LA VENTANA DEL RESIDENTE


¿Usted lo haría?

ARRIOLA VILLALOBOS P1

(1) Residente de tercer año del Hospital Clínico San Carlos. Madrid.



Arriola Villalobos P.

Lector amigo, ¿recomendaría usted a un buen amigo o, incluso a su hija o hijo, que eligiera la profesión de médico?

Si la respuesta es afirmativa, formaría parte del 46,5% de los españoles que contestaron así a una cuestión planteada en el Barómetro del Centro de Investigaciones Sociológicas el pasado mes de junio (1). Teniendo en cuenta que la segunda profesión elegida, la de arquitecto, recogió el 21,9% de las respuestas podemos concluir que el nuestro es un oficio muy «recomendado» (fig. 1).


Fig. 1

Son más las mujeres (51%) que los hombres (41%) las que recomiendan el ejercicio de la medicina como profesión; también aparecen por encima de la media los mayores de 65 años (50,3%) frente a los más jóvenes (43,3%). Además observamos desviaciones sobre la media según el estatus social de los entrevistados; así los de clase alta y media-alta la recomiendan menos (41,4%) que los de clase baja (52,7%) y lo mismo ocurre con los residentes en las macrourbes (Madrid, Barcelona) frente a los que viven en pequeñas entidades de población (36% vs. 51%).

En ese mismo Barómetro se pedía a los entrevistados su valoración sobre determinadas profesiones, así como las características que mejor las definen. La encuesta indagaba sobre las siguientes ocupaciones: abogado, albañil, arquitecto, empresario, enfermero, escritor, fontanero, informático, juez, médico, militar, periodista, policía y profesor.

La profesión médica es la más valorada, con un 8,29 sobre 10. Son las mujeres las que mejor valoran nuestra profesión aunque con poca diferencia, pues su nota es de 8,38, frente al 8,19 que nos puntúan los hombres. Por tramos de edad, son los jóvenes entre 18 y 24 años los que mayor puntuación nos otorgan, casi un 8,6, frente al 8 raspado de aquellos comprendidos entre los 45 y 54 años. Es interesante resaltar que si tenemos en cuenta el tamaño del municipio para distinguir las respuestas, la menor nota a la profesión de médico/a la dan los habitantes de municipios de más de un millón de habitantes (Madrid, Barcelona), con una nota que no alcanza el 8 (7,94), mientras los demás municipios están muy cerca de la media. Del mismo modo, las clases altas y medio-altas nos valoran por debajo de la media general (8,17), mientras que las clases bajas lo hacen por encima (8,38) (fig. 2).

Fig. 2

En cuanto a las características que mejor definen nuestra profesión, los entrevistados sitúan en primer lugar su utilidad social, seguida del prestigio social y el estar bien pagada. Curiosamente, sólo un 5% considera que «tiene mayores posibilidades de encontrar trabajo», frente al 53% que lo considera en la profesión de albañil. Las clases alta y medio-alta, así como los habitantes de municipios mayores de un millón de habitantes (Madrid y Barcelona) son los que menos opinan que es la nuestra una profesión bien pagada, frente a los que se autoposicionan como miembros de la clase baja y habitantes de los pequeños municipios, que nos consideran mejor pagados.

El 43% de los entrevistados opina que el prestigio de la profesión médica ha aumentado en los últimos diez años, frente a un 7% que cree que ha disminuido y un 41% que dice que sigue igual. De nuevo existen diferencias entre las distintas clases socioeconómicas a la hora de responder esta pregunta, pues las clases bajas creen que el prestigio de nuestra profesión ha aumentado en mayor porcentaje que las clases altas (46% vs. 37%).

¿Cómo se nos queda el cuerpo a los médicos tras leer esto? Porque está claro que estas respuestas se alejan bastante de la idea que tenemos en nuestra profesión sobre cómo nos valora la población. De hecho, tras conocer este barómetro del CIS, el Diario Médico realizó una encuesta a través de Internet donde se preguntaba a los médicos que visitan su portal (2): «¿Considera usted que los profesionales de la medicina están bien valorados?». Más del 60% respondió no, mientras tan sólo un 7% se siente bien valorado por pacientes y responsables sanitarios. ¿Dónde está, pues, la contradicción?

