintura al que es bastante aficionado.

Desea mucho estar con su familia y amigos, y es comprensivo con sus adversarios a los que suele hacer una crítica benévola.

Pero lo que es evidente es que toda su vida (independientemente del quehacer diario) ha sido dedicada, desde que ejerció su profesión, prácticamente a la estrabología.


Querido Fernando.

Hoy daría algo importante por estar presente y ser el que leyese estas líneas que están armadas por hilos de sentimientos. Bien sabes que motivos familiares gozosos nos retienen en Madrid.

Hace casi treinta años que te conozco. A tu lado crecí como oftalmólogo y como persona. Siembre hubo entre nosotros -salvando las diferencias de jerarquía y edad- química, sintonía o eso que los cursis llaman "feeling" y que yo llamo sentimiento.

Juntos hemos compartido en el aspecto profesional momentos agridulces. ¿Te acuerdas de los sinsabores que nos hizo pasar el tan recomendado General Alcubilla? y de aquel viejo coronel de caballería operado de cataratas, que con cierta periodicidad presentaba una atalamia hasta que averiguamos que por las noches se escapaba del Hospital para hacer cosas non Santas. O de aquel otro famoso general al que en un reconocimiento periódico le insinuaste que no andaba bien de la vista y que te respondió "Mire Ud. si veo bien que le estoy viendo a Ud. en el Sahara".

Durante esos años formamos una gran familia. Elías, Luisillo, M.ª Luisa, Cristina, Amalia, Sor Dámasa, Sor Julia.

Los alumnos que pasaron por nuestras manos y que todavía agradecen lo que pudimos aportar en su formación, hoy son profesionales de prestigio y no quiero pecar por omisión. Me consta por testimonios reiterados que añoran los tiempos pasados en aquel maravilloso servicio y en aquel entrañable Hospital.

En estos años bauticé hijos y casaste una hija y en estos eventos también estuvimos juntos. Nunca olvidaré que fuiste mi primer ayudante en mi recién estrenada plaza de oftalmólogo en la Seguridad Social. ¡Todo un lujo! para que pudiese ingresar las dos pagas en mis exhaustas arcas, recién llegado del Sahara a conquistar Madrid.

Después otros Gómez de Liaño siguieron ayudándome en el terreno de la práctica profesional.

Es el momento de los Homenajes. Muy merecido el tuyo porque has sabido crear una escuela de buenos estrabólogos, tanto militares como civiles.

Pero en el día de hoy mis palabras van a ser un dardo al corazón de Fernando Gómez de Liaño hombre, del que aprendí bonhomia, compañerismo, bondad, amor al trabajo y entrega total incluso en batallas perdidas. Amigo de sus amigos y adversario de sus enemigos a los que nunca tuvo como tales.

Dios te ha premiado en vida con una familia que es tu orgullo y tu solaz. Tus hijos y sobrinos han triunfado como profesionales y como personas y sobre todo has tenido a tu lado una excepcional y maravillosa mujer que ha sido el 50% de tu éxito. Siempre a tu lado y fuente de energía vital. Lamento que por azares de la vida hoy no pueda compartir contigo este feliz momento "Rosario un beso y mis anhelos por una pronta recuperación".

No quiero seguir porque empiezo a sentir humedad en el corazón y brillo en mis ojos. Fernando Dios te guarde. Que él te de mucha vida para disfrutar de lo que en buena lid supiste conquistar y construir.

Un fortísimo abrazo de
Luque