LA VENTANA DEL RESIDENTE


Oftalmología, una especialidad golosa

ARNALICH MONTIEL F1

(1) Licenciado en Medicina y Cirugía. Residente del Hospital Universitario Ramón y Cajal. Madrid.


  

  

Dr. Fco. Arnalich Montiel,
Médico Residente de Oftalmología
del Hospital Ramón y Cajal. Madrid.

  

  

Son ciento y pico el número de residentes que entrarán a formar parte de la familia oftalmológica la próxima temporada 2005-2006. En concreto 141 en hospitales públicos y 5 en instituciones privadas. En los últimos 5 años se ha incrementado el número de residentes desde los 82 de la promoción 00/01(actuales R4), pasando por los 120 de la promoción que entró el año pasado, y la nueva asombrosa cifra de 146, propuesta para la próxima incorporación este verano. Por tanto, nuestra especialidad ha visto aumentado el número de futuros colegas en cerca de un 80% en 5 años.

Si bien carezco de exacta información acerca de los entresijos de la planificación del número de residentes que se aceptan cada año, mi idea es que todos los años la Comisión Nacional de Especialidades propone un número de plazas disponibles sobre las ofertadas por cada hospital, y el Ministerio de Sanidad, magnánimamente, decide hacer de su capa un sayo y tirar por lo alto. O se está produciendo un aumento muy considerable de la demanda de oftalmólogos, o mucho nos tememos que el gran incremento de plazas viene motivado por problemas político-económicos en el marco de una imprevisión absoluta.

En los últimos años se han visto más incrementadas las plazas de aquellas especialidades que políticamente resultan muy rentables como son la traumatología (con la cirugía de juanetes y la artroplastia de cadera de cara a la galería pública), la oftalmología (con la catarata como la cirugía más demandada por la sociedad), radiología (con la enorme lista de espera para pruebas como la RMN), o anestesia y reanimación (alma mater de los partes quirúrgicos). En cambio se siguen protegiendo especialidades donde es notable que existe una carencia de profesionales, como neurocirugía, cirugía cardiovascular, cirugía torácica, cirugía maxilofacial, o cirugía pediátrica. Un caso muy llamativo es la urología que pasó de 151 plazas en la promoción 98/99, a las 56 plazas actuales.

Este año el número de plazas en la mayoría de las especialidades se ha mantenido o ha sufrido incrementos en general leves, salvo nuestra especialidad, que encabeza con diferencia este dudoso honor. Así hay 8 plazas más para los anestesiólogos, 11 para los traumatólogos, 10 para los psiquiatras, 5 para los ginecólogos, 2 para los dermatólogos y radiólogos, y 26 para los oftalmólogos.

En España hay un total de 3.561 oftalmólogos formados, sobre un sustrato poblacional de 41.837.894 habitantes, que resulta en una relación de 1 oftalmólogo por cada 11.750 habitantes. La OMS sugiere que el número ideal de oftalmólogos es de 1 por cada 15.000 habitantes, por lo que cuantitativamente se cubren con creces esa cifra.

El reparto de oftalmólogos en nuestro país no resulta homogéneo. Hay provincias como Guadalajara, Ávila, Teruel, y Toledo que disponen de menos de un oftalmólogo por cada 25.000 habitantes. Soria, Melilla, Orense, Almería, Jaén y Huelva, cuentan con al menos 1 oftalmólogo por cada 20.000 habitantes. Otras provincias se aproximan a la cifra ideal de 1 por cada 15.000 habitantes, a saber, Zamora, Tarragona, Girona, Palencia, Pontevedra, Las Palmas, Lleida, Guipúzcoa, Zamora, Ceuta, Castellón, Ciudad Real, Badajoz, Cuenca, Cádiz y la comunidad autónoma de Cantabria. El resto de provincias tienen más de 1 oftalmólogo por cada 15.000 habitantes, con Zaragoza, Valladolid, Valencia, La Coruña y el Principado de Asturias bajando de 1 oftalmólogo por cada 10.000 habitantes. Dos de las provincias más pobladas como son Madrid y Barcelona, cuentan con 1 oftalmólogo por cada 10.527 y 10.115 respectivamente.

El número de médicos residentes que entran al año en cada comunidad autónoma no resulta tampoco homogéneo. Madrid con 30, Andalucía con 22, Cataluña con 17, la Comunidad Valenciana con 15, Castilla y León con 12 y Galicia con 11 son las que más residentes acogen. Castilla la Mancha, que es la comunidad con menor ratio de oftalmólogos por habitante solo forma 4 residentes. El resto de comunidades forma entre 6 y 1 MIR.

A tenor de las estadísticas parece que, hoy por hoy, España cuenta con un número suficiente de oftalmólogos, por lo que no se entiende este incremento de casi el 80% en los últimos 5 años.

Asumiendo la bondad de nuestros gobernantes, podríamos achacar este aumento a la previsión de las necesidades futuras por el envejecimiento de la población o la jubilación de un número importante de especialistas, pero esto no explica porqué la mayoría de especialidades han estancado su oferta de plazas en los últimos años. En un estudio alarmante, y a mi juicio algo alarmista publicado por el diario El Mundo en diciembre, solo un 21% de los oftalmólogos tiene más de 50 años, muy por debajo de las cifras de envejecimiento que tienen otras muchas especialidades.

Se dice que cuantos más, mayor peso específico tendremos frente a ciertas maniobras intrusistas de otras disciplinas no médicas, pero no creo que la masificación sea la solución, sino un acotamiento legal.

Si lo que se quiere es tener mano de obra barata (en gran medida lo somos) en hospitales deficitarios, sería más conveniente establecer cupo autonómico. Especialidades como Anatomía Patológica, Cirugía Cardiovascular, Cirugía General, Cirugía Pediátrica, Cirugía Torácica, Hematología, Neurología, o Urología, entre otras, han establecido este año este cupo autonómico con la intención de asegurar que todas las comunidades cuenten con un número de MIR apropiado.

El problema es que ahora los residentes somos mano de obra barata, pero en un futuro seremos mano de obra que abaratará los servicios tanto públicos como privados de los oftalmólogos actuales. Esta imprevisión puede generar un problema a medio plazo.

Creo que desde los puestos de relevancia se debe imponer una moderación a los distintos Servicios de Salud, para no degradar nuestra profesión. La masificación genera rechazo, y puede dejar de ser la oftalmología una especialidad atractiva para los nuevos residentes más motivados de cada promoción.

En un futuro espero no tengamos que lamentar que lo que ahora son ciento y pico, nos parezcan, más bien, ciento y la madre.