La sociedad nos valora en alto grado, como refleja claramente esta encuesta, pero cabe preguntarse por qué. De hecho, es otra profesión del mundo de la salud la que ocupa el segundo lugar entre las más valoradas, y lo que más destacan de ambas profesiones los encuestados es que son socialmente útiles. Es decir, la población da mucha importancia a la salud, y, en consecuencia, a los profesionales del ramo. Pero nosotros, los médicos, no sentimos ese cariño en nuestro trato diario con los pacientes. La relación con éstos «no es la que era» (al menos esto es lo que me cuentan, pues por mi corta experiencia no he tenido posibilidad de comparación) y muchos de nuestros pacientes acuden a las consultas con una mezcla de desconfianza e impaciencia que hace más complejo el ejercicio de la medicina hoy en día.

La población, en general, cree que la nuestra es una profesión con prestigio y la mayoría cree que ese prestigio ha aumentado en los últimos años. Seguro que muy pocos médicos opinan esto último, pues es conversación recurrente en los corrillos profesionales la caída en picado de la imagen del profesional de la medicina en los últimos tiempos. Ahora bien, parece que es algo que sólo los médicos creemos, a tenor del resultado de esta encuesta.

El estudio también revela que la sociedad considera que estamos bien pagados. Posiblemente, pocos profesionales, sea cual sea su rama de actividad, se considerarán bien retribuidos, pero en nuestro caso (al menos en cuanto a los residentes se refiere) los datos son sangrantes, pues cobramos mucho menos que la media europea y nuestras horas de guardia se pagan a menor precio que la hora de trabajo de profesionales con menor nivel de estudios y menor nivel de responsabilidad. Somos, por así decirlo, unos explotados laborales.

En resumen, los españoles nos ven como una profesión útil a la sociedad, con prestigio y bien pagada. Es normal, por lo tanto, que sea la nuestra la ocupación que una mayoría de la población recomendaría en primer lugar a su hijo, a pesar de reconocer que no es la que más posibilidades laborales tiene. Pero subyace en esta recomendación un aspecto «romántico». Son más las mujeres y personas de mayor edad las que recomiendan nuestra profesión, que siempre se ha relacionado con la vocación (de hecho, otra pregunta de la misma encuesta refleja éste como el primer aspecto que valoran los españoles a la hora de recomendar una profesión). Del mismo modo, también son las mujeres y las personas de más edad las que de forma más intensa se relacionan con nuestra profesión, acudiendo en mayor número a las consultas médicas (me gustaría pensar, aunque puede ser muy optimista por mi parte, que quien más nos conoce mejor nos valora...).

Es una lástima que, una vez analizados los datos de la encuesta, lo primero que se nos pase por la cabeza sean términos como «quien lo diría» y no otros como «que bonito, la gente valora lo que hacemos». Está claro que algo se está haciendo mal, pues nunca una profesión tan bien valorada se había sentido a sí misma tan minusvalorada...

No quiero terminar esta reflexión sin recordar que las encuestas son fotografías de la sociedad en un momento dado y ésta, realizada a finales de junio de este año, coincide con el boom televisivo de series médicas que inundan nuestras pantallas en prime time (de la inefable Hospital Central a las más serias y veraces House y Anatomía de Grey, pasando por la mítica para muchos de nosotros, actuales residentes, Urgencias). Hasta qué punto pueden influir estas series en la opinión de los españoles, así como su efecto en la vocación de futuros médicos, está por ver y merecerá, a buen seguro, un futuro espacio en esta sección.

   

NOTAS

  1. Centro de Investigaciones Sociológicas. Barómetro de junio 2006. Estudio n.º 2649. 2.478 entrevistas personales a domicilio. Margen de error ±2%.

  2. Contestaron un total de 332 profesionales.