CASOS CLÍNICOS

Metástasis de cáncer de próstata en el canal óptico

Dres. Asensio Sánchez VM

Servicio de Oftalmología. Hospital General del INSALUD. Medina del Campo. Valladolid. España.


Introducción

El oftalmólogo puede jugar un papel importante en el diagnóstico y tratamiento de los procesos neoplásicos que afectan a la órbita y al ojo (1). Actualmente se está produciendo un incremento en los casos descritos de metástasis orbitarias, siendo la impresión generalizada que este aumento se debe a la mayor longevidad de los pacientes cancerosos secundaria a los nuevos tratamientos antineoplásicos.

El adenocarcinoma de próstata es un tumor maligno y en estadio D III es un proceso metastásico indolente que se caracteriza por la infiltración local o a distancia de las estructuras óseas con una importante reacción osteoblástica (2). La clínica se presenta en un varón de edad media o avanzada con historia de cáncer de próstata.

Presentamos el caso de un varón con cáncer de próstata D III, que acudió a urgencias por ptosis palpebral, como manifestación clínica de metástasis orbitaria con afectación del canal óptico.

 

Caso clínico

Paciente de 75 años de edad que acude al Servicio de Urgencias por ptosis no dolorosa del ojo derecho (OD) de 48 horas de evolución. En sus antecedentes personales destaca el haber sido operado de un adenocarcinoma prostático con infiltración en vejiga hace 3 años, estando clasificado como estadio D III.

En el estudio oftalmológico presenta una ptosis palpebral (fig 1) asociada a una proptosis de 4 mm hacia abajo (fig. 2) y oftalmoplejía no dolorosa derecha. La agudeza visual máxima era de 0,5 con pupilas isocóricas y normorreactivas. La exploración fundoscópica fue normal. La TAC (figs. 3,4) mostró una masa que ocupaba el espacio retrobulbar y la zona temporal superior de la órbita, así como el seno etmoidal y el seno esfenoidal con invasión de la pared media del canal óptico y compresión del nervio óptico (fig. 4). No se detectaron metástasis en otras zonas corporales. No había síntomas de hipertensión craneal. No se realizó biopsia ante el deterioro súbito del paciente que falleció 3 semanas después de la presentación.

f09-01.jpg (13845 bytes) Fig. 1

f09-02.jpg (12487 bytes) Fig. 2

f09-03.jpg (10632 bytes) Fig. 3

f09-04.jpg (7818 bytes) Fig. 4

 

Discusión

Las metástasis orbitarias representan un grupo heterogéneo de tumores de origen, histología y comportamiento clínico diversos (1,3). El oftalmólogo no debe olvidar que la mayoría de las metástasis de órbita se presenta en pacientes con historia reciente de patología tumoral en tratamiento o ya tratada; no es raro encontrar metástasis diferidas más de 20 años después de tratar el tumor primitivo (en nuestro caso 3 años) (3). En un 11%-14% de todas las metástasis orbitarias el tumor primario es desconocido en el momento del diagnóstico, siendo el más frecuente el de mama (40%-45%), seguido por el de pulmón (11%) y próstata (8%-10%) (3).

En el caso que nos ocupa, el adenocarcinoma de próstata, tiende a metastatizar (estadio D III) en el hueso con o sin hiperostosis, con poca o nula tendencia a la infiltración muscular (2-4). Los sitios más frecuentes son la columna lumbar, la pelvis y la convexidad craneal. La órbita no es un sitio frecuente, siendo la porción lateral seguida de la superior los sitios donde el carcinoma de próstata suele dar metástasis, con poca o nula tendencia a la infiltración leptomeníngea y del parénquima nervioso (4). En general, las metástasis no son dolorosas y se manifiestan precozmente como efecto masa (proptosis), defecto funcional (ptosis, oftalmoplejía), infiltración o proceso inflamatorio (4-5).

En el caso presentado, la metástasis ocupa al espacio orbitario lateral-superior, con afectación del canal del nervio óptico como se puede objetivar en el estudio TAC. La clínica debutó de forma aguda como un cuadro de déficit funcional con ptosis palpebral y oftalmoplejía extrínseca. Actualmente se sabe que las metástasis al canal óptico, en casos avanzados de carcinoma de próstata son muy poco frecuentes (5 casos descritos hasta 1994), y que otros tipos de tumores como el cáncer de mama se pueden presentar de esta forma (5).

Nuestro paciente falleció a las 3 semanas de la presentación del cuadro oftalmológico, por lo que no se pudo completar el estudio con técnicas de RNM ni con biopsia (6).

El tratamiento en estos casos tiene que ser precoz, pues se puede producir una atrofia del nervio óptico secundaria a isquemia, desmielinización y pérdida del transporte axoplásmico por carcinomatosis leptomeníngea o compresión. Actualmente el tratamiento se realiza con megadosis de corticoides asociado a radioterapia externa con un acelerador lineal, con 3500 rad en un total de 14 sesiones (7).

El retraso en el diagnóstico no es infrecuente y esto es debido a la dificultad de obtener información por parte del paciente, a la falta de pericia y a las múltiples manifestaciones clínicas con las que se presenta.


Bibliografía

  1. Font RL, Ferly AP: Carcinoma metastatic to the eye and orbit. III. A clinicopathologic study of 28 cases metastatic to the orbit. Cancer 1976; 38: 1.326-1.335.
  2. Catalona WJ, Avioli LV: Viagnosis, staging and surgical treatment of prostatic carcinoma. Arch Intern Med 1987; 31: 530-537.
  3. Goldberg RA, Rootman J, Cline RA: Tumor matastatic to the orbit: A changing picture. Surv Ophthalmol 1990; 35: 1-24.
  4. Harnett Pr, Raghavan D, Langdon P, et al: Orbital metastasis from prostatic carcinoma. Br J Url 1987; 59: 591-592.
  5. Harper JM, Hunter WA: Unilateral exophthalmos secondary to metastatic carcinoma of the prostate: case report and review of the literature. J Urol 1963; 89: 75-77.
  6. Peyster RG, Shapiro MD, Haik BG: Orbital metastasis: role of magnetic resonance imaging and computed tomography. Radiolog Clin N An 1987; 25: 647-662.
  7. Glassburn JR, Klionsky M, Brady LW: Radiation therapy for metastatic disease involving the orbit. Am J Clin Oncol 1984; 7: 145-148.