LA VENTANA DEL RESIDENTE


10 razones para completar tu formación de residente rotando fuera

GUADILLA A1

1 Residente de Oftalmología del HGM. Madrid.


Realizar una rotación fuera de tu hospital de formación supone una experiencia muy gratificante y con grandes aportaciones para tu vida profesional. Por supuesto, supone un sacrificio económico (el cual, en ocasiones, no se puede realizar) ya que implica gastos añadidos de vivienda, comida, transporte…, y si estás lejos de tu hospital y no puedes hacer guardias, esto se nota aun más. Pero dicho esto, bien sea en España, bien sea fuera, creo que estas rotaciones son muy beneficiosas por varios motivos:

1) Sales de tu ambiente habitual. Esto te permite desconectar, despejar tu mente, lo que en muchas ocasiones se convierte en un punto muy importante, no solo para el aspecto laboral, sino también para el personal.

2) Conoces gente nueva, y si además la rotación la realizas fuera de España, te permitirá conocer nuevas culturas y maneras de pensar. Aprendes a adaptarte a personas diferentes (lo cual, seguramente, a lo largo de tu vida vas a tener que hacer).

3) Supone un reto personal. Aprendes a sacarte las castañas del fuego cuando te encuentras ante problemas, y por supuesto tu gente no está ahí para ayudarte (y si además es en otro idioma…).

4) Aprendes otra lengua. Si la rotación la realizas fuera de España, creo que tiene la gran ventaja de que puedes mejorar o aprender, en mi caso, el inglés. Ese verano que quisiste ir a Inglaterra, pero que finalmente no pudiste hacer, puedes realizarlo ahora, con las ventajas de que a la vez aprendes tu profesión y sigues trabajando (vamos, ¡de lo más completo!). Lo más seguro es que no tengas otra oportunidad como ésta.

5) Aprendes nuevas técnicas quirúrgicas que desconocías o que no pudiste ver anteriormente.

6) Te da la oportunidad de ver operar a distintos buenos cirujanos. Creo que este aspecto es muy importante. En tu hospital aprendes la técnica que te enseñan determinados cirujanos, que es muy buena, pero es su técnica, con la que mejores resultados han obtenido. Si bien es cierto, cada persona es diferente y cada uno tenemos nuestras propias limitaciones. Creo que si has podido observar y comparar distintas técnicas, cuando comiences tu práctica quirúrgica solo, podrás decidir qué técnica se adapta mejor a ti y modificarla según las necesidades de las circunstancias, porque ante una adversidad, recordarás que «tal cirujano» lo consiguió resolver de «tal manera».

7) Aprenderás que una misma patología clínica puede tratarse de distinta forma obteniendo buenos resultados igualmente (aprendes por tanto a ser más permisivo en tu práctica clínica).

8) Sirve para mirar de manera crítica el trabajo que estabas realizando en tu hospital.

Tendemos a pensar que «nadie trabaja más que yo» (pobrecito), pero lo cierto es que la gran mayoría trabaja mucho.

9) Consigues darte cuenta de aspectos que no funcionan bien en tu hospital y que se pueden mejorar, y al contrario, si miras desde fuera, verás que hay muchas cosas positivas que estabas pasando por alto.

10) Y por supuesto, por qué no, estás rotaciones también te darán la oportunidad de… ¡pasarlo bien y disfrutar!

Para todos los residentes que lean este artículo, ¡animaos!, que de veras creo que merece mucho la pena realizar una de estas rotaciones antes de acabar la residencia.