LEER Y CONTAR


Papel de la enseñanza «on-line» en Oftalmología

MALDONADO MJ1, COCO MARTÍN MB2, LÓPEZ-MIGUEL A3

1 Doctor en Medicina. IOBA, Universidad de Valladolid.
2 Doctora en Ciencias de la Visión. IOBA, Universidad de Valladolid.
3 Máster en Ciencias de la Visión. IOBA, Universidad de Valladolid.


En los últimos años, numerosos centros de formación académica universitaria y no universitaria han incorporado la metodología del «e-learning» o aprendizaje virtual utilizando tecnologías de la información y la comunicación (TICs), con el objetivo de aumentar la flexibilidad en el desarrollo de sus ofertas formativas con el fin último de mejorar las experiencias de aprendizaje (1). Teniendo en cuenta las necesidades laborales y formativas de un profesional dedicado a la medicina (Oftalmología) y su inquietud y obligación de formación continuada, muchos médicos buscan completarla a través de las TICs, consiguiendo a priori sus objetivos de forma mucho más rápida y cómoda, sin necesidad de desplazarse o invertir un tiempo destinado a otras actividades. No obstante, cuando el apresurado crecimiento de cursos virtuales se produce sin un diseño metodológico efectivo, genera en los profesionales frustración e impotencia debido a unos resultados del aprendizaje no tan exitosos.

Debemos comenzar nuestro análisis especificando qué podemos entender por el aprendizaje en red. Y al respecto sería importante señalar los términos o expresiones que se utilizan habitualmente para hacer referencia a este proceso. Los términos aprendizaje en red, teleformación, «e-learning» y aprendizaje virtual, por lo general se utilizan como sinónimos para describir la formación que utiliza la red como tecnología de distribución de la información, sea esta red abierta (Internet) o cerrada (intranet). La formación en red se diseña con el fin de que la mayoría, si no todas, las competencias se consigan superar vía recursos accesibles en la Web. En definitiva, se podría afirmar que la formación basada en la red se refiere a una modalidad formativa a distancia que se apoya en plataformas virtuales, y que facilita la comunicación entre el profesor y los alumnos utilizando determinadas herramientas sincrónicas y asincrónicas de la comunicación (2).

Tal y como ha ocurrido con todas las tecnologías, el «e-learning» posee una serie de ventajas e inconvenientes, entre las que cabe destacar las siguientes: permite al estudiante llevar su propio ritmo de aprendizaje, los profesores determinan cuándo y cómo recibirán los materiales formativos y permite la combinación de diferentes materiales (auditivos, visuales, wikis, foros, etc.). Además, parte de la base de que el sujeto recibe pasivamente el conocimiento y de forma audiovisual, para posteriormente generar actitudes innovadoras, críticas e investigadoras. Al ser de carácter flexible en su diseño ha de disponer de diversos recursos estructurales y organizativos para su buen funcionamiento, por lo que la inexperiencia en su puesta en marcha, la falta de recursos materiales y personales y la desorganización puede conducir fácilmente al fracaso.

Por otra parte, un error conceptual habitual es el deseo de trasladar la metodología del «e-learning» a los principios aplicados de la enseñanza presencial o de tecnologías más tradicionales. Este hecho ha supuesto la falta de maximización en el desarrollo de todas las posibilidades que puede presentar el «e-learning» para la creación de nuevos entornos formativos. Un programa formativo que utilice el «e-learning» de forma correcta, puede suponer la creación de un entorno de aprendizaje colaborativo, con envío continuado de respuestas en tiempos razonables, cumpliendo las expectativas del alumno y consiguiendo los objetivos de aprendizaje diseñados inicialmente tanto para las competencias del saber como para las del saber-hacer. Especialmente importante son estas últimas en el caso de las Ciencias de la Salud (Oftalmología). Las plataformas de aprendizaje utilizando medios electrónicos («e-learning») permiten la utilización de la metodología denominada «Problem-based learning (PBL)» o aprendizaje basado en problemas, dicho método de aprendizaje es fundamental para incrementar la capacidad del profesional facultativo de aplicación del conocimiento impartido, ya que trata de aplicar los conocimientos teóricos previamente adquiridos a través de diferentes casos. Este tipo de aprendizaje es necesario en la formación continuada vía «e-learning» y para ello dispone de diferentes estrategias como son la utilización de pacientes virtuales, ya sean casos creados de forma artificial o casos reales, los cuales el alumno debe resolver. Este tipo de aprendizaje en línea («on-line»), además de estar internacionalmente validado, tiene la ventaja de ceder el protagonismo al alumno para que realice la toma de decisiones que crea oportunas, pudiendo tener una respuesta del tutor de forma automática (3).

En base a esta nueva metodología de aprendizaje se están diseñando nuevas herramientas docentes en los últimos años, aplicables a las competencias que los profesionales de la oftalmología deben adquirir. Estas, se hacen necesarias para el desarrollo y actualización de su práctica clínica diaria, por lo que la formación continuada es una herramienta imprescindible y habitual, y además se convierte en foco de interés en la aplicación de nuevos recursos metodológicos, tanto de aprendizaje como de evaluación en línea. En la Facultad de Medicina de la Universidad de Toronto, Canadá, el equipo docente liderado por el Dr. Razik (4), ha realizado recientemente, una encuesta de satisfacción para evaluar y comparar las preferencias y actitudes de los oftalmólogos y residentes de oftalmología de Ontario. Pretendían conocer su valoración acerca del sistema de captura de acciones de pantalla en video («screencasting») como una herramienta de evaluación de uso potencial en las sesiones de formación continuada. Los resultados de esta encuesta se han publicado recientemente en el Canadian Journal of Ophthalmology.

Las encuestas se enviaron a todos los participantes por correo electrónico, realizándose seguimiento telefónico de las mismas. Participaron oftalmólogos tanto de áreas rurales como urbanas de Ontario, que estuviesen registrados en la Sociedad Canadiense de Oftalmología, así como residentes de oftalmología de la Universidad de Toronto. La intervención principal fue la utilización de presentaciones online tipo «screencasting» previamente grabadas. Posteriormente, se realizaron encuestas en línea para medir diferentes variables, evaluando las actitudes de los participantes hacia los «screencasting». Estos datos se utilizaron para realizar un análisis cuantitativo y cualitativo.

Más de un 95% de los participantes respondieron favorablemente a la introducción de esta herramienta y su futura aplicación con fines docentes. Los oftalmólogos de áreas rurales fueron los más entusiastas de cara al desarrollo de esta metodología en el futuro. Además, fueron los que mostraron mayor interés en relación a la retransmisión en directo, comparado con los oftalmólogos que realizaban su práctica diaria en hospitales urbanos. El análisis cualitativo mostró que el aislamiento geográfico, las agendas más completas, la facilidad de uso, y la conveniencia del temario parecían ser los factores clave que contribuían a determinar el interés prestado hacia esta nueva herramienta docente.

El Dr. Razik concluye su artículo afirmando que tanto los oftalmólogos como los residentes que desarrollan su trabajo en centros urbanos muestran un gran interés en el uso académico del «screencasting» a través de la red. Sin embargo, los oftalmólogos que ejercían su práctica habitual en zonas rurales preferían sesiones clínicas presenciales con métodos más tradicionales, al contrario de lo que a priori se podría esperar.

El artículo del Dr. Razik muestra la creciente tendencia internacional a la utilización de las TICs para incrementar la accesibilidad a la formación continuada del personal médico. En España ya se han desarrollando iniciativas similares en el ámbito de las Ciencias de la Visión, ya sea formación universitaria reglada como es el Máster en Rehabilitación Visual de la Universidad de Valladolid u otras titulaciones que se han ofrecido por distintas universidades (Complutense, Miguel Hernández, Valencia, Barcelona, Autónoma de Barcelona, etc.), o no reglada a través de las consejerías de sanidad de las distintas comunidades autónomas; un ejemplo ha sido el curso de formación continuada coordinado por el SACYL para médicos de atención primaria impartido por especialistas en Oftalmología, con el objetivo de mejorar su conocimiento sobre la DMAE para incrementar la detección precoz de la misma.

El «e-learning» abre nuevas puertas para el desarrollo de estrategias de formación continuada en el ámbito de las Ciencias de la Salud, incluida la Oftalmología, permitiendo una fácil accesibilidad a másteres, cursos y seminarios desde nuestro propio puesto de trabajo e incluso desde casa. Sin embargo, es fundamental realizar encuestas de evaluación de la formación impartida y de los objetivos alcanzados para poder conseguir de un modo ágil la valoración realizada por el discente y así maximizar la eficacia de las TICs en el área de la formación médica continuada.


BIBLIOGRAFÍA


  1. Liesegang TJ. Web 2.0, Library 2.0, Physician Learning 2.0. Ophthalmology. 2007; 114: 1801-3.

  2. Mayo GL, Lindhorst GC, Rosende C. American Ophthalmology Graduate Medical Education and the Web: Current state of Internet Resource Utilization. Am J Ophthalmol 2003: 135: 708-9.

  3. Ellaway R and Masters K. AMEE Guide 32: e-Learning in medical education Part 1: Learning, teaching and assessment. Med Teach 2008; 30: 455-473.

  4. Razik R, Mammo Z, Gill HS, Lam WC. Academic screencasting: internet-based dissemination of ophthalmology grand rounds. Can J Ophthalmol 2011; 46: 72-6